sábado, 30 de junio de 2018

ARGENTINA EN RUSIA. Cápítulo 4: Kazan, última parada.


La fuerza anímica ganada frente a Nigeria no alcanzó pudo cubrir los problemas de una Selección Argentina que no pudo responder nunca en el juego como se esperaba, sumado a los problemas internos que también incidieron para que finalizara con esta imagen denostada que nos deja un empate sin pena ni gloria frente a un equipo sin historia, un triunfo frente a los africanos, que llenó más lo emocional que lo futbolístico y dos derrotas que la desmoronaron fácilmente.

Hoy, a mi modesto entender, se enfrentaba a una selección francesa, que como muchos coincidíamos, tenía su poderío desde el medio campo hacia adelante, pero no contaba con una defensa muy segura.

El tema es que Argentina tampoco la tenía, porque la defensa nunca se pudo llegar a consolidar, comenzando por los arqueros que flaquearon a la hora de dar seguridad, ya que Caballero no fue el esperado y Armani que en River tapaba todo, no respondió como se esperaba en los últimos dos goles.

Entonces me preguntaba, porque si Francia contaba con Mbappé que superaba a todos en velocidad y juego, con Griezmann y Pogba que pasaban rápidamente al ataque, esperó a la Argentina y le entregó la pelota a nuestra selección, la que aceptó esa propuesta sin contar con un Messi a gran nivel y con un Pavón y Di María sin espacios, además de no tener un nueve de área.

Esto obligaba a Mascherano Banega y Enzo Pérez a disputar la pelota en espacios bien cubiertos por los franceses, exponiendo de esa manera a una línea de fondo que quedaba desarticulada porque Mercado y Tagliafico se sumaban al ataque dejando grandes claros a sus espaldas.

Así llega el primer gol de Francia, cuando Mbappé arrancando de la mitad de cancha va dejando con su velocidad jugadores en el camino y cuando le sale Rojo la tira larga dentro del área, superándolo y llevándolo a cometer penal para Griezmann concrete.

Quizás Argentina debería haber jugado al revés, es decir esperando a Francia, entregándole incluso la pelota tratando de no hacer un gran desgaste y llevando el partido más para el lado de la lucha, dejando arriba solo a Messi y Pavón.

Posiblemente le hubiera costado llegar al arco de Lloris, pero recordemos que aun teniendo casi siempre el dominio del campo, no se sabía si el arquero atajaba bien o mal, si estaba en un buen o mal día, porque no se había pateado al arco hasta el gol de Di María, gran gol de “Fideo” que nos devolvió el alma al cuerpo a los hinchas y a una selección que estaba en desventaja y que no había llevado peligro al arco francés.

El segundo tiempo comienza con Fazio en la cancha por Rojos y a los pocos minutos, después de una buena jugada de un Di María más inspirado, llega un tiro libre desde la izquierda que sobre la derecha recibe Messi disparar de zurda al arco y Mercado, que atina a levantar el pie para dejarla pasar, la desvía y convierte el segundo gol.

Un gol tan inesperado como auspicioso, porque le servía a la Argentina ya en ventaja, para reforzar y ordenar un medio campo que ya venía cansado,  buscando darle una primera barrera de contención a una defensa que no se mostraba segura, pero nada de eso pasó y a los pocos minutos una buena jugada de Francia sobre la izquierda, que Mascherano no llega a cortar se transforma en un centro que pasa por al área para que sobre la derecha la empalme Pavard y la clave sobre el palo derecho de Armani, que nada pudo hacer ante esta impresionante volea.

Golpe anímico a los corazones de ambos equipos, que por supuesto los afectó de diferente manera, a uno lo animó a más y al otro lo volvió a sumergir en la desesperanza, hecho que aprovecharon los franceses para afianzar su juego y pegar dos estocadas más, esta vez sí, demoledoras, que desdibujaron aún más a una selección que volvió dejar en más en manos de la suerte que del juego su pase a cuartos.

Esto obviamente obligó a realizar cambios, que podían haberse hecho antes, a la cancha Agüero y afuera Enzo Pérez y después Meza por Pavón, lo que a uno lo lleva a preguntarse una vez más, porque no Higüain para un centro, o Dybala o Lo Celso fresco…no era el preferido?

