Las explicaciones esgrimidas por Costas sobre la floja actuación de Racing (desgaste emocional que tuvo el plantel al lograr clasificarse a semifinales en la Copa Sudamericana), no alcanzan para justificar esta pobre y deslucida imagen del equipo ante Platense.
Es cierto que después de lograr uno de los objetivos
más deseados, una persona se relaja mentalmente y baja la tensión corporal, pero
también es verdad que sabiendo que esto pasaría, Costas podría haber previsto otro
equipo o realizar cambios al comienzo del segundo tiempo porque tiene a su
disposición jugadores, que si bien el jueves festejaron, mucho tiempo no
jugaron y otros que directamente no lo hicieron.
No es la primera vez que a Racing lo sorprenden de
entrada y antes de los dos minutos y el gol de Platense le sumó al equipo otro
problema más además del supuesto cansancio, y era que había que lidiar con un
resultado adverso sabiendo lo que le cuesta a Racing darlo vuelta.
Platense encontraba espacios en el medio campo y a
través de Taborda le creaba problemas, mientras Racing solo esperaba que
JuanFer o Almendra pudieran inventar algo, como lo hicieron a los 15 minutos,
cuando en un tiro libre, crean entre los dos la jugada que casi termina en gol,
si no fuera por la acción del defensor Marcich quien despeja sobre la línea y evita
el empate académico.
Racing sin tener la intensidad del jueves pasado
buscaba con pelotas largas osbre la linea de fondo rival y en un rechazo la
recibe “Maravilla” fuera del área, toca para Quintero sobre la derecha y este la
pone para Sosa que acompañaba, quien controla y remata clavándola arriba en el
primer palo. Golazo y empate que de alguna manera alentaba alguna esperanza para
llegar al triunfo, que estuvo cerca cuando Salas desde una buena posición sobre
la izquierda, enfrenta al arquero pero
su remate pega en el costado del arco.
En el segundo tiempo Racing comenzó a dominar el
encuentro, pero esto también se lo permitía Platense porque decidió retrasarse
y esperarlo refugiado cerca de su área, sabiendo que la Academia dejaría
espacios al adelantarse, y en esas idas un poco a los ponchazos, Martirena saca
un fuerte remate desde fuera del área que es rechazado a medias por Cozzani,
pelota que a buscar Salas pero no pudo llegar a tocarla.
Era evidente que Racing iba perdiendo las pocas
fuerzas para que tenía, porque se veía que Almendra ya no participaba tanto,
que Nardoni, con mucha entrega ya perdía pelotas por retenerla demasiado (está
mejorando mucho en ese puesto pero a mi modesto entender, debe soltarla más
rápido, es decir controlar y tocar, porque cuando la pierde deja mal parado al
equipo.) y en un contragolpe Schor deja atrás a Quiros y la pone para
Pellegrino quien solo ante Arias la levanta por sobre el travesaño.
Las demoras del juego que formaban parte de la estrategia
de Platense, se sumaban a las pocas respuestas que mostraba Racing para
encontrarle la vuelta al cerrado esquema del calamar y recién a los 20 minutos Costas
comenzó a tocar un equipo que hubiera necesitado cambios al comienzo de esta
segunda etapa y entonces por Almendra entra Baltazar Rodríguez y por Gabriel
Rojas Carbonero, pero si bien entraron en juego todo era tocar para atrás pero
el equipo seguía con ese andar débil y cansino y los pelotazos largos confirmaban
su confusión y su agotamiento, mientras el rival dándose cuenta encontraba
situaciones como la que salva Di Césare frente al remate de Pellegrino.
Ya no alcanzaba con la lucha y entrega de Adrián Martínez,
a quien no le llegaba ningún pase ni centro como la gente porque prácticamente no
había desborde por ninguno de los dos extremos
(Salas seguía increíblemente en la cancha ) sin embargo recién a los 30 minutos
entran Mura por Quiros y Urzi por JuanFer, cambios fuera de tiempo y errados en
un Racing que ya no podía levantar las piernas.
Pero hay decisiones que no se entienden, porque no
hay dudas de que Salas pasó de ser uno de los jugadores más importantes del
primer semestre, a constituirse en uno de los peores del equipo en este torneo,
porque aunque siempre se brinda, no se impone físicamente, está torpe con la
pelota y no toma buenas decisiones, pero sin embargo Costas anoche lo sostuvo
cuando pedía el cambio a gritos y otra situación, a mi gusto extraña, es la de Carbonero que si bien conserva
el control y tiene las condiciones para asociarse correctamente, no encara ni
ensaya un desborde, solo se dedica a tocar, dando la sensación de que juega por
compromiso.
El final sumó un partido más a la estadística que
marca que cuando el equipo comienza perdiendo no puede revertir el resultado, aunque
en este caso por lo menos pudo empatarlo, pero a medida que transcurren los
meses lo que va quedando en claro es que con
los mismos jugadores se ven dos equipos diferentes, uno de buen rendimiento y
con resultados positivos en el torneo internacional y otro muy irregular al que
le cuesta encontrar el triunfo en el torneo interno.
La cuestión es que Racing dejó pasar una nueva
oportunidad para seguir por lo menos en el grupo de arriba del torneo local y
ubicarse en una posición importante en la tabla anual, por lo que ahora hay que
esperar que Vélez hoy no gane para ver si después puede derrotarlo de visitante.
Hasta pronto.