Porque confío?
Muchos pensarán porque regresó Diego Cocca, pero no,
aunque por supuesto es un aditamento importante.
Confío por algo que sucedió en el segundo semestre
del año pasado.
Fue en la tarde de aquel domingo 27 de noviembre en
el Cilindro, donde Racing apabulló a Independiente en el clásico, jugando de
forma excelente, tanto que hasta diría humilló a nuestro principal rival.
Ese equipo, ese día, pareció que no era el que venía
participando durante el 2016, daba la sensación de que era un conjunto
distinto, sin complejos, sin irregularidades, sin dudas, sólido, confiable.
Esa actuación no fue magia, ni fruto del azar, fue
el compromiso de un grupo de jugadores que sabían que no podían defraudar a los
hinchas frente al rival de toda la historia.
Pero algo ocurrió porque todo lo que jugo a
posteriori lo hizo de una manera horrible, donde en realidad pareció que hubiera
sido Racing el humillado y me hizo pensar si no había sido un sueño el partido
con los vecinos.
El equipo que debería tener elevado al máximo el
grado anímico apareció frente a Boca desordenado, sin voluntad, diría como “depresivo”,
sin alma.
Estaba con mucha bronca porque además los
comentarios periodísticos y las declaraciones de Licha y Pillud, me llevaron a
pensar que no todo estaba bien internamente y con el Ruso Zielinski.
Algo que las actuaciones ante Boca y Olimpo parecían confirmar, lo que
me llevó a escribir en este blog, el día 10 de diciembre y después del partido
frente a los bahienses, párrafos como “…por
eso creo que esa entrega total en el clásico fue como un “acuerdo” porque si no
la hinchada se los comía crudos y por ese partido dejaron las diferencias de
lado…”.
Y a la semana siguiente después de la derrota ante Unión decía“Algo pasó después del clásico ante Independiente, fue una triunfal falsa
imagen o fue relajación, pero algo determinó que en los últimos tres partidos
el equipo estuviera a la deriva, jugando muy mal, convirtiendo solo 2 goles y
recibiendo 7.”
Tiempo después todo finalizó como uno esperaba, por “h” o
por “b” y palabras más, palabras menos, es evidente que no hubo química entre
el grupo y el técnico, por motivos que solo ellos saben, por lo que, de nada
vale que aclaren ahora que todo estaba bien con él.
Pensando en este año, digo que confío en este plantel, basándome en el hecho más destacable del
2016, que fue ese fabuloso triunfo, donde de alguna manera y quizás hasta sin
darse cuenta, quedaron expuestos ante los hinchas de Racing, porque demostraron
que cuando quieren pueden.
Para algunos será poco, pero como dice el refrán “para muestra basta un botón” y como pienso que no fue casualidad lo que
Racing jugó en ese domingo inolvidable, tengo fe en lo que viene, lo único que
deben hacer es lo que deberían haber hecho siempre, dar lo máximo, con
responsabilidad, con actitud y con solidaridad, como profesionales que son.
Por ellos mismos y por todos los hinchas de Racing.
Hasta pronto.