En ese ínterin, Griezmann, Mbappé y Pogba, tuvieron situaciones como para cruzar la cancha y enfrentarse mano a mano con lo que quedaba de nuestra ya desordenada defensa, volvían para atrás tratando de tener la pelota y que pase el tiempo mientras  Argentina solo buscaba algún milagro a través de un centro y lo tuvo increíblemente en tiempo de descuento en uno de Messi, que Agüero concreta de cabeza y entonces como el futbol te da sorpresas al igual que en la vida diaria, llega una última jugada donde Di María casi logra el empate, pero esta vez el ángel no consiguió el milagro…

Kazan, última parada para la Selección Argentina, una selección donde abundaron las cabezas gachas y los errores desde la conducción técnica sobre la lectura de los encuentros y armado de los equipos, que de nada le sirvió haber subido un escalón más, ya que jugando de esta manera y con nuestro as de espadas apagado, arrumbado sobre un costado y por momentos desentendido del juego en la mayoría de los partidos, hubiera sido muy difícil llegar a la cima.

Apreciaciones hay muchas y ahora todos tendremos nuestra verdad, pero la verdad absoluta no existe, por lo que solo resta esperar que estos jugadores y el técnico hagan un examen de conciencia y traten de ser sinceros con ellos mismos, dado que la imagen que nos dejaron no hacen más que confirmar que algo se rompió en la relación interna entre el grupo y la conducción y esto no ayuda a construir nada nuevo.


Hasta pronto.

martes, 26 de junio de 2018

ARGENTINA EN RUSIA. Cápítulo 3: El renacer.


Argentina desde el vamos buscó ser un equipo con actitud, sólido, solidario y concentrado, en pos del triunfo que le permita clasificar a la fase de octavos, y trató de hacerlo a través del juego que no había mostrado en los primeros dos partidos y también con esa fuerza interior que no lo lleve a derrumbarse si las cosas salían mal.

Y Argentina hoy tuvo las dos cosas.

En el primer tiempo, sin ser una maravilla, la selección realizó un buen partido y después de unos minutos con algunas imprecisiónes, se fue afianzando a través de la seguridad en el traslado y la precisión de Banega que fue creciendo y convirtiéndose, a mi gusto, en el mejor jugador de esa primera mitad y entonces Argentina logró de esa manera tener más posesión de la pelota, con un claro dominio que prácticamente llevó a Nigeria a no acercarse al arco de Armani.

Y de los pies de  Banega salió el excelente pase para Messi, que sobre la derecha  controla maravillosamente entrando al área para definir de derecha, marcando el primer gol que preanunciaba un resultado más amplio, ante un Nigeria que solo esperaba y la revoleaba a ver si se cometía algún error, y aunque hubo un par, sus delanteros en soledad no pudieron resolver ninguno de ellos, porque eran bien custodiados por la defensa y porque los nigerianos no soltaban sus volantes para acompañar.

Hubo algunas más para la Selección, Higuain tras otro pase de Banega y Messi esta vez de tiro libre, pero su disparo dio en el palo izquierdo del arquero de Nigeria.

El primer tiempo terminó con una Argentina que no sufría sobresaltos y eso era importante, pero la segunda mitad traería una sorpresa impensada, porque a los 4 minutos el árbitro cobra una falta de Mascherano dentro del área por agarrar un rival, que el VAR traduce en penal a favor de Nigeria, falta que podía no ser sancionada, pero con la nueva tecnología, la interpretación muchas veces es dejada de lado.

Empate y a remarla otra vez, aunque ya con el lógico nerviosismo, contenido hasta ese gol y que a partir del empate salió a la superficie de cada uno, como un  desafío a buscar respuestas anímicas en este golpeado grupo de jugadores.

Pero por suerte no fue así y con el respaldo y contención de los hinchas argentinos que no paraban de alentar, hoy sí, Argentina saco a relucir ese amor propio que le pedíamos, y después de unos minutos volvió a tomar la iniciativa, aunque a medida que  pasaba el tiempo, la desesperación hacía que el orden se fuera perdiendo peligrosamente, lo que le dió a una Nigeria, que cada vez se abroquelaba más atrás, la posibilidad de tener algunos contragolpes, que por suerte no concretaron en gol y en uno de ellos fue clave Armani, cuando con una muy buena tapada evita el tanto que podía dejarnos afuera, pero Argentina también tuvo lo suyo en los pies de un Higuain, que al recibir un centro atrás levanta el tiro sobre el travesaño.

