domingo, 30 de octubre de 2016

Mereció perder por sus “inocencias”, pero Beligoy lo aseguró.


Antes de comenzar el partido, recordaba el que disputó el equipo campeón del 2001, dirigido por Mostaza Merlo y pensé que si ganábamos hoy se podía conseguir un envión anímico similar al que llevó a aquel equipo a lograr el campeonato.

Porque era Estudiantes que siempre fue difícil, porque era en su casa y sobre todo porque era el puntero.

Y ese primer tiempo no estuvo tan mal, diría que fue bueno, porque jugó presionando más arriba y porque tuvo libertades que quizás no esperaba, donde Romero y Acuña, pudieron manejar la pelota, a  espaladas de los volantes platenses, a quienes se les sumaba Pillud por la derecha.

Racing dominó el mayor tiempo y esta vez a Romero si se lo vió más comprometido con el equipo y al no estar tan atornillado en la derecha, se tiró más al medio y tuvo más en contacto con la pelota, convirtiéndose junto con el “Huevo” Acuña en los que le daban al equipo la tenencia y las posibilidades de generar algunas jugadas de peligro, que no fueron muy claras, pero las tuvo.

Y en una jugada de pelota parada Acuña convierte y le da a Racing la posibilidad de pasar a ganar el partido.

Pero lamentablemente se siguen cometiendo errores graves, pero son de los más dolorosos porque transitan la ingenuidad y sobre la hora, en una jugada de indecisión pura entre Orión e Insúa, este último en lugar de molestar al rival sobre la línea de fondo, apoyándole el cuerpo para desacomodarlo, busca sacarle la pelota con la mano.

Penal y empate que evidentemente golpeó anímicamente al equipo, porque creo que todos hubieran querido expresar contra el marcador de punta lo que sentían, pero claro, no se debe hacer y eso retiene la bronca y golpea en el ánimo de sus compañeros.

Pero me pregunto que pasó en el vestuario, porque el Racing del segundo tiempo fue un desorden total, como que envolvió al equipo un bloqueo mental que lo hacía correr sin ton ni son.

Racing se pinchó de una forma que llama la atención, porque no tuvo fuerzas ni físicas ni anímicas, y para mí eso es mental, lo que me preocupa y mucho.

Desapareció Romero, cayo totalmente el rendimiento de Acuña, los delanteros no tocaban la pelota y los volantes centrales y la defensa sobre todo por el lado de Insúa ( Pillud y Sánchez tuvieron un despeño aceptable) eran superados por los volantes y delanteros de Estudiantes cada vez que se lo proponían y que si no fuera por Orión el partido hubiera terminado mucho antes. 

También pudimos ver a un Lisandro López que no está pasando un buen momento (tuvo una en el segundo tiempo que encontró por un mal pase de Alcacibar y la tiró al diablo) y enojarse con el mismo o a Bou que no tuvo peso en el tiempo que le toco jugar, dos jugadores “goleadores” que no pueden convertir por sus bajos rendimientos y porque no se encuentra el juego o la fórmula para que lo hagan.

Los cambios demostraban que Racing no quería ganar, quería no perder.


Por último digo que Racing mereció perder por sus “inocencias”, pero Beligoy lo aseguró, al no cobrar dos penales, especialmente el último sobre la hora del segundo tiempo y además, porque increíblemente no amonestó a ningún jugador “Pincha” a pesar de que hubo infracciones que merecían tarjeta amarilla


Fue realmente triste ver a este Racing “fundido” en la segunda parte, porque hacía agua por todos lados, lo que marca que el equipo no solo ha perdido fuerzas físicamente sino que mentalmente también las está abandonando.

Hasta pronto. 


domingo, 23 de octubre de 2016

El juego de ganar sufriendo.


Que necesitábamos ganar, como decimos habitualmente de cualquier manera, es cierto, porque hubiera sido difícil de digerir una derrota, más bien diría hasta un empate, ante un equipo tan débil como lo es el Arsenal de estos momentos.

