martes, 7 de marzo de 2023

Un paso atrás.

Después de haber tenido una seguidilla de triunfos y un mejoramiento en el juego que auguraba un futuro prometedor, el viaje a Godoy Cruz nos volvió a ubicar en una cruda realidad.

El campo de juego y el árbitro influyeron, pero no determinaron que Racing jugara unos de sus peores encuentros de hace mucho tiempo a esta parte, dejando la triste imagen de un equipo que no sabe qué hacer ante la adversidad.

Pero no es la primera vez que Racing entra a jugar el partido con una extraña liviandad y placidez,  como dando  por sentado que va a ganarlo sin problemas, pero que lo descoloca profundamente cuando es sorprendido por el rival en el primer minuto de juego y entonces esa falsa tranquilidad se transforma en desesperación y confusión,  incapacidades que no lo dejan pensar con claridad, por lo que afecta directamente al funcionamiento.

Un funcionamiento que le solíamos destacar pero que este año lo hemos podido apreciar en partes, ya sea porque le faltan jugadores determinantes en la creación y en la definición de las jugadas, lo que provoca un desgaste mental y físico que va minando de a poco la confianza en si mismo y como sucedió ayer todo los argumentos comenzaban y terminaban con un pelotazo a Carbonero para ver si podía resolver por sí solo, lo que no hacían los demás.

Un equipo que, a mi modesto entender y con todo respeto, tiene algunos jugadores que no responden a las exigencias y sus cabezas gachas indican impotencia y sometimiento al juego del rival, cuando hay que sacar a relucir esa “rebeldía” en búsqueda de compensar con el esfuerzo lo que no se logra con lo que se había planificado.

Si bien en mi comentario anterior expresaba que “va queriendo”, hoy debo decir que Racing dio un paso atrás ante un Godoy Cruz que venía muy golpeado, permitiendo que los mendocinos con voluntad y pierna fuerte terminaran imponiendo su idea y quedándose con los tres puntos.

La desorientación y la falta de concentración que mostró el equipo en los goles de Godoy Cruz (lo de la barrera no se entiende) es muy preocupante y si no hubiera sido por Arias que tapó un par de pelotas magistralmente, casi milagrosas y una salvada sobre la línea,  estaríamos hablando de una derrota humillante.

Echémosle la culpa a la cancha porque era un desastre, al árbitro porque debió haber echado al que le pegó el codazo a Jonathan Gómez y a Ezeiza que casi le rompe el tobillo a Hauche, al VAR por haber anulado mal el gol de Galván, pero también debemos aceptar que ya sea por convicción o por otros criterios, Gago no encuentra los jugadores que puedan resolver las situaciones difíciles con claridad

Dice un refrán popular, el mejor es el que no juega, pero creo que queda claro que algo ha cambiado, no es lo mismo lo que generaban Miranda, Alcaraz, Vecchio y Copetti, que lo que hoy nos ofrecen Gómez, Oroz, Romero y Reniero, quizás aporten algo más Hauche, Morales y Guerrero, pero está a la vista que hay menos calidad de juego, por eso también es cierto que hoy por hoy, Matías Rojas, que ha crecido en su rendimiento, se ha convertido en un jugador imprescindible para Gago.

Afortunadamente Vecchio y Miranda van a volver dentro de un tiempo.

Pero bueno falta mucho y los resultados de los demás encuentros de alguna manera aliviaron esta derrota en la tabla, pero hay que tener cuidado con lo mental porque actuaciones como estas golpean mucho en lo anímico y desorientan a la hora de tomar decisiones.

Fue una lástima, porque un triunfo hubiera estado en sintonía con el festejo del día del hincha de Racing, que recuerda la épica reacción de los hinchas que colmaron el estadio aquel domingo 7 de marzo de 1999 y con su incondicional pasión lograron dar vuelta la orden judicial que decía que había dejado de existir.

Mi reconocimiento a todos aquellos hinchas que lo hicieron posible.

FELIZ DIA DEL HINCHA DE RACING!

Hasta pronto.