El hincha de Racing fue al Cilindro a
vivir con emoción el respetuoso adiós al gran Juan José Pizzuti y con la gran ilusión
de ver ganar al “nuevo” equipo de Sebastián Beccacece.
Después de una semana con mucho misterio, Racing finalmente puso en cancha el equipo del que se venía hablando, con Montoya por Pillud, Miranda por Díaz y el debut de Banega como volante por derecha, dejando sorpresivamente a Reniero fuera de los concentrados.
Comenzaba por fin la era Beccacece, con un equipo que tenía una
buena intención en el trato de la
pelota, la circulación y la tenencia, pero todo eso lo realizaba en una zona donde
no se le hacía daño a un Atlético de Tucumán que tampoco
molestaba demasiado a Gabriel Arias, porque solo esperaba a que Racing se
desarmara o se equivocara en su intención de toque, para recuperar y
buscar a sus dos grandotes de punta, más el acompañamiento de Carreras y Melano.
No pasaba demasiado y el partido era anodino, con poco pudo ser de Atlético con Díaz y pudo tenerlo
Racing pero salvó Luchetti, aunque eran solo insinuaciones, donde sorprendía el bajo rendimiento de Barbona, que parecía
tener el síndrome del ex, de Rojas y de un Miranda que se nota que sabe jugar
pero que arriesga demasiado con sus enganches y gambetas en una zona donde esos errores se pagan caro.
Atrás no había tantos inconvenientes, en el medio el
chico Banega era entusiasta pero no pesaba demasiado y adelante Fértoli se enredaba en su propio juego, solo quedaba “Licha” López que jugaba al “solitario” entre los dos
centrales en una lucha desigual, sobre todo cuando la pelota venia más por
arriba que por abajo.
Pero como el fútbol tiene estas cosas, una pelota parada, un
centro de Barbona, un remolino de piernas en el área y Mauricio Martínez que la
clava sobre el palo izquierdo de Luchetti.
Era el momento ideal para comenzar a imponer su juego, pero no fue así y
Atlético casi empata sobre el final del primer tiempo.
El cambio de Barbona era mas que cantado y Cristaldo fue quien salió a jugar la segunda
mitad, pero eso no trajo ninguna mejoría, porque Racing seguía sin mostrar
algunas de las virtudes que el nuevo técnico exhibió con Defensa y Justicia y
cuando todos esperábamos algún nuevo cambio que hiciera mas solido el medio o alimentara la ofensiva, Sigali a la
cancha por Banegas para formar linea de cinco, seguramente preocupado por los pelotazos que llegaban al área racinguista.
Una mala devolución de Rojas hacia
atrás, le permitió a Atlético robar la pelota y realizar una jugada de ataque, donde
el centro rasante de Carreras le llegara finalmente a Toledo que solo tuvo que
empujarla al gol.
Empate que terminó de golpear la poca
fe que tenía el equipo y Arias por dos veces con gran reacción pudo
salvar lo que hubiera sido el segundo gol de los tucumanos, que hubiera llevado aún más
incertidumbre a un equipo que mostraba signos de no saber que hacer.
Racing tenía que reaccionar y quedaba un
solo cambio, por lo que muchos como en mi caso habrán pensado, Cvitanich a la
cancha por Fértoli, pero sorpresa y media, porque entró Alcaraz, con solo 17
años, (a quien obviamente no lo voy a juzgar) cuando se necesitaba más experiencia
en la zona de volantes y en la ofensiva, para ayudar a buscar el gol que nos
diera el triunfo, lo que lamentablemente no sucedió.
Es cierto que adelantó a Montoya y justamente un desborde suyo y posterior centro, le permitió a Lisandro cachetear la pelota, pero Luchetti pudo manotearla y evitar el gol, también lo tuvo Cristaldo quien cabeceó pésimamente, un
buen centro de Mena, pero este equipo de anoche, que dejó más dudas que
certezas, fue un Racing “descargado”, porque
aunque contaba con una nueva batería de ideas, a medida que pasaban los minutos se fue quedando "sin pilas", sin energía y
entonces esos conceptos se volvieron confusos y la falta de claridad trajo imprecisión e inseguridad, situación que se acrecentó en la segunda mitad con cambios que lo
llevaron a refugiarse como un equipo sin confianza.
Nadie va a criticar a chicos de las
inferiores, los cuales seguramente tendrán mucho futuro, pero en situaciones
como la de ayer, donde no hubo mucho tiempo para ensayos y sobre todo teniendo en
el banco a jugadores que tienen capacidad y experiencia, hubiera
preferido que ingresaran en partidos casi definidos y no para ser soluciones, porque
en ese caso tienen que demostrar todo en ese momento y hay pocos que lo pueden
hacer.
Ciertamente no es fácil imponer una idea,
pero no pudimos ver ni la intensidad, ni la
presión y ofensiva que suelen mostrar los equipos de Beccacece, quizás
por no entender o no poder llevar a cabo lo que el técnico les solicitó y si
bien debemos tener paciencia, sería importante que el equipo comience a exhibir
un juego que nos permita ilusionarnos, no solo en el presente torneo, sino para
todo lo que nos espera a partir de marzo.
Hasta pronto