Este equipo que transita momentos de indecisiones, hoy por algunos instantes del primer tiempo trató de jugar bien, tocar, buscarse y generar un circuito de juego, lo que  logró especialmente después del gol del “pulpo” González e hizo méritos suficientes para concretar por lo menos un gol más.

Pero Racing no finalizaba bien las jugadas, estaba como ansioso, lo que es bastante razonable después de haber quedado afuera de la Copa Argentina hace menos de 72 hs, es como que quería ganar el partido antes de hacer los goles y entonces se apuraba lo que no le permitía decidir adecuadamente en la puntada final, donde se debe ser más certero a la hora de asistir o definir.

Ya en el segundo tiempo, el cansancio se fue apoderando del equipo y se paró para jugar de contrataque, lo que pareció darle al equipo de Sarandí un poco de aire y la oportunidad de acercarse al arco de Orión ya que solo un gol era la diferencia y eso generó algún nerviosismo en el hincha académico.

Podía haber sucedido en un par de jugadas aisladas, pero todo era porque no se tomaron buenas decisiones a la hora de concretar los avances, lo que cerrado el partido mucho tiempo antes, pero por suerte el triunfo quedó en casa y seguimos cerca de la punta.

Ahora una reflexión sobre Romero, quien tiene las condiciones como para convertirse en el jugador que debería manejar los tiempos, el ritmo del partido cuando Racing está en posesión de la pelota, pero lamentablemente y aun reconociéndole esas virtudes, tengo la sensación, no se si a Uds. les pasa, de que por largos momentos no está presente en la cancha, es como que no se lo encuentra.

Y hoy esto pasó hasta un poco después del gol, donde apareció de a ratos, pero personalmente lo que me preocupa como hincha, es que realmente todavía no puedo saber donde se siente más cómodo para jugar y si realmente su personalidad lo conlleva a convertirse en el conductor  del equipo, algo que hasta ahora no ha mostrado.

Es un jugador que tiene sus virtudes pero creo que no siente esa función, es decir se involucra pero de a ratos, no se hace dueño de los ataques de Racing, por lo que considero que jugando en la posición que todos los técnicos que tuvo lo ubicaron, sigue teniendo rendimientos que transitan entre lo regular y bueno, pero nunca puede sostener un período de consolidación donde todos coincidamos que es el volante, el enganche, que hace tanto tiempo esperamos.

No fue un encuentro para destacar grandes trabajos porque el rival realmente no lo amerita, pero sí podemos decir que Orión estuvo correcto, que los centrales (Sánchez, después Ortiz) y Vittor no tuvieron problemas, que tanto Aued y González fueron de lo mejor y eso permitió que el equipo creciera en su juego, que Acuña anduvo bien (salvó sobre el final lo que hubiera sido el empate de Arsenal), que Insúa sin ser brillante estuvo bien, que Pillud hizo mejor las cosas atacando que defendiendo y que adelante Lisandro está un poco disperso y Bou sigue buscando su gol, que creo lo desespera porque con Milito jugaba más en el área y ahora debe hacerlo por afuera, algo que evidentemente lo lleva a apresurarse a la hora de buscar la mejor definición.

Racing parece jugar el juego de ganar sufriendo, algo a lo que nos tiene acostumbrados y que los hinchas consumimos desde hace muchos años, aunque desde el campeonato del 2014, las angustias pasan más por pelear arriba que por hacerlo abajo.

Por eso a no desanimarnos y a alentar como siempre, aunque es evidente que hay mucho por aceitar para que este equipo funcione como nos gustaría verlo.

Ahora van a llegar encuentros que nos van a permitir seguir soñando que podemos pelear el torneo o nos pueden despertar de golpe.



Hasta pronto. 

jueves, 20 de octubre de 2016

La esencia de una persona es difícil de cambiar.


De entrada aceptemos que en una cancha como la de anoche (similar a la que jugó con Talleres) podía pasar cualquier cosa, a favor o en contra.

