jueves, 1 de febrero de 2024

Hay con que ilusionarse.

Con un alto rendimiento de los cambios introducidos por Gustavo Costas, Racing jugó  un muy buen partido ante Tigre y logró un categórico triunfo que nos  permite pensar en un futuro esperanzador.

Quizás por su forma de ser y de expresarse a Costas se lo subestime, pero cuando declara en la conferencia de prensa deja bien en claro lo que desea de sus dirigidos y expone sin respuestas evasivas lo que es su Racing, destacando lo bueno, pero sin ocultar lo malo, algo que no es común en las declaraciones de los técnicos y eso hay que valorarlo.

Racing fue un equipo con otro espíritu de lucha, con otra ambición y durante los primeros veinte minutos sometió a Tigre y le convirtió dos goles, después tal como dijo Costas, el equipo bajo su ritmo, porque varios de sus jugadores todavía no están físicamente al 100% y la pesada y húmeda noche no ayudaba, pero su rival solo llegó con peligro un par de veces y pudo cerrar ese primer tiempo sin goles en contra.

En esa primera parte a Rubio se lo vio un tanto inseguro, pero fueron muy buenos y positivos  los rendimientos de Sosa y García Basso, quienes con personalidad y solidez prácticamente nunca fueron superados, sumando un muy buen trato de pelota para darle salida desde el fondo y también buenos lanzamientos y pases entre líneas, sobre todo desde los pies del zaguero que llegó de Independiente del Valle.

Con un buen trabajo de Almendra, por su claridad en los pases y su siempre interesante llegadas al área rival (de ahí su gol) y el aporte de Zuculini más contenido por no estar en condiciones físicas normales, pudieron junto a manejar el juego y darle intensidad a los ataques, mientras Tigre solo atinaba a encontrar espacios con Aleman en alguna replica, que por  lógica dejaba como todo equipo que ataca y porque iban sintiendo el esfuerzo, lo que necesitó la colaboración de un Solari muy activo en esa función de ida y vuelta y un Rojas más contenido.

A todo esto Roger se encontró más cómodo con su homónimo  “Maravilla” en el área, quien además de ir a presionar a los defensores rivales, con interesantes movimientos el ex Instituto atraía a los defensores rivales como pasó en el inicio de la jugada del primer gol y eso le permitió al colombiano tener más libertad para moverse y convirtió un gran gol al anticiparse a su marca en un tiro de esquina ejecutado con maestría por Juanfer Quintero.

Ese primer tiempo mostro a Arias y Roger lesionados y ambos tuvieron que ser reemplazados al comienzo del segundo por Cambeses, a quien se lo vio tranquilo y seguro y por Salas, el incansable buscador de oportunidades que sigue mostrando aptitudes interesantes, por lo que debería tener la oportunidad de jugar dentro del área y no por los costados.

En ese segundo tiempo Racing retomó el mando del encuentro y la figura de un Juanfer muy comprometido que parece estar convirtiéndose en el líder dentro de la cancha iba en aumento, no solo por su inteligencia, sino porque además dispone de una zurda envidiable con la cual sabe ubicar pases milimétricos y concretar goles como el tercero, por lo que sus compañeros saben que no deben arriesgar si está cerca de ellos, solo deben entregarle la pelota que esta les volverá siempre redonda.

Después buscando darle minutos y más oxígeno a la zona media Costas reemplazó a Almendra por Miranda,  a Solari por Martirena (habilitó a Juanfer para el tercer gol)  y a Zuculini por Gómez.

Finalmente en un Cilindro colmado que desbordaba alegría, el Racing de Costas finalizó el encuentro con una buena cantidad de goles a favor (podía haber sumado otro más pero el VAR volvió a ignorar un penal claro a Rojas) y ninguno en contra, obteniendo su primera victoria y dejando la buena señal: de que hay con que ilusionarse.

Hasta pronto.

domingo, 28 de enero de 2024

Lo único claro fueron las declaraciones de Costas.

La derrota me dolió más por Gustavo Costas que por el equipo, porque si había alguien  que necesitaba un triunfo era él.

Pero por dónde empezar, por la honestidad de Costas en sus declaraciones finales o por el mal partido que jugó su Racing, un equipo que no ofreció resistencia en ningún aspecto ante un Unión que los superó en todas las líneas y hasta podríamos decir se lo llevó por delante.

Costas dijo que no hicieron nada de lo que habían ensayado por lo que el mensaje no les llegó a los jugadores o no supieron interpretarlo, pero Costas es el responsable y tendrá que analizar bien donde está la falla, porque lo de anoche fue realmente una desilusión para el hincha.

