Normalmente en su inicio, los partidos por la Copa
Argentina no son medida para muchos equipos de la Primera División A, pero no solo
por jugar en la máxima categoría, sino porque en casi todos los aspectos que
hacen a un club, superan en la mayoría de los casos a quien en esa primera
instancia es su adversario.
Desde lo económico, que le permite contar con jugadores de mayor
jerarquía de exclusiva dedicación a la profesión, la preparación física y el
ritmo que impone dicho torneos, marcan una diferencia sustancial, la que
debería ser suficiente como para que no hubiera sorpresas en el resultado, pero
se ha visto que no es así.
Es que sobre todo, cuando los equipos de mayor categoría y renombre
enfrentan a aquellos que intervienen en el torneo de una forma casi amateur, sufren,
aunque no deberían, el peso una mayor responsabilidad a la hora de la
exposición, sabiendo que en caso de no ganar el encuentro además de recibir el
repudio natural de sus hinchas, les caerá encima el resto del mundo futbolero con
las burlas de los hinchas rivales, con las cuales tendrán que convivir por un
tiempo.
Y un ejemplo es el partido que Racing
jugó ayer, el que diría, que no tiene
mucho sentido analizar a fondo, porque
desde el vamos, lo primero que se me
cruzó por la mente es que la Academia tenía mucho
para perder y poco para ganar.
Y eso se vio reflejado en esa primera
etapa que finalizó sin goles, donde hubo jugadores que tenían una imprecisión alarmante
ante un equipo limitado y sin fuerzas, que solo pareció que jugó bastante bien
porque Racing prácticamente no acertó ni con el planteo ni con el juego, sabiendo
que a medida que pasa el tiempo y no se logra la ventaja, los que siempre
pierden la paciencia son los equipos superiores, que no pueden demostrar que lo
son, mientras los rivales se fortalecen mentalmente.
Por suerte no fue así, ya que a los pocos minutos Racing abrió el marcador que desnudó aún más la fragilidad de su rival y después del segundo gol buscó solo esperar que el tiempo pase.
Ahora a pensar en Vélez y tratar de cerrar este semestre
con un triunfo, para no perderles pisada a los de arriba y para que esa alegría
ayude de alguna manera a paliar ese dejo de tristeza que nos dejó no poder continuar
en la Libertadores.
Hasta pronto.