Racing a través de un muy buen juego en los primeros tiempos, sigue sin poder concretar algunas de las muchas jugadas de gol que genera y eso lo está conduciendo a tener segundas partes donde llamativamente declina su rendimiento y finaliza con un estado de confusión que lo puede llevar a perder los partidos.
Un nuevo ejemplo de esa situación fue el partido de ayer
frente a Boca, donde Racing jugó una primera etapa exhibiendo un gran juego, intenso,
claro y creando siete oportunidades donde pudo haber convertido, pero por Rossi
o por deficiencias en los remates no pudo lograr concretar ninguno.
Todo el equipo estaba realizando un gran trabajo, destacándose
el buen nivel de Mura y Mena, los precisos centros de Rojas, el ida y vuelta de
Miranda con importantes apariciones en el área y el gran despliegue de Moreno.
El resto, con la importante reaparición de Arias,
acompañaba de buena manera a un Racing que se estaba llevando por delante a un Boca
desconcertado pero que lamentablemente no podía abrir el marcador, pudo ser de Galván
de cabeza pero salvó Fabra sobre la línea, Miranda de zurda salvó Rossi, Rojas increíblemente
solo por sobre el travesaño, Alcaraz en el área chica por sobre el travesaño, Hauche
de cabeza por sobre el arquero que alcanza a desviar, Moreno desde fuera del
área al lado del palo y nuevamente Alcaraz pero ahora de cabeza apenas desviado…eran
varias importantes, ante un rival que solo tuvo un par de ocasiones, pero que fueron
por errores propios, esos que se cometen por respetar a raja tabla el salir
jugando.
Pero el no concretar los goles en ese muy buen
primer tiempo lleva al desánimo, al que se le suma el lógico cansancio como consecuencia
de la exigencia física que tuvo el equipo en los primeros cuarenta y cinco
minutos, por lo que el segundo tiempo, si bien Alcaraz se lo pierde al minuto en
un mano a mano con Rossi y un poco más tarde Rojas por egoísta no le saca más rédito
a la situación, ya no era lo mismo, porque Boca había salido a disputar más el
partido y el protagonismo del partido ya era compartido.
Una distracción en la marca le permitió a Romero
enfrentar a Arias, quien respondió bien y Gago comenzó a realizar cambios,
reemplazos que fueron bajando aún más su accionar, porque ni Jonathan Gómez, que
tuvo un buen remate desde fuera del área que desvía Rossi, ni Carbonero que por
ahora sigue sin demostrar porque se pagó tanto por su pase, pudieron darle al
equipo algo diferente, mientras los de Boca si fueron más positivos.
Esa situación terminó agravándose cuando Gago,
obviamente buscando ganar el encuentro, envía a la cancha a Romero sacando a Miranda,
pero el delantero no tocó prácticamente la pelota porque Racing perdió
totalmente la mitad de cancha y terminó refugiándose cada vez más cerca de su
arquero, soportando momentos muy difíciles, donde Boca tuvo ocasiones para
convertir, pero a las que por suerte respondió en forma notable Gabriel Arias, demostrando
que sus grandes condiciones están intactas después de tantos meses de
inactividad por su grave lesión.
Lo del discutido penal no es más que otra decisión problemática
del VAR, porque aun suponiendo que esa mano de Gómez pudiera ser cobrada, podía
haberse evitado la discusión si le informan a Rapallini del planchazo de Villa,
por más que el reglamento marque que solo se investiga si la jugada termina en
gol.
Racing es un
equipo que se disfruta y se padece, por lo que Gago deberá
trabajar no solo en las definiciones porque sin goles no hay triunfos, pero también en lo físico y emocional, para
ver si puede sostener por mucho más tiempo el protagonismo que muestra en la
primera parte del encuentro.
Hasta pronto.