Fue muy duro el golpe al corazón que nos dió Rafaela y este
partido contra Argentinos era para reivindicarse con la gente y para tener una
mejor predisposición para el clásico, que sin lugar a dudas es siempre un
partido bisagra.
Y Racing logró un buen triunfo, aún aceptando que Argentinos
no lo preocupó demasiado – Saja prácticamente no tuvo ninguna intervención de
riesgo-.
Pero el equipo debe encontrar una regularidad, una forma de
juego que le genere confianza y que le permita tener más seguridad en el juego.
Anoche por suerte, hubo jugadores que han recuperado su
nivel: La dupla central tuvo un buen encuentro – Cahais sobresalió y fue una de
las figuras-, Pelletieri que volvió a ser aquel que cubría todos los sectores y
esta vez llegando al área y haciéndose presente con un gol en jugada de pelota
parada y Vietto que le dio movilidad al ataque y conquistó un lindo gol.
Bolatti demostró que es un jugador de jerarquía y
evidentemente debe jugar de titular, aunque no se soltó como es su
característica.
Perez Guedes realizó una tarea importante sobre la banda
izquierda y creo que debe tener otra oportunidad.
Pero hubo dos jugadores que venían con bajas actuaciones y mostraron
una mejoría en su perfomance : Sand y Corvalán. El “Pepe” realizó un buen primer tiempo jugando de espaldas, aguantando
la pelota y muchas veces bajando para entrar en el circuito de juego y llegar a
posición de gol. Es evidente que le falta pero por lo menos estuvo más activo,
más comprometido. Con más fe.
Corvalán se reencontró con la marca y el anticipo, aunque
para mí sigue faltándole confianza para jugar cuando tiene la pelota ya que
normalmente sus pases son erróneos. Después, Pillud trajinó mucho, fue bastante
bien al ataque y envió buenos centros, pero en el segundo tiempo no pudo con
Barrera.
Por último Camoranessi de bajo rendimiento y con muchas
fallas en algo que es su mayor virtud en esta etapa de su carrera: los pases.
Se lo ve como cansado.
Es decir el equipo mejoró en su actitud y ganó un encuentro que
lo tranquiliza.
En síntesis, un triunfo anímico
que le permite afrontar el clásico con otro espíritu.
Por ese lado las cosas han mejorado, pero a esto debe
acompañarlo un entendimiento en las disputas internas, sino de nada sirve.
Hasta pronto.