Ante un Cilindro repleto y eufórico que alentó a más no poder, Racing se mostraba desconcentrado ante  un Unión que lo presionaba y prácticamente lo tenía retenido en su campo, era como si mentalmente los jugadores  estuvieran fuera del partido, tanto que hasta Arias pareció sorprenderse en el gol.

Pero ni eso los despertó, una clara muestra del estado que envolvía a un equipo que mostraba fallas individuales y una llamativa “pachorra” en las marcas y en las disputas de la pelota, dando la sensación de que su estado físico no era el ideal.  

Con una falta total de rebeldía y de actitud ante la derrota, Racing continuaba deambulando por el campo sin pisar el área rival y sin patear al arco, solo se acercó  en dos jugadas aisladas que no comprometieron al arquero Campisi.

Seguramente Costas en el vestuario habrá hecho hincapié en lo que todos pudimos observar, pero los cambios de Rubio y Quiroz por Martirena y Sigali (lesionado) al comienzo del segundo tiempo no llegaban a modificar el trámite totalmente y cerca del cuarto de hora Solari entra por J. Gómez, registrándose minutos más tarde dos hechos que le dieron la posibilidad de empatar, un remate de Rojas en el área al recibir de Roger y un cabezazo de Conti en un tiro libre que Juanfer ejecutó con precisión, pero en ambos casos la pelota se fue apenas desviada.

Las infracciones de Unión estaban a la orden del día y en cualquier detención del juego hasta con lesiones ficticias exageraba haciendo tiempo, lo que llevaba a jugadores como Juanfer a desesperarse y a sumarse cada vez más a lo que buscaba el equipo el equipo santafesino, que iba aprovechando las distracciones para tener otras oportunidades para aumentar.

Esto llevó a Costas a jugarse todo en la ofensiva haciendo entrar a “Maravilla” Martínez por Miranda, por lo que con un medio campo bastante desarmado era imposible generar juego y por lógica todo iba a pasar a lanzamientos largos para ganar la segunda pelota.

Un remate de Roger estuvo cerca y Gustavo Costas ensaya un último cambio reemplaza a un Carbonero que como contenido nunca pudo desbordar a su marcador, (quizás influyó que su grave lesión había sido justo con el mismo rival) por Salas, quien junto con Martínez me causaron buena impresión.

Y sobre el final del tiempo adicionado se da una jugada de saque de banda donde la pelota en el área de Unión y ante un centro de Salas da en la mano de Tanda quien la envía al córner, que es lo que señala Lamolina.

Ante el reclamo de Salas el VAR revisa la jugada y llama a Lamolina, quien se toma varios minutos para ver que hay un claro penal, pero insólitamente señala una falta anterior por un empujón imperceptible y señala tiro libre para Unión.

Final triste para una noche donde las nuevas y espectaculares luces Led iluminaron el Cilindro para ver triunfar a Racing, pero lo único claro fueron las declaraciones de Costas porque el equipo no supo salir de su cono de sombras.

Hasta pronto.

lunes, 22 de enero de 2024

La hora de la verdad.

Con el ahora experimentado Gustavo Costas Racing comienza una nueva aventura y a mi particularmente me generó una gran emoción, no solo por ser un acérrimo hincha de nuestro querido club, sino también porque es una persona transparente por donde se lo mire.

Pero Gustavo sabe que al empezar a rodar la pelota por los puntos, comenzará a transitar un camino arduo, sinuoso, donde además de ser juzgado por lo bien o mal que puede jugar el equipo, los resultados mandan, por eso debemos ser pacientes y darle el respaldo necesario a este hombre que sufre a la par nuestra y solo lleva veinte días entrenando un plantel que se fue desarmando y armando en diferentes tiempos.

En cuanto a las incorporaciones creo que algunas me parecen interesantes y otras habrá que esperar para juzgarlas definitivamente, pero lo que me ocasionó preocupación es que se reforzó más rápidamente de mitad de cancha hacia adelante y no tanto en la línea de fondo, quizás el sector que merecía tener una mejor respuesta porque fue lo que más flaqueó en el equipo del año anterior.

Es cierto que había que encontrarle reemplazo a las salidas de Tagliamonte, Moreno, Piovi, Hauche, Oroz, Romero y últimamente Ojeda, sin contar que Nardoni y Baltazar Rodriguez seguirán el Sub 23 por varias fechas y las lesiones de Sigali ( aunque hoy escuché que comenzó a entrenar con el resto) y Colombo.