Faltaban pocos minutos y Argentina era todo empuje y los cambios buscaron traer  más juego pero no había claridad, las piernas y la mente no coordinaban y hasta los tiros de esquina no se levantaban lo suficiente, lo único claro era que no se entregaba y en una de esos avances Mercado recibe sobre la derecha y esta vez sí saca un gran centro que recibe Rojo pisando el área y de derecha la clava sobre el palo izquierdo de un arquero que nada pudo hacer.

Golazo, pase a octavos y el festejo de los jugadores lleno de lágrimas, a mi criterio, más emocional que por la significación de pasar a la siguiente fase, porque fue un desahogo para todos, porque fue el renacer para un grupo que estaba dado por muerto.

El sábado comienza el otro mundial, porque la verdad es que hay dos mundiales, uno clasifica y el otro es a matar o morir, pero para este grupo todo es como volver a empezar y esta oportunidad, donde la unión y la fuerza interior los llevo al triunfo, debe ser aprovechada, sabiendo que ahora cuentan con una gran inyección anímica para no poner en peligro esta nueva vida ganada.

Ya habrá tiempo para saber quién manda a quién en este mundo de la Selección Nacional, porque hay imágenes que pueden confundir y nos hacen pensar cosas que quizás no suceden.

Hasta pronto.

viernes, 22 de junio de 2018

ARGENTINA EN RUSIA. Cápítulo 2: Se ven las caras, pero nunca el corazón…


Finalmente Sampaoli pareció entender que había cometido errores en la formación del equipo para el primer partido, por lo que decidió volver a sus convicciones y confiar en el sistema que lo llevó a, digamos, su consagración como técnico y que hoy lo puso en práctica frente a Croacia.

Claro, esto lo llevó a cambiar algunos jugadores, aunque parece ser que con el desencanto de algunos históricos que tuvieron que dejar la titularidad, que espero no haya sido la causa que haya llevado a Messi a, no solo jugar uno de los peores partidos de su carrera, sino además de no aportar en ningún momento su capacidad y la lógica rebeldía de un jugador que por su condición de ser el mejor del mundo, debería sacar a relucir para conducir el equipo a la victoria.

Es cierto que hasta el final del primer tiempo la cosa era más o menos pareja, pero incluso en ese período ya Messi no se mostraba como un “líder  futbolístico”, porque no pesaba en el juego y perdía muchas pelotas, inclusive arrastrando un gesto de cierto bajón anímico, que nunca sabremos o por ahí si más adelante, si esto era producto de diferencias con la conducción técnica porque algunos de sus “amigos” habían quedado fuera del equipo.

Obviamente el error imperdonable de Caballero, que sucede por ser obsecuente con la orden del técnico de jugarla siempre, decretó no solo el gol de Croacia, sino el derrumbe anímico del equipo, incluido Messi, quien a medida que avanzaba el partido, fue desapareciendo poco a poco y su cabeza gacha fue el símbolo de un equipo entregado.

Ya explique lo que pienso de él cuando viene a jugar para para Argentina, pero la selección tiene otra responsabilidad y a pesar de esa falla que costo el primer gol, lo que ciertamente le quitó al equipo, la poca concentración que tenía, me hubiera gustado que hubiera aparecido con toda su capacidad y convertirse en el abanderado de un plantel que lo necesita como el aire para respirar, de un grupo jugadores  que ya carecía de la confianza necesaria por no saber a qué jugar.

Pero es posible que su “depresión” futbolística de hoy haya sido por otras cosas que le molestan, como la ya expresada disconformidad en la constitución del equipo, a la que como “bonus track” se puede haber agregado la fuerte discusión entre el técnico y su ayudante de campo ayer en la práctica y a la vista de todos los jugadores, que cuentan casi se van a las manos, hecho que no ayuda para nada a la armonía y el fortaleciendo interno del grupo.

