Quizás como pocas veces en el año, Racing en el segundo tiempo parecía haber encontrado una mejoría en su juego, nada extraordinario por cierto, pero comparado con lo que veníamos viendo, se notaba una superación.
Pero el técnico con los cambios de Lisandro López y Darío
Cvitanich se encargó de desarmar lo que estaba funcionando bien, quizás con la
idea de “cuidarlos” para la Copa
Argentina, pero lo único que logró fue dejar en evidencia que por lo que
generan, siguen siendo superiores al resto y eso implica que no deberían salir
nunca, salvo por lesión.
El partido comenzó bien negativo para Racing, con un
golazo de Santos a los tres minutos y con la inexplicable infracción de Copetti cuatro minutos después que deja al equipo con un hombre menos, lo que le permitió
a Talleres hacerse dueño total del partido a través de la tenencia del balón, pero
lo que a “priori” indicaba que podía venirse una goleada, no lo fue tanto, ya
que si bien merodeaba el área, Arias no sufría demasiado.
Después de la media hora el equipo pudo salir un
poco de ese andar desordenado y en un
desborde de Fabricio Domínguez sobre la
derecha, este es frenado con infracción
por Fèrtoli, ganándose una segunda amarilla (la primera por infracción a
Sigali), que lo lleva a la expulsión.
Esta situación igualó el encuentro a favor de Racing
en cantidad de jugadores y en lo anímico y un par de minutos después tambièn lo
hizo en el resultado, cuando Cvitanich era derribado en el área por un agarrón
de Dìaz, que derivó en un tiro penal que concretó en gol “Licha” Lopez.
En pocos minutos era todo comenzar de nuevo y eso pareció
golpear negativamente a Talleres y positivamente a Racing, que en el segundo
tiempo salió a buscarlo con más decisión.
Con el cambio de Martínez por Sigali -lesionado en
uno de sus pies- Racing quiso ser
protagonista a través de una mayor
actitud y durante 20 minutos fue el dominador del partido, ante un Talleres que
no hacía pie y se veía desbordado, con un par oportunidades que pudieron
haberle dado un nuevo gol, como fueron el remate de Fabricio Domínguez que desvía
Herrera y el cabezazo de Alcaraz que devuelve el travesaño.
Por lo menos se veía más circulación de pelota y más
llegadas que en los últimos cuatro partidos, lo que ya es mucho decir, con el gran
trabajo de Moreno y los buenos rendimientos de Lisandro Lòpez y Cvitanich, quienes
con su experiencia y calidad pudieron hacerse dueño de la pelota y hacer crecer
el equipo, que además trataba de desbordar por afuera a través de Mena/Rojas y
de Cáceres /Fabricio D., llevando a Talleres a refugiarse en su campo.
Pero esto duró hasta que fueron reemplazados Darío y
“Licha”, salidas que no se entienden, ya que a partir de ese
momento la Academia le dio a Talleres la posibilidad de equiparar el partido
Y a partir de los cambios Racing comenzó a declinar,
el de Alcaraz que reemplazó a Cvitanich,
lo llevó a Lisandro a jugar de punta y entrar menos en juego, para finalmente
terminar reemplazado por un Correa que continua sin preocupar a las defensas
rivales.
Despuès Fabricio D. es reemplazado por un Garré intrascendente,
que sigue sin desbordar ni patear al arco, mientras Rojas le deja su lugar a un
Chancalay, que ha bajado llamativamente su nivel.
Respecto de Cáceres y de Mena, el primero sigue sin
ser aquel chico que con su enjundia y fortaleza en sus subidas por el lateral
superaba a sus rivales y pisaba el área y el “chueco” a mi manera de ver,
debería decidir mejor en los centros y/o
asistencias en sus desbordes e incluso decidirse a rematar al arco cuando la
situación dentro del área lo amerita, como pasó ayer y no lo hizo.
Mientras Fabricio y Matías Rojas, estuvieron más
activos que de costumbre sobre todo desde la actitud que se les reclamaba y
desde los aciertos en los pases, quizás por hacerlo al lado de Lisandro y
Cvitanich, quienes “obligan” a jugar bien.
Sin llegar a realizar una gran tarea la visita encontró
el triunfo sobre el final, cuando Enzo Díaz, baja una pelota después de un
fallido rechazo y su fuerte remate se clava junto al palo izquierdo de Arias, logrando
el segundo y definitivo gol , que al igual que el primero fueron, como se dice
habitualmente, de otro partido.
Desde mi punto de vista, los cambios de Úbeda le dieron vida a Talleres y el posible triunfo
se convirtió en una dura derrota, que marca una realidad que nos golpea muy
fuerte a todos los racinguistas, porque
ya con la casi segura despedida del torneo, a Racing le queda un único objetivo para lograr un título, la Copa
Argentina.
Por eso el miércoles ante Godoy Cruz es a todo o
nada.
Hasta pronto.