La llegada de Coudet ha creado una gran expectativa,
especialmente porque su propuesta, que si nos guiamos por su paso en Rosario
Centra es esperanzadora, está basada en ser protagonistas siempre, en jugar
ofensivamente y con una gran intensidad, algo contrapuesto a lo que se vio
el año anterior, bajo la conducción de Diego Cocca.
Pero ese cambio también trae aparejado lógicos
inconvenientes, porque muchos de los jugadores que fueron contratados por
Racing en la etapa anterior no son del gusto del “Chacho” y debieron tomar otro
rumbo, aunque todavía quedan algunos marginados que deberán resolver su
situación.
Y la consecuencia de ese “desarme” naturalmente
llevó a Racing a contratar nuevos jugadores, aquellos que puedan adecuarse
rápidamente a la idea que tratará de imponer Coudet, y a través de las
gestiones, hoy con Diego Milito como responsable de la Secretaría Técnica,
llegaron al club Nery Cardoso, Nery Dominguez, Donatti y Zigali, quienes a
priori tienen las condiciones que satisfacen al “Chacho”, ya sea por haber
dirigido a varios y/o por sus buenas actuaciones en sus últimos equipos.
Pero este nuevo rompecabezas hay que empezarlo a
armar, y no es sencillo, ya que parece más un “puzzle” complicado, porque cambian las reglas del juego y el tema de fondo es que no hay demasiado tiempo
para lograrlo, dado que hay que comenzar a jugar por los puntos en poco más de 10
días.
Y eso es preocupante, ya que ahí sí, estamos en
desventaja con los otros equipos grandes, porque que todos vienen con continuidad de técnico y plantel,
lo que les da un plus, ya que pueden tener un
problema de ritmo futbolístico, pero en general, la idea la tienen
incorporada.
Anoche ante Temperley, aún entendiendo que Racing
presentó un equipo alternativo, hubo una diferencia sustancial y fue que el
equipo “Gasolero” además de jugar con sus titulares tomó el partido como una final, ya que se pudo
ver como disputó cada pelota y como se los veía ansiosos finalizando el
partido, esperando el pitazo que le diera como ganador el mismo.
Mientras tanto el equipo académico trataba de
cumplir con algunas premisas del técnico, las que nunca pudo llevar adelante, por lo que nada nuevo se pudo observar para por lo menos decir, que se vio la mano
del “Chacho”.
Una de las cosas más difíciles que hay en el fútbol
es lograr precisión en velocidad y ayer se pudo ver justamente lo contrario, mucha
aceleración pero llena de imprecisiones, lo que derivó en un ir y venir sin
ideas.
Sobre todo en el primer tiempo, hubo desajustes en defensa y el medio campo no tuvo mucho juego ni recuperación, donde rescato al “Facha” Gutierrez, que juega con una paz increíble, por lo que
los delanteros no tuvieron una sola ocasión de gol, algo que mejoró en la
segunda etapa, en la que también me sorprendió por lo atrevido y por su personalidad
el chico Gonzalo Córdoba, donde Temperley se retrasó mucho y se dedicó a
defender el gol de ventaja con alma y vida.
No es momento para juzgar a nadie, porque los equipos se van conformando al andar, es
decir jugando partidos, y eso es lo que personalmente más me inquieta, dado que
además de torneo local en pocos días, dentro
de un mes y medio comienza la Copa Libertadores para Racing y no se si alcanza ese
período de tiempo para lograr un buen funcionamiento.
Por último se viene el clásico de verano, que por
supuesto todos los hinchas de Racing queremos que el equipo gane, pero pensemos
que será difícil porque la Academia enfrentará a un equipo afianzado, mientras el “puzzle” del “Chacho” Coudet, recién
se está comenzando a armar.