Pero increíblemente, en una selección donde, como dice la canción "Plástico", se ven las caras, pero nunca el corazón…y en una concentración donde puede explotar todo, todavía hay muchas chances de clasificar, como hincha les pido a los muchachos históricos que aunque no acuerden con Sampaoli algunas de sus decisiones, si no se logra jugar bien, saquen de adentro de cada uno ese amor propio, esa rebeldía que los haga justificar su inclusión en el plantel de la Selección Nacional Argentina.

Hasta pronto.

sábado, 16 de junio de 2018

ARGENTINA EN RUSIA. Capítulo 1: Las voces...

                                                                              
Con todo respeto y solo como un hincha de fútbol más, en este blog donde hablo de Racing , que es mi verdadera pasión, quería expresar mi sentimiento sobre los partidos de la Selección Argentina en el Mundial de Rusia.

En la novela “Il Gatopardo”, escrita por el italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa, decía que es necesario que todo cambie, para que todo siga igual…

Y parece ser que esta alusión, se ha trasladado a la cabeza del hoy entrenador de la selección nacional, Jorge Sampaoli, dado que en este primer partido del Mundial de Rusia, ha quedado demostrado que sus ideas primarias, por lo cual sobresalió y lo han contratado, fueron dejadas de lado y guardadas en el arcón de los recuerdos, después que a sus oídos llegaran las voces de los que conforman el grupo histórico, quienes, según dicen, le observaban quienes finalmente debían estar y jugar, palabras que sin llegar a ser una orden, pueden tener el peso de hacer variar una decisión.

Es evidente que hay cierta aceptación para conservar el cargo de técnico de la selección, como le pasó a técnicos anteriores, entonces con la aparente sensación de que algo cambió porque agregó algunos pocos nombres nuevos, nos encontramos que en realidad todo sigue igual y que la revolución que se esperaba desde su llegada hace un año, no fue más que un chisporroteo de fuegos artificiales, porque la historia volvió a repetirse.

Para ciertos nombres la falta de competencia era un problema, pero para otros no, para algunos sus lesiones eran un inconveniente, pero parece que para otros no, sino no se entiende como Rojo que estuvo seis meses sin competencia juega en lugar de Fazio o como Biglia que no entrenó demasiado aparece como titular, cuando debía haberlo hecho Lo Celso, quien inclusive también bien podría haber entrado  en lugar de Banegas, quien hasta hace tres días tenía una especie de desgarro en el gemelo.

Hoy pude ver una selección que si bien dominó la mayoría del tiempo y tuvo la tenencia de pelota, tocaba y tocaba, pero prácticamente no desbordaba ni inquietaba demasiado al arquero rival, porque esa tenencia y ese toque que era más que tener paciencia, terminaba por adormecer, por aburrir, ya que nadie rompía líneas o proponía movimientos sorpresivos.

Hubo en parte recuperación de Agüero, que creí que era el que más lo entendía a Messi y por fin pudo convertir en un mundial, pero una grata aparición fue la del chico Meza, sobre todo en el segundo tiempo cuando pasó al medio y fue más atrevido, al igual que lo hizo Pavón en los pocos minutos que jugó, dando muestras de que había jugadores locales que podían haber reemplazado a algunos jugadores históricos.

Islandia, fue un equipo que colaboró para que Argentina tenga ese dominio y esa tenencia de pelota, porque no le interesaba demasiado disputarle el campo y la posesión, proponiendo un partido de muralla defensiva ordenada y segura, a través de su arquero y sus dos líneas de cuatro que casi nunca dudaron, que fueron fieles a sus posibilidades, que no apelaron al juego mal intencionado y sobre todo tratando de no cometer infracciones cerca del área, que si bien las hubo, no fueron tantas.

Mientras Argentina no encontraba por donde entrarle, con un Biglia que no sabía donde ponerse y que hacer, de Di María que no concretaba un desborde y con un Meza muy estático en la derecha, consigue a los 20 minutos el gol fruto de un disparo sin claridad de Rojo, que le cae al Kün Agüero en el punto del penal, quien con su calidad la domina muy bien y con un gran movimiento se fabrica el espacio para luego pegarle en gran forma y colocarla sobre el palo derecho del arquero. Golazo por la definición.

A partir de ahí creo que todos pensamos que Islandia iba a salir y se darían los espacios para que Messi y nuestros delanteros pudieran hacer de las suyas, pero no fue así ya que nórdicos salieron como pudieron a pelear un poco más adelante y a los 5 minutos llega al empate desde la derecha con un centro que desconcierta a Caballero y todo el fondo,  para después de unos rebotes el jugador número once la meta en el arco argentino golpeando en lo anímico a un equipo inseguro, donde todo dependía de lo que hacía el mejor jugador del mundo.

