miércoles, 8 de abril de 2015

Un resultado negativo siempre deja enseñanzas positivas.


Con un punto ya estábamos y con tres lográbamos la primera colocación en el grupo.
Creo que todos los hinchas de Racing, hablábamos de eso antes de este partido.
¿Cambió algo después de esta inesperada derrota?
Creo que pocas cosas, pero no muchas.
Por supuesto que duele el resultado, pero Racing sigue siendo primero y ganándole a los venezolanos, también conseguimos la punta, salvo en que no confiemos que le podemos ganar a Táchira.
Así que a confiar, porque además mañana se enfrentan Tachira-Cristal y si el equipo de Venezuela empata o gana, la Academia duerme tranquila.
Me preocupó ver a un equipo que no tiene la misma respuesta en ataque, como aquel del equipo campeón o el que comenzó la Libertadores.
Se fue desinflando de a poco, aunque hay motivos que saltan a la vista.
Una cosa es Milito diez puntos y otra cosa es Diego al cincuenta por ciento.
Porque admitiendo que es muy profesional y se cuida de la mejor manera, desde su lesión por lógica consecuencia, no responde como nos tenía acostumbrado.
Si descansa más por los problemas de  la rodilla, su poca actividad oficial –no entrenamientos- no le permite recuperar el ritmo, la  reacción y todo lo que necesita un jugador de primera para estar bien afilado.
Se lo nota más lento, más cansado y más fastioso, como enojado con él mismo, seguramente porque sufre internamente el no estar al ciento por ciento y aunque a veces tiene esos chispazos de calidad, hoy por hoy es más fácilmente absorbido por la marca.
Además de Bou, con quien evidentemente es el que más se entiende, le cuesta establecer buenas sociedades con los nuevos compañeros de ataque, llámese Fernández, Camacho, o Nuñez, lo que lo deja más expuesto.
A todo esto hay que sumarle que Bou fue el que más sufrió la lesión del capitán del equipo lo que se notó en su baja de rendimiento,  admitiendo que de cualquier manera este año hizo bastante goles.
Del partido en sí, entiendo que  iba por los carriles normales, donde un  Racing con paciencia y tratando de asegurar la pelota dominó la mayor parte del encuentro, pero era insinuaba más de lo que concretaba.
Faltó cambio de ritmo, más movilidad, porque ese andar lento aunque seguro, de alguna manera terminó como “durmiendo” al propio equipo hasta que despertó de un “cachetazo”  en el gol de Santander, pero ya era un poco tarde.
Lo pudo haber empatado a través de Acuña y de Milito, pero el zapatazo de Palau hizo que allí se terminara todo.
Si se equivocó Cocca o no también es relativo, porque Castillón realizó buenos movimientos y hasta tuvo una oportunidad, pero no terminó de concretar ninguna.
Alvarado estuvo impreciso y personalmente no me gustó como estaba ubicado en los primeros diez minutos del partido, al igual que Videla a quine vi tirado muy a la izquierda, aunque después se acomodaron y mejoró todo el equipo.
Es cierto que podría haber jugado de central con Sánchez, porque Cabral viene flojo, pero también hay que reconocer que Cerro no viene teniendo buenas actuaciones..
Adelante cada vez que entra Brian Fernández es como un despertador, pero sigue fallando en las definiciones.
Se nota el enojo de Milito con él, pero aprender lleva tiempo.
También le pasa a Acuña, a Nagüel.
Pero no estamos tan mal y no hay que desesperar.
Un resultado negativo siempre deja enseñanzas positivas, por eso como hincha confío en que Racing puede reencontrarse nuevamente con el buen camino, al igual que lo logró en el torneo que lo consagró campeón.

Hasta pronto.