De todas, la de Bruno Zucculini pasa a ser la más relevante (aunque debe recuperarse bien de su lesión) por su jerarquía y su condición de ser un hijo de la casa mientras Cambeses, Santiago Sosa, Santiago Solari, Adrián “Maravilla” Martínez, Maximiliano Salas, Conti y Garcia Basso deberán demostrarlo en el campo de juego.

El mercado de pases parece seguir activo para Racing, ya que Urzi estaría cerca de convertirse en el noveno refuerzo y hasta quizás llegue algún otro.

Pero el tema pasa más que nada por la línea de fondo, donde si bien puede llegar a recuperar a Sigali, no podrá contar con Colombo, por lo que para las primeras fechas Costas tendrá que recurrir a Rubio y Quiroz para acompañarlo.

Sin dudas va a ser interesante observar como Gustavo Costas conformará el equipo que además de los nuevos ocho refuerzos cuenta con Arias, J. Gómez, Almendra, Juanfer, Roger, Carbonero, Martirena, Mura, Pillud,  Rojas y un Miranda recuperado (jugó todos los amistosos), lo que no deja de ser una muy buena noticia.

El sábado en el Cilindro llega La hora de la verdad y si bien me gustaría que su Racing juegue un buen partido, me alegraría de sobremanera que gane, no solo para felicidad de todos los hinchas de la Academia, sino especialmente de Costas porque es un racinguista que se lo merece.

Hasta pronto.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Un club de compra-venta.

De qué hablar hoy, de  lo que fue o de lo que vendrá, de la desilusión o de la esperanza, lo único certero es que fue un año difícil de digerir y aunque la pasión me lleve a sobreponerme de todas esas broncas y angustias vividas, no puedo dejar de aceptar que los malos resultados me cambian el humor y hasta hay algunos que me condicionan en la vida diaria.

Salvo la copa ganada a Boca en Enero, no hubo más alegrías y a través de todo el año los sinsabores comenzaron a escribirse en la orden del día, con decisiones que fueron más improvisaciones que planificaciones serias y que llevaron al equipo a transitar dentro de una fragilidad anímica de la que nunca pudo salir, aun después de esta aparente remontada final que lo ubica en la Copa Sudamericana, pero que no le alcanzó para ganar en los cuartos de final.

Son muchos los factores que lo llevaron al plantel a tener esa inestable participación que los llevó a fracasar deportivamente en todos los torneos, indiferencia, malas incorporaciones, ausencia de liderazgo y falta de audacia, un combo demasiado peligroso que le hizo perder gloria a la institución.

La culpa parece que siempre la tuvo el otro, pero es de todos, menos de los hinchas que con esa pasión inexplicable, siguen diciendo presente y alentando por Racing.

Racing estaba a tres partidos de salir campeón y después de sorprender a Belgrano en la última fecha con un buen juego, anoche frente a Rosario Central tenía la oportunidad de pasar a semifinales, pero volvió a mostrar antiguas fallas defensivas individuales (Arias y Sigali) y grupales, que parecen no tener solución, con el agregado de que ofensivamente le cuesta encontrar el gol, sobre todo ante rivales que tienen un orden defensivo.

No hay verdades ni perfecciones absolutas, pero hay miradas distintas sobre un mismo hecho y es lo que te pueden acercar o alejar de la victoria y a mi modesto entender me pregunto porque si Campaz era el jugador más importante de Rosario Central, la marca fue Mura, que no marcó ni atacó bien, no sorprendió nunca y todos sus centros fueron mal ejecutados, pero sin embargo siguió en el campo de juego cuando debió salir él y no  Colombo, porque eso hizo llevar a Moreno a la línea de fondo.

Otra pregunta que me hacía es porque cuando entró Vecchio por Nardoni (un jugador que cuando pierde la pelota vuelve al trote y además no tiene claridad ni es certero al entrar al área) no lo hizo también Roger Martínez para guardarse un ventana más de cambio, con el agravante de que sacó a Baltazar Rodríguez y no a Hauche, que no estuvo bien en los pases, en las definiciones y en los centros.

Decía una ventana más porque  se podía haber utilizado antes que finalice el tiempo oficial, por ejemplo, en el cambio de arquero, sabiendo que Arias no es atajador de penales, por lo menos para sorprender al rival.