La segunda parte encontró a un equipo sin cambios y en una jugada fortuita, donde el defensor de Islandia por mirar la pelota tropieza con los pies de Meza dentro del área y le permite a la Argentina tener un penal a su favor, algo que estaba fuera del trámite del partido porque Islandia seguía ordenado y bien estructurado.

Va Messi y cuando todos descontábamos el segundo gol, desperdicia la oportunidad  pateándolo a una zona que normalmente a los arqueros se les hace más fácil atajarlos,  (a media altura y no tan pegada al palo, salvo que sea engañado), lo que definitivamente lo derrumba y casi abrumado por su falla del penal, transitó la parte final del encuentro buscando desde fuera del área para ver si podía revertir su error.

Pero hay algo que parece inevitable y es que el verdadero Messi juega en el Barcelona, ese a quien muchas veces se lo ve como que no entra en juego, como que se desentiende, para luego aparecer y ser maravilloso, el que viene aquí no va a lograr nunca, porque en la selección él es como un injerto y entonces por ser quien es en el mundo o por una cosa o por otra, obliga a sus transitorios “socios”,  con quienes no tiene aceitado sus movimientos y su juego, a buscarlo permanentemente y eso le quita  sorpresa a él y decisiones propias a sus compañeros de equipo, entonces termina poniéndose el equipo al hombro desde el minuto cero, buscando solucionar todo con su gambeta o con su pegada y a veces, como hoy,  no se da.

Todavía está a tiempo para corregir defensa y medio campo, buscando lograr un triunfo sobre Croacia que nos ilusione y le permita a la Selección Argentina llegar al último partido con esperanzas ciertas de clasificar a octavos.

Hasta pronto.


miércoles, 23 de mayo de 2018

La Libertadores exige jerarquía.

Terminó como una semana “trágica” por las 3 derrotas consecutivas, con la diferencia que en este último encuentro, Racing fue recuperando de a poco, después de esos veinte minutos iniciales donde no podía hacer pie y sobre todo en el segundo tiempo, la imagen de aquel equipo del “Chacho” que nos hizo ilusionar tanto.

Fue una pena desde ese punto de vista, no haber logrado el merecido empate, que lo hubiera ubicado a Racing ganador de la zona y eso de alguna manera cerraría de mejor manera este semestre, sin embargo no debemos dejar de lado que salvo ese comienzo donde creo que a muchos se nos cruzó por la cabeza que podía terminar con una goleada del Cruzeiro, se repuso anímicamente, pudo ganar confianza y lograr, sobre todo en la segunda parte tener un poco más de precisión y despliegue,  lo que le dio un mejor juego y más seguridad, achicando líneas y llevando a un equipo brasilero a no poder imponer su juego inicial.

Racing sufrió mucho en el comienzo por el mal funcionamiento de su medio campo, donde se muy erráticos en los primeros pases, especialmente Cardozo, Solari y el “Pulpo”, hacían que los contragolpes de Cruzeiro tomaran desarmada a una línea de fondo que tampoco tenía reacción, lo que trajo como resultado que en menos de diez minutos el equipo local puso a Racing al borde del precipicio con dos goles que fueron por sobre todo, dos golpes al corazón.

Pero de a poco Racing a través de que “Licha” López, decididamente de enganche y llevando la bandera de la recuperación, junto al siempre comprometido Centurión y la fuerza de Lautaro, pudo generar alguna jugada clara que con varios pases que lo fueron acercando al arco del equipo brasilero, como la de Solari, que pudo terminar en gol y fue córner o la de Soto con una pelota que cruza todo el área y nadie alcanza a tocar.

Eso demostraba que se podía salir de esa desorientación inicial, solo faltaba animarse, pero todo se reducía al buen trabajo de “nuestro capitán de tormentas” que es Lisandro López, quien esta vez se hizo dueño del equipo.

Y a los 27 minutos, Pillud habilita a Solari sobre la derecha, centro, Lisandro que la pelea y la pelota que cae llovida sobre la izquierda, donde Centurión de “bolea” la pone contra el palo derecho.

