Es muy difícil aceptar la derrota en un partido que Racing lo tenía prácticamente ganado y entonces todo lo que se construyó parece destruirse en un segundo.
Faltaban pocos minutos y todos sabíamos que la
pelota parada iba a ser el mayor recurso de Estudiantes por lo que después del extraordinario
gol de “Maravilla” Martínez lo que había
que reforzar era la defensa y si bien Costas lo hizo con el ingreso de Pardo, como
hincha y con el respeto de siempre me pareció que en lugar de Martirena tendría
que haber entrado un central más (Di Cesare o Rojo), es decir 5 centrales en la
última linea porque faltaba poco y Estudiantes iba a llenar el área de centros.
Estaba como todo controlado, pero un error evitable
de Rojas, uno de los mejores jugadores del equipo le dio al rival su arma preferida,
la que supo usar ante la débil marca de la defensa en la arremetida de Carrillo
y el empate cambió algunas cosas porque Racing –como es lógico- quedó golpeado
anímicamente, después de haber dejado pasar la gran oportunidad de ganar
sin llegar alargue.
Y fue volver a empezar en un partido donde muchos
hinchas sentimos lo que seguramente también percibieron Costas y los jugadores,
así y todo estuvimos a punto de ganarlo en el final a través Maravilla y de “Totó”
Fernández, pero ese alargue anunciaba la definición por penales, con
condiciones que nada tienen que ver con el partido que acababa de finalizar y otra
vez pareció que Racing podía quedarse con el triunfo cuando Cambeses atajó de
gran manera uno de los penales, pero el errar dos nos dejó sin nada.
Muchos quedamos emocionalmente vulnerables, con esa sensación
de bronca mezclada con tristeza, de que nada sirve, pero si bien es
comprensible el enojo también es momento de efectuar un rápido resumen de lo
que me entregó este Racing de Costas y en mi caso particular, debo decir que a
pesar de las chances perdidas ante Flamengo y Estudiantes, hacía años que no vivía
tantas emociones como las que sentí en estos dos últimos con Gustavo a la
cabeza, porque no recuerdo ningún técnico que transmita su amor por Racing como
lo hizo él, de la importancia del escudo y el siempre salir a ganar, convenciendo
de tal forma a un plantel que le respondió con siempre con gran actitud, donde
hasta los lesionados querían jugar todos los partidos y dando todo por esta
camiseta.
Digo todo esto porque Racing tuvo méritos importantes,
incluso en este año, los que después de anoche parecen haber pasado al olvido, pero
como estoy convencido de que el reconocimiento atenúa el fracaso,, pienso
que es un momento para reflexionar especialmente para Gustavo y la CD quienes a
través de una evaluación sincera se pregunten que se hizo mal y que se pudo
hacer diferente, buscando que la frustración se convierta en una acción
positiva para fortalecer el futuro.
Los hinchas debemos seguir expresando lo que
sentimos, aunque a veces la pasión y el corazón nos lleve a expresarnos
equivocadamente, pero todos sus pensamientos deben ser respetados porque hay
algo que en no erramos, siempre estaremos defendiendo el escudo.
Todos juntos por Racing!
Hasta pronto.