Juanfer fue el mejor porque que volvió a mostrar su gran calidad, con sus toques, sus remates y su excelentes pases que dejaron en posición de gol a Hauche y a Ojeda, pero a Vecchio no lo vi tan seguro (quizás condicionado por su amor a Central) pero supo asistir a Roger que terminó haciendo un golazo.

Y por último me llamó la atención la displicente forma de rematar los penales de Moreno y de Sigali (lo pateó exactamente igual que ante Boca en la Libertadores), sobre todo jugándose una instancia final y sabiendo bien porque en su experiencia los habrán hablado miles de veces, que no se patean a media altura o no tan esquinado, salvo que lo hagan engañando al arquero, algo que ni intentaron o por lo menos no se notó.

El futuro es incierto, desde la dirección técnica hasta los jugadores, porque desde hace unos años Racing se ha convertido más en un club de compra-venta que de proyectos serios y ambiciosos en el fútbol, por lo que seguramente el 2024 volverá a regalarnos otras sorpresas, rogando que esta vez las incorporaciones reditúen de acuerdo a la inversión, lo que por ahora no sucedió en la mayoría de los casos.

Hasta pronto.  

 

martes, 28 de noviembre de 2023

El juego y el resultado estuvieron en la misma sintonía.

Gran partido de este Racing de Grazzini y Videla, donde en su mejor producción goleó a Belgrano y se quedó con el primer puesto de la zona B de la Copa de la Liga.

Bienvenida esta actuación porque es un punto a favor de la dupla técnica, que volvió a hacer de Racing un equipo intenso de presión alta, con movilidad, precisión y contundencia, que lo convirtió en el dominador absoluto del encuentro, lo que lo llevó a generar buenas jugadas y a concretar cuatro excelentes goles.

Y en esta instancia, eso ilusiona, porque recupera parte de la confianza perdida, sabiendo que puede volver a ser ese equipo que era respetado por su juego, sobre todo cuando está a tres partidos de lograr una Copa que lo clasifica a la Libertadores.

Hubo muchos puntos altos en el equipo, pero eso también pone de alguna manera en jaque a la dupla técnica, sobre todo en defensa, no en los laterales donde Mura estuvo seguro al igual que Rojas, quien además fue el gestor del primero de los goles con su acertado centro atrás, sino en los centrales, porque las muy buenas actuaciones de Rubio y Colombo, sobre todo este último, le generan mínimamente un problema, porque ahora tendrán a disposición a Sigali y a Piovi.

Otro inconveniente estará en la zona de volantes, donde por suerte Moreno volvió a brillar como en sus mejores momentos y Nardoni, no solo marca y presiona, sino que pisa más seguido el área, pero la lesión de Baltazar Rodríguez preocupa, (a mi gusto es el jugador que a través de sus movimientos y su desenfado le da al equipo el ritmo que le faltaba para ser más agresivo ofensivamente) y seguramente será todo un problema, porque Almendra, aparentemente su reemplazante, por ahora parece seguir teniendo una cadencia distinta.

Quizás donde menos dificultades tengan es en la delantera porque fueron de lo mejor, Juanfer determinante con sus pases y sus dos golazos mientras Hauche y Ojeda, también de gran partido, sellaron su gran noche con el primero y el último de los goles.

Evidentemente los cambios en el segundo tiempo hicieron que el equipo esperara más a un Belgrano que, también ya clasificado, iba a salir a buscar, pero Racing supo controlarlo y sorprenderlo a través de la velocidad de Ojeda, de la capacidad de Juanfer y de la claridad de Veccchio, concretando en esta etapa los dos goles finales, en un partido donde el juego y el resultado estuvieron en la misma sintonía, porque una cosa llevó a la otra y se conectaron naturalmente a través de una idea.

Ahora llega la primera final y como hincha espero que el domingo en Salta, el equipo vuelva a mostrar esas virtudes que volvieron a tomar vida anoche, las que seguramente pueden volver a darnos otra alegría.

Vamos Racing carajo!

Hasta pronto.  

domingo, 12 de noviembre de 2023

El resultado es positivo, pero Racing no mejora

Desde el punto de vista del triunfo y frente a un rival que venía en levantada, este Racing desacostumbrado a ganar pudo lograr una victoria y mantener el arco en cero, pero sigue siendo un equipo inofensivo y sin una idea clara de juego.

Sorprendió con el esquema de tres en el fondo, cinco en el medio y dos delanteros, pero creo que lo que más llamó la atención fue la presencia de Pillud de titular y en una posición de central, junto a Colombo y Piovi, contingencia que llevó a Jonathan Gómez. a desdoblarse para jugar en ese lateral,  teniendo a Martirena, Rubio y Mura.