Descuento y un poco de aire para un Racing que estaba ahogado y que ahora comenzaba a hacerse dueño de la pelota y aunque el medio campo seguía con inconvenientes, pudo dominar gran parte de ese resto del tiempo y tanto es así que ante una escapada de Centurión casi la mete Lautaro, quien minutos después recibe de Solari en la mitad de cancha, domina y se la devuelve larga, para que el volante que había picado al vacío, quede mano a mano con Fabio, se la pique por arriba del cuerpo y cuando la pelota ya entraba pega en el palo y sale hacia adelante.

Hubiera sido casi la gloria para un equipo que necesitaba ese golpe anímico, aunque no dejó de ser un aliciente porque demostró que ellos atrás no eran tan seguros, aunque tampoco lo estaba Racing porque seguían las distracciones y en una contra sobre el final lo tuvo Cruzeiro, cuando Arrascaeta pica solo y enfrenta a Musso que en gran forma le quita la pelota de los pies.

El segundo tiempo comenzó con un Cruzeiro que buscaba sorprender nuevamente, pero ya no encontró a un Racing tan desarmado y aunque tuvo alguna con Sassa que volvió a encontrar un Musso atento y concentrado, no fue el del primer tiempo, tanto que sin ser profundo Racing paso a ser dominador de la mayor parte del segundo tiempo, poniendo a Cruzeiro en su campo y aquí se pudo ver una versión más parecida al Racing de Coudet que todos queremos, ya con Donatti más asentado, con un “Licha” de muy buen trabajo, a mi gusto el mejor, con un Centurión picante y con un Lautaro que dejaba el alma en cada pelota.

El empate lo tuvo Racing a través de una jugada de Centurión que después de un gran pique, desde la mitad de cancha, la quiso terminar él cuando podía haber habilitado a Martinez y el mismo “Centu” pudo volver a empatarlo de cabeza tras un centro de Pillud.

Después hubo un par de jugada más, como un centro de Mansilla que fue sacado al córner cuando Zaracho estaba para cabecear solo, pero no alcanzó para un empate que debió haber sido el resultado más justo.

Ahora es tiempo de Mundial, pero para Racing será el tiempo de replanteos y de cambios, porque para poder ganarla, la Libertadores exige jerarquía y a través de este semestre quedo en evidencia que solo cuenta con un grupo de jugadores que están a la altura de vestir esta camiseta, con los que apenas se puede formar un equipo titular y algo más, del cual se nos va un goleador, que a priori es irreemplazable.

La colocación final, debido a la diferencia de gol, ubica a Racing segundo, es decir con pocas posibilidades de enfrentar a equipos argentinos, lo que casi con seguridad deberá viajar a jugar al exterior en plazas difíciles, donde momentos de indecisión como los que vivió anoche en la cancha del Cruzeiro lo dejan afuera del torneo, por eso como hincha confío y espero que Milito y Coudet coincidan en las decisiones y sean lo más certeros posibles, en la elección de los refuerzos que se incorporen a este plantel.  

Hasta pronto.

viernes, 18 de mayo de 2018

Sarmiento “bochó” a Racing.


En mi comentario anterior le agradecía al “Chacho” por todo lo bueno que nos dio a través de un Racing que daba gusto verlo jugar, pero lo de  hoy lamentablemente tira por la borda casi todo lo bueno de su trabajo, porque no parecía un equipo de Coudet  y esta derrota raya casi en la deshonra deportiva, es humillante y sumada al partido anterior, nos presenta un final de semestre inesperado y doloroso para los hinchas académicos.

El bajísimo nivel de algunos jugadores marcan que no son solución para jugar más de un torneo al mismo tiempo y hoy quedó demostrado, frente a un rival que en todo momento lo superó en el juego y en la táctica, ganando la mayoría de las pelotas divididas y manejándola mejor cuando la tenía en su poder.

Es cierto que a veces se excedió en las marcas, cometiendo infracciones fuertes, pero en general fue más claro y efectivo que Racing, que hará que el pase a octavos quede totalmente opacado.