Y casi parecido a lo de aquella noche, le volvió a tocar a Orión ser protagonista del gol del rival al dar rebote en el tiro libre.

Con este técnico hay algo que viene mostrando el equipo de Racing y es que normalmente reacciona y cambia ofensivamente si va perdiendo, es decir casi nunca busca ser protagonista desde el inicio, por lo general se presenta como actor secundario de un espectáculo..

Eso es porque la esencia de una persona es difícil de cambiar, es decir las características de una idea son determinantes y fieles a uno mismo, por eso creo que Zielinski no puede proponer otra cosa, porque no sería él, salvo cuando es superado, entonces con desesperación reacciona rompiendo con sus principios para ver si puede volver a su impronta, como lo haría cualquier individuo.

El encuentro de anoche contra Gimnasia marcó esos dos aspectos y quizás hasta lo pudo haber ganado en el segundo tiempo,  porque a pesar de todo situaciones tuvo y “merecimientos” también, por lo menos como para empatarlo y después ir a la suerte de los penales.

Que hay puntos flojos es cierto, pero no creo que sea la causa de lo que hoy le sucede a Racing, pienso que pasa más porque el “Ruso” Zielinski no vuelca su pensamiento original al equipo y que “obligado” por las circunstancias de dirigir un grande tiene que cambiar sin estar convencido, lo que quizás lo lleve a bajar una línea de juego con la que no se siente seguro, porque no coincide con lo que realizó durante su larga trayectoria como técnico.

Es posiblemente muy parecido a lo que le pasa a Bauza con la Selección.

Como hincha no soy quien para decir lo que debe hacer un técnico, pero me atrevo a sugerir que sea él íntegramente, que ponga los jugadores que le permitan plasmar su idea futbolística y que transmita lo que realmente siente, porque si no gana, el final de la historia siempre será el mismo.

Hasta pronto. 


sábado, 15 de octubre de 2016

Y entonces llegaron los errores…


Por supuesto que con cambios de nombres, los que finalmente hacen al funcionamiento, pero se volvía al clásico 4-4-2, con la aparición de Gastón Díaz de volante, casi como una copia de aquel exitoso equipo de Cocca del 2014.

Quizás Zielinski está buscando un andamiaje similar a aquel que nos supo dar satisfacciones, pero este planteo en esa primera etapa fue una falsa copia fiel, porque vimos un equipo deshilachado y donde, increíblemente para un equipo del "Ruso" , no lució para nada ordenado, dado que el medio campo no hacía pie y la defensa nunca se mostró segura, salvo que los haya afectado la rápida lesión de Grimi y su salida.

Todo era de Rafaela y aunque no fueron muchas las situaciones de gol era evidente que el partido lo jugaban a su ritmo, pero sobre el cierre de ese primer tiempo y por una infracción a Acuña cerca del área, Bou tuvo la chance de reencontrarse con lo que tanto venía buscando y con un golazo de tiro libre, le permite a Racing irse al descanso con un empate que no se esperaba.

Y sorpresivamente la segunda parte muestra a un Racing totalmente distinto, con jugadores que parecían haber despertado de una siesta y el encuentro cambió de dueño, especialmente a mi gusto de salir a ganar el medio campo, donde se notó la mejora del juego de Aued, González y Acuña, sumado a la claridad de Lisandro López participando de la tenencia y la circulación de la pelota.

Pero faltaba algo más y se veía que estaba para ganarlo, por eso Zielinski realiza el cambio de Romerito por Díaz, y al rato nomás, Oscar convierte un gran gol de media vuelta, lo que dio la sensación de haberle bajado los brazos a Rafaela.

Ya estaba me dije, como seguramente habrán pensado muchos hinchas, los locales no reaccionaban y Lisandro tiene el tercero más fácil de los último partidos, pero hoy “Licha” falló en lo que más sabe y entonces llegaron los errores…, los que despertaron a Atlético Rafaela, los que pusieron nocaut a Racing, los que nos quitaron la ilusión de estar en la cima de la tabla.

