En mi último comentario decía que podía darse un hecho
milagroso que nos permitiera volver a sonreír y a pesar de que en la semana hubo
declaraciones que no preveían que sucediera, se logró y de buena forma, un
triunfo de visitante que puede ser clave para una definitiva recuperación.
La primera sorpresa era que Lisandro López no estaba ni
siquiera en el banco, algo que llamó mucho la atención y daba lugar a
suspicacias, pensando más en alguna disputa personal con el técnico, que en el
estado febril que le impidió estar, por lo tanto, a priori, no era bueno el
panorama.
Sin embargo, pudimos ver en cancha, a un equipo que si bien
no desplegó un juego vistoso, tuvo actitud, orden, solidaridad e inteligencia
para enfrentar al mejor equipo del torneo, donde coincidieron el sistema aplicado
y la predisposición de un plantel dispuesto a cumplirlo a rajatabla.
Y a medida que avanzaba el encuentro se comenzó a notar que Racing
le peleaba el partido a Boca, en todos los sectores de la cancha, especialmente
donde el local genera su juego, viéndose al “Pulpo” González, capitán por
ausencia de “Licha”, llevar la bandera que indicaba que había un equipo que iba
a presentar batalla.
Y la lucha justamente estaba “picante” en el medio campo, donde
se hicieron fuerte el uruguayo Arévalo Ríos, muy recuperado y el“Pulpo”
González, que con su juego y su presencia se va convirtiendo en un nuevo líder
dentro del campo, ambos acompañados por un esforzado y voluntarioso Solari, quien
realizó un gran movimiento y una excelente definición en su gol y por el
colombiano Ibargüen, que no estuvo tan fino con sus gambetas, pero que siempre
buscó hacerlas igual, además de esmerarse, aunque no lo siente, para ayudar en
el aspecto defensivo.
Así fue como esa pelea futbolística que iba in crescendo,
fue mostrando a un grupo de jugadores comprometidos con la causa, que
involucran entrega, orden táctico y el lógico deseo de buscar el triunfo, que si
bien no lo hacía a través de un juego atractivo, si lo buscaba con la
agresividad necesaria, desde la
seguridad de Musso hasta la gran categoría de Lautaro Martinez, sin dudas el mejor
de todos y factor determinante para sentenciar a Boca, convirtiendo un gran gol
después de combinar con Triverio, también de buen partido y finalmente asistiendo
en excelente forma a Solari para el segundo.
La línea de fondo supo respaldar a los volantes para que no
les ganen sus espaldas, buscando anticiparse siempre, para no dejar recibir
libres a los delanteros boquenses y estuvo concentrada y a tono con la vibra durante
todo el partido, donde Saravia volvió a sobresalir por su buen trabajo.
Los cambios acertados de Mansilla, Zaracho y Meli ayudaron a
oxigenar la zona media, porque Boca nervioso y sacado, por perder nuevamente
con Racing de local y por lo que se presumía sobre la lesión de Benedetto se
había volcado enteramente a campo académico.
Finalmente el triunfo anhelado y esta vez ¡COCCA...RDA para el técnico!, porque acertó con el sistema que fue muy bien interpretado
por el equipo durante todo el encuentro,
para ganarle otra vez en su cancha al
presunto campeón, equipo que debió haber tenido varios expulsados a no ser por el
árbitro Herrera, que parecía un adversario más, ya que buscó sacar el partido
sin perjudicar a Boca, en lugar de tomar determinaciones, que podían haberle
dado a Racing la posibilidad de ganar por una diferencia mayor.
Ahora, una reflexión final.
Fue una pena, que después de este gran triunfo, de esta inmensa
alegría, Cocca en sus declaraciones adelante, que como le gusto el equipo, no
sabe si “Licha” va a ser titular en el clásico ante el vecino, cuando hace unos
días decía que siempre lo pone.
No hacía falta, pero tengo la sensación que sigue habiendo
algunas diferencias entre Lisandro López y el técnico, que espero puedan
superarlas por el bien de Racing.
Hasta pronto.