Pero bueno, en este Racing donde todo es posible por ahora nada cambia, porque sigue siendo un equipo tedioso y repetitivo en su juego sin idea, sin intensidad y sin movilidad por lo que todo se limita a esa inaudita de toques intrascendentes entre los mediocampistas y la línea de fondo que los lleva a la nada misma, esperando alguna acción individual como realizó Baltazar Rodríguez, un chico con otro ritmo que cuando en su campo recibió de Moreno decidió hacer algo distinto y fue ir al frente, siempre mirando el arco de Lanús, buscando entre amagues el espacio que le permitió sacar un gran remate antes de pisar la medialuna y convertir el golazo que puso en ventaja al equipo y lo ayudó a salir de ese soporífero juego en el que se encontraba.

Lanús no incomodaba demasiado, pero las pelotas paradas que siguen siendo un drama para Racing, son para los equipos de Zielinski una de sus mejores armas y Lema estuvo a punto de empatar pero por suerte su cabezazo dio en el travesaño.

El partido se fue enrareciendo y los roces fueron aumentando, hasta que en los minutos finales se dan dos situaciones que iban a cambiar definitivamente el partido, la primera es cuando Roger Martínez  y Canale van a buscar una pelota larga adentro del área y en la disputa el delantero racinguista recibe un codazo del central granate, que el VAR comprueba y Rapallini debe aceptar que es penal para Racing y expulsión del jugador de Lanús, pero esto no iba a finalizar así porque Roger seguía siendo el blanco de todos los jugadores rivales y antes de ejecutarse la pena máxima, Lema con una reacción infantil golpea con el codo al colombiano, contribuyendo a que el local se quedara con dos jugadores menos.

El penal ejecutado por Piovi, esta vez con éxito, le daba a Racing un segundo gol, resultado que vistas las cosas, podía ampliarse a una cifra mayor en el segundo tiempo, donde muchos pensamos que Roger Martínez  podía haber sido reemplazado para no ser víctima de alguna búsqueda que lo llevara a una expulsión, pero se me ocurre pensar que quizás no quiso salir para no dar imagen de tener miedo y la lesión posterior (el tiempo dirá si fue verdad) pudo haber sido una salida más consensuada, pero que dejaba al equipo sin un hombre de área (aunque siempre lo critique considero que debía haberlo hecho Romero) pero sin embargo en su lugar entra Vecchio.

Y entonces sucede algo que a mí me llama la atención y es que Racing como si algo lo contuviera (por temor a que le hagan un  gol o como si hubiera sido el responsable de que le hayan expulsado a dos de sus jugadores), ante un impotente Lanús que solo alentaba al Pepe Sand, comienza a realizar una tarea de tenencia haciendo circular la pelota como en un entrenamiento, cuando en realidad debió ir por muchos más goles porque que como nunca, estaba todo dado para mejorar la diferencia de gol con Godoy Cruz y el resto de los equipos.

Rubio reemplaza a Pillud y Juanfer Quintero a Baltazar Rodríguez , pero nada cambió porque si bien Hauche tuvo una gran chance pero define mal, Racing continuaba siendo ese equipo que buscaba en la tenencia su seguridad, pero a veces por no encontrar en el área a quien dársela la perdía y entonces Lanús con nada, se acercaba a un Arias que sabía que en cualquier pelota parada podía sufrir problemas como le venía pasando en partidos anteriores, quien en un momento de detención del juego se acercó muy alterado a comunicarles alguna apreciación a la dupla técnica, porque esa inacción exasperaba, lo que indica que algo no está bien.

Entonces Grazzini y Videla envían a la cancha a Romero y a Ojeda por Gómez y Hauche, buscando más profundidad la que solo consiguió al final cuando Juanfer después de recibir de Vecchio  empala para Nardoni que picando entre los centrales al área le pega de aire, la tapa el arquero pero le queda para su cabezazo que es salvado sobre la línea y que va a los pies de Rojas que ensaya un fuerte remate que nuevamente desvía Acosta.

El resultado es positivo, pero Racing no mejora, porque sigue siendo un equipo timorato, desconfiado de su propio juego, que ganó por el gran gol de Baltazar y las corajeadas de Roger que lo llevaron a jugar un segundo tiempo con una gran ventaja, por lo que no se puede tomar en cuenta para catalogarlo de bueno, ya que teniendo todo a favor solo dejó pasar el tiempo y no arriesgó a buscar más goles, sin entender que un resultado más amplio nos podía asegurar estar en los play-off de la Liga y en la Sudamericana.

