Después de ver el partido lo primero que pensé después de esta inmensa alegría fue, se puede.
Porque me parece que el equipo ha tenido un cambio mental y
eso se comprobó en como disputó los partidos ante Newell’s y ante Boca.
Hoy un partido difícil de analizar en una cancha, que aunque
estaba mejor que en el encuentro suspendido, se veía muy rápida, pero además porque
no había mucho tiempo como para pensar, sumándole los nervios y la ansiedad
lógica por todo lo que implicaba
sacar a flote el encuentro.
Fue un planteo razonable de Cocca el presionar
permanentemente y el de atacar por afuera llenando de centros el área de Boca, que
presentaba una frágil línea de fondo, algo que podían aprovechar muy bien
Milito y Bou.
Es evidente que Milito genera en los rivales una
preocupación especial y en sus compañeros una gran confianza, porque su juego muestra
una jerarquía diferente.
Avisó a los dos minutos cuando convierte y le anulan el gol
por posición adelantada y pocos minutos después, en el área grande le baja la
pelota con el pecho a Bou quien convierte el empate.
En este planteo tuvo un muy buen desempeño Acuña quien se
mostró punzante por la derecha y siempre complicó a sus marcadores, así fue
como cerca del final del primer tiempo, un centro suyo sobre el área es
cabeceado nuevamente por Bou concretando el segundo gol, que sería finalmente
el del triunfo.
Caso contrario pasaba con Oroz en la izquierda quien salvo
un par de toques interesantes, nunca se pudo concentrarse en el partido,
seguramente porque no tiene la característica de los jugadores carrileros,
porque habitualmente juega de enganche y porque como todo jugador creativo carece
de esa predisposición a la marca.
También era esperable que en el segundo tiempo, Boca buscara
de cualquier manera arrinconar a Racing, sobre todo en su cancha y con el
resultado adverso, por lo que los cambios de la ribera de delanteros por
defensores comenzaron desde el inicio del mismo.
Mientras tanto Racing continuaba igual, cuando a mi gusto pienso que Oroz debería de haber salido al
terminar el primer tiempo, porque no cumplía ni la función de marca ni la de
enlace.
También me pareció que no era Acevedo, sino Cerro que tiene
más dinámica, quien debería haber entrado por el chico aunque quizás lo que
buscó fue con el ex Defensa y Justicia frenar el ímpetu de Boca teniendo un
poco más la pelota.
Pero todo era nervio y desesperación lo que provoca la
entrada de Nico Sanchez y Voboril, ante la total posesión de la pelota a los
locales.
Lluvia de centros en el área de Racing, donde Saja cumplió
una actuación correcta y todos los defensores estuvieron concentrados, descollando
Lollo quien tuvo un muy buen partido.
Nuevamente buen partido de los volantes por adentro Aued y
Videla con entrega y actitud para jugar este tipo de partidos.
Aued agregándole un poco más de juego, demostrando que ya no
le pesa esta gloriosa camiseta y Videla, aunque por momentos se desordena
exhibe lo que veníamos exigiendo hace tiempo: presencia y carácter en la mitad
de cancha.
El equipo está encontrando en Lollo, Videla y Milito la
columna vertebral que hace mucho no tenía.
Solo falta que Saja vuelva a su nivel futbolístico y anímico,
lo que posiblemente pueda comenzar a retomar a partir de estos dos últimos
encuentros, en lo que parece que Racing ha comenzado a tomar confianza
convencido de que se puede mejorar.
Para Bou un reconocimiento de quienes – y me incluyo – no le
teníamos nada de confianza y hoy ha cumplido con creces logrando lo que creo
ningún hincha esperaba.
Hacerle dos goles a Boca y en la Bombonera!
Por eso vaya para él, para sus compañeros del plantel y
cuerpo técnico este
¡QUE BOUENO
RACING!
Por haber logrado
este triunfo y por cortar con esa pesada carga de que no se podía dar vuelta un
resultado.
Porque Racing logró algo más importante que un triunfo.
Fue darse cuenta que se puede y este, es el momento de ir por
más.
Hasta
pronto.