No es que no se puede perder con un rival de menor jerarquía, la que hoy no se pudo observar, porque dio la sensación de que Racing además del mal juego y de los pases que parecían hechos por el enemigo, no puso todo lo que hay que poner y a medida que pasaba el tiempo aparecieron los nervios y todo empeoró, ante un Sarmiento que se jugaba todo en cada pelota disputada y que cuando la tuvo siempre trató de jugarla con criterio.

Esto involucra a todos y obviamente a Coudet por ser el responsable, pero hay algo importante, el equipo ya venía decayendo en su juego por motivos de lesiones y de falta de recuperación de los jugadores como Neri Cardozo, que no tiene nada que ver con el que arribó desde México y el “Pulpo” González, que tampoco se entiende su falta de ritmo, pero también Lautaro y Centurión, que si bien se esforzaron todo el encuentro, han decaído en confianza,

Creo que la selección le afecto anímicamente a Lautaro, porque desde que volvió de la gira, aunque deja todo en la cancha y sufre como el que más, gana menos en sus duelos personales y viene resolviendo mal, mientras que a Centurión, en un caso totalmente distinto, pudo también haberlo sacado un poco de su concentración, aunque en honor a la verdad, sigue siendo el único que podía llegar a realizar alguna jugada distinta, por eso lo buscaban todos sus compañeros, pero también sus rivales quienes desde el primer instante trataron de no darle espacios y no dejarlo pensar, y cuando se les escapaba, ahí si le daban…pero de lo lindo.

Contrariamente a los de Racing, todo se multiplicaba para bien en cada jugador de Sarmiento y se dieron cuenta que su rival era vulnerable, la confianza creció de tal manera que llegaron al gol y aún con un hombre menos nunca dejaron de tratar bien la pelota.

Esta noche Sarmiento “bochó” a Racing, porque fue un equipo que no tuvo respuestas de ningún tipo, se mostró confuso, sin ideas, sin juego y sin fuerza anímica.

Hoy creo que es una bendición que esto se termine, aunque no será nada fácil digerir este final, porque este golpe es peor que el de Colón, aún haciendo un buen partido con Cruzeiro, que en realidad ya no interesa tanto, no digo que no sería bueno ganar, pero ser primero o segundo prácticamente da igual en la Libertadores.

Hasta pronto.

martes, 15 de mayo de 2018

Gracias “Chacho”!