Hasta pronto.

lunes, 6 de noviembre de 2023

Un Racing sin “hambre de gloria”.

Lamentablemente este Racing no produce ningún sentimiento positivo, lo único que transmite es intranquilidad y esa sensación de que cada vez que lo atacan lo van a embocar, lo que por ahora termina siendo una triste realidad.

Aunque el equipo ya venía mostrando falta de confianza y una continua fragilidad defensiva con Gago, mal o bien había una idea, pero con Grazzini y Videla, Racing continúa teniendo los mismos problemas agravados porque no sabe a qué juega y el desorden se suma a la inseguridad.

Y la falta de orden se pudo ver ayer en un equipo que corría sin ton ni son y donde solo Vecchio mostraba precisión y cierta lucidez, ya que el resto de los jugadores fallaba en la mayoría de los pases, ejemplo Moreno, que estuvo llamativamente errático,  así y todo Racing estuvo cerca de marcar en un par de jugadas, pero en realidad en ese primer tiempo se lo vio desconcertado, ante un Central Córdoba ordenado que sí sabía a qué jugar.

En el segundo tiempo Racing salió con Ojeda por Baltazar Rodriguez, pero el partido no levantaba  y a los quince minutos Vecchio y Almendra ya mostraban signos de cansancio por lo que le dejan sus lugares al chico David González  y a Gabriel Hauche.

Pero Racing no le encontraba la vuelta a un equipo santiagueño que diez minutos más tarde tuvo la oportunidad de marcar a través de Kalinski, pero Arias con una gran intervención le tapa el remate y de la misma jugada nace la que ubica a Roger Martínez en el área y después de un enganche convierte el gol que le daba el triunfo parcial a la Academia, una victoria que de asegurarla lo metía en la Sudamericana y en los cuartos del torneo local.

Racing ganaba pero era un partido donde las cosas no le estaban saliendo bien y era el momento de darle más solidez  a lo defensivo, quizás conteniendo a los laterales y sumando a Colombo, pero Grazzini no solo demoró en los cambios, sino que reemplaza a Roger por Carbonero, -sin dudas un retorno muy esperado, pero que por lógica buscó no tener ningún roce- y entonces el equipo se fue quebrando cada vez más y aun ganando no supo pararse firme en el fondo para sostener ese importante resultado y en sus inseguros movimientos parecía advertirnos que iba a suceder lo que no queríamos que pase, pero que desgraciadamente ocurrió faltando cuatro minutos, cuando en un centro del rival todos los que defendían en el área estaban hipnotizados por la pelota, sin darse cuenta que a sus espaldas había un jugador solo quien finalmente conquistó el empate.

La respuesta a ese empate y que sonó como un grito de guerra la dio Arias al finalizar el encuentro cuando expresó que  “Si no sabemos aguantar un resultado esto es una mierda”… y otras cosas más fuertes, un mensaje no solo para sus compañeros, sino  también para un cuerpo técnico que debió tomar otras decisiones sabiendo las deficiencias que tiene el equipo a la hora de defender, pero no se vio la mano de Grazzini, que después admite refiriéndose al partido que “fue el que más les costó desde que llegaron y que además fueron premiados con un gol…” quizás una declaración dicha con honestidad , pero que no alcanza como respuesta para los hinchas que sentimos que esto es la consecuencia de los errores cometidos en el último año, algo que ya nos satura de solo pensarlo.

Racing viene sufriendo con todos los equipos, cualquiera sea su posición en la tabla y por más que los jugadores apoyen a Grazzini-Videla, es imposible continuar de esta manera dado que en el campo de juego no se vislumbra ese apoyo, por eso más que nunca hace falta un técnico confirmado, pero no creo que suceda estando a solo dos fechas de finalizar la clasificación a cuartos en el torneo.

Pero lo que está sucediendo indica claramente que este es un Racing sin “hambre de gloria”, porque la gloria es ganar todo lo que juega y hace tiempo que no viene mostrando ese deseo, esa ambición que debe tener todo equipo que se considere grande y que debe estar fijada en la cabeza de todos sus dirigentes, de los de ahora y los del futuro y debe ser el mensaje para la secretaría técnica, el cuerpo técnico y los jugadores.

Lamentablemente hasta ahora no hay señales que marquen esa dirección y esto no solo los está llevando a no triunfar en los torneos locales, sino también a no participar de los torneos internacionales que además de premiarlos económicamente, los llenaría de prestigio.

Hasta pronto.