Porque a los 20 minutos del segundo tiempo Racing lo ganaba y lo controlaba, como creo no imaginó nadie después de esos desastrosos primeros 45 minutos, pero de pronto la defensa se movió en un mar de dudas y entre varios desaciertos, en el podio primero los de Ortiz, un jugador que venía cumpliendo buenas tareas, pero al que hoy todos señalamos como uno de los mayores responsables de una derrota que duele.

Por último, esperemos que la lamentable lesión de Grimi antes del minuto de juego no sea grave y que Acuña pueda estar de buena forma para jugar frente Gimnasia y Esgrima La Plata el miércoles, una final en la que un triunfo no solo servirá para pasar a cuartos en la Copa Argentina, sino que también repercutirá en lo anímico para el futuro, después del traspié sufrido esta tarde en Rafaela.



Hasta pronto. 

domingo, 2 de octubre de 2016

Este presente nos permite soñar con un futuro mejor.


La deuda pendiente se pagó y de bastante buena manera.

Esta vez y de local Racing nos dio una satisfacción a los hinchas, mostrando una imagen distinta a la de los anteriores encuentros en el Cilindro.

Esta vez pudimos ver a un mejorado Romero y a un “buscador” Bou con otro ánimo, con otro compromiso, lo que le hizo muy bien al equipo.

Desde atrás donde Orión, que estuvo seguro en las pocas que le tocó intervenir, le destaco que exhibe una llamativa tranquilidad, que transmite a la línea de fondo.

De allí también nace esa recuperada solidez en el fondo, a la que se le puede observar mayor confianza y donde Ortiz volvió a tener un buen trabajo, lo que por ahora parece dejar afuera al “Chino” Vittor, que también venía haciéndolo bien y junto a Sánchez, parecen haber conformado una buena dupla.
Grimi y Pillud se sintieron más cómodos, especialmente este último, quien levanto su nivel.

El “Pulpo” González y el Luly Aued, estuvieron mejor acoplados en sus movimientos y sus cambios de roles, porque como decíamos, Romero dijo presente y estuvo más activo, mientra que Acuña, si bien no tuvo la brillantez del partido anterior, no deja de estar siempre en un excelente nivel, lástima su lesión que ojalá no sea grave.

Y adelante Lisandro.

Que se puede decir de él que no sea con admiración.

Su jerarquía, su entrega, sus definiciones, todo lo que un jugador de elite tiene en su repertorio, esta vez más acompañado por Gustavo Bou, que cuando se tranquiliza produce un desborde en donde su centro final a donde Lisandro parecía esperarlo, para que el “Licha” convierta un gol ¡ESPECTACULAR! para gritarlo y gritarlo a lo loco.

Pero “La Pantera” en algunos instantes pareciera que se “ciega” en la búsqueda del gol que no llega y se muestra contrariado con él mismo, aunque todos sus compañeros lo buscan para que suceda, pero está empecinado en volver a ser aquel que vivía ovacionado, y eso es bueno.

Buena aparición de Rosales, alguien que cada vez que le toca entrar deja un halo de buenas condiciones, como la que demostró en el gol donde con notable frialdad se saca de encima al arquero y define con certeza.

En síntesis, este presente nos permite soñar con un futuro mejor, porque va apareciendo un equipo y una idea de juego, que presiona arriba de entrada, que cuando ataca es casi letal y siempre parece que el gol está al caer, aunque por momentos es como que no se preocupa demasiado por “manejar” el partido.

Pero quizás todo eso pase más que nada por la confianza que llega con los triunfos y con el tiempo, algo que Zielinski entiende y así lo expresa en su forma de plantear los partidos.

Hasta ahora un ciclo exitoso en resultados, que esperemos pueda consolidarse pasando a cuartos en la Copa Argentina, quizás la primera prueba de fuego real para el “Ruso”.


Hasta pronto.