Que si tengo bronca por no entrar a la Libertadores…
No. Me da lástima, pero no tengo bronca.
Porque a esta temporada hay que dividirla en dos.
Antes y después de la llegada de Coudet.
Porque si no, nos estamos equivocando en la apreciación.
Hace diez días atrás no estábamos ni en la Sudamericana.
Pero entre triunfos y resultados que no esperábamos, se nos abrió una gran chance.
Y hoy, un resultado que no estaba en los planes, nos hizo perderla.
El fútbol es así.
Dolió perder ante Colón y de locales.
Porque era casi seguro que en Cilindro y con toda la gente, podíamos sacar este partido adelante.
Pero perdimos en el resultado porque perdimos en las dos áreas y por momentos también el medio campo.
Colón vino a hacer su trabajo con una fuerte y segura defensa, volantes que saben jugar  y delanteros rápidos, que estaban preparados y al acecho, sabiendo que Racing iba a a salir a comérselo crudo desde el vamos.
Y así fue, incluso con la suerte de lograr un gol al minutos cuando Barbieri cabecea un tiro de esquina, la pelota pega en Ortiz y descoloca a Dominguez.
Gol que auguraba una noche distinta.
Pero algo no andaba bien.
La defensa estaba insegura, el medio no retrocedía bien y dejaba muchos espacios para que un jugador como Alan Ruiz pudiera tener espacio y tiempo para pensar, lo que era peligroso y además con un Bastía que parece no envejecer nunca.
Es evidente que Meli no es Nery Dominguez y entonces no se coloca entre los dos centrales, se desordena, por lo que la línea de fondo quedaba expuesta ante tanto espacio libre y ante delanteros muy veloces y bastante hábiles.
El partido se veía con un Racing que quería atacar con mucha gente, pero que se mostraba desordenado cuando perdía la pelota y los sabaleros sabían que hacer cuando la recuperaban.
Así y todo y dentro de esa especie de “barullo” que parecía el partido, “Licha” pone la pausa y habilita en gran forma  a Centurión que pisa el área, llega al fondo y en lugar de asistir a sus compañeros, lo quiere definir él pero la saca el arquero.
Que se le puede decir a quien viene siendo el que genera casi todas las jugadas de gol.
Nada, y como contrapartida, contragolpe de Colón, donde Alan Ruiz habilita a  Estigarribia y este somete a Musso.
Empate y a remarla, aunque no con angustia, porque el empate igual nos posicionaba en la Libertadores.
Al rato se Lautaro recibe y encara hacia el arco y su remate es desviado por el arquero Dominguez.
Todo era intenso pero desordenado, pero no hay dudas que desde que los Neri/y no volvieron a funcionar bien el juego fue desapareciendo.
A los 17 minutos quizás la mejor jugada de Racing, que arranca desde el medio campo, con Meli para Zaracho, apertura sobre la derecha a “Licha” que levanta el centro sobre la izquierda para que Centurión  la baje de cabeza para el “Pulpo” a un metro de la línea del arco y era gol…pero no. González la manda sobre el travesaño.
Increíble, pero cierto!
Aunque Ud. no lo crea!...como aquella vieja y famosa frase.
Racing fallaba mucho y daba ventajas, como la de Meli que salva Musso, hoy quizás lo único rescatable.
Planchazo de Centurión que se salva de la roja, pero se lesiona Licha que venía jugando bien y entra Cuadra, extraño cambio por su larga inactividad cuando estaba Neri Cardozo.
Pero cerca del final, faltando menos de diez minutos, sucedió lo peor.
Alán Ruiz recoge un rechazo y mete una pelota larga para Bernardi.
La defensa mal parada le mira el número, pero Musso atento, vuelve a salvar tapándole el disparo, con tanta “Meli” suerte, que rebota en el volante académico y se mete en el arco.
Esto encegueció más a Racing, que terminó el primer tiempo con un resultado negativo que no esperaba.
La segunda parte presentó un nuevo cambio, Solari reemplaza a Saravia con algunos problemas.
Y la cosa comenzó bastante bien, justamente por el lado de Augusto.
Ya Colón solo esperaba algún que otro descuido de Racing para dar el zarpazo.
Pero Racing que arrinconó al equipo santafesino, no tuvo claridad.
No terminó nunca bien un ataque y termino tirando malos centros para lucimiento de Domínguez y sus centrales, que despejaban todo lo que caía en el área.
Era inútil el esfuerzo, porque no había juego y se perdían pelotas fáciles en cualquier lugar de la cancha, lo que denunciaba un claro bajo nivel de la mayoría de sus jugadores.
A mi gusto y con todo respeto, creo que salvo Musso, de buen trabajo, algo de Centurión en la primera parte sobre todo, de “Licha” mientras estuvo en cancha y podría decir de Solari, aunque fue de mayor a menor y término confundido como todos, los demás, pero especialmente el “Pulpo”, Zaracho, Cuadra y Lautaro, estuvieron desconocidos en un partido para olvidar, en una noche que soñabamos con otro final.
Colón lograba pocos contragolpes pero cada uno era una puñalada que hería y la última fue profunda, cuando Correa encara cerca del área con cuatro jugadores de Racing delante, pero igual se las ingenia para dejarlos desairados y conseguir el definitivo tercer gol.
Pero aunque da mucha tristeza, no es para desesperar, porque con una mano en el corazón, salvo esta semana, nunca tuvimos la posibilidad de poder clasificar a la Copa máxima.
Así y todo estamos en la Sudamericana, con la esperanza que también nos da la Copa Argentina para poder alcanzar ese objetivo mayor.
Así que más que tirarnos de los pelos por esta oportunidad perdida, hay que agradecer la llegada de Coudet al club por eso yo digo: gracias “Chacho”!.
Por habernos cambiado el ánimo a muchos hinchas de Racing.
Por habernos entregado la posibilidad de ver un equipo que sabe lo que quiere y que nos aleja de las angustias.
Por saber que salimos a ganar todos los partidos.
Ahora y a pesar de tener muchos lesionados, hay que ganar el primer partido de la Copa Argentina y después pelear a muerte el primer puesto de la zona frente a Cruzeiro.
Con lo que tengamos, pero siempre respetando la idea que este semestre a los hinchas, nos hizo sonreír la mayoría de las veces.

Hasta pronto.