Personalmente cuando
jugamos con River no analizo si se juega bien o mal porque lo único que deseo
es ganarles aunque sea con un gol hecho con la mano.
Quizás es el único
equipo que habitualmente le gana a Racing “con la camiseta”, nos “cachetea” y
nos goza, por eso valoro mucho este
triunfo de hoy.
River venía muy mal,
pero no debemos olvidar que Racing hasta aquí también realizó una campaña
lamentable, lo que no nos brindaba
muchas esperanzas para este encuentro.
Pero así y todo el
partido mostró en el primer tiempo a un Racing ordenado, que buscaba jugar en
bloque y apretar en campo rival, algo que dió sus frutos, ya que generó tres
situaciones en los primeros veinte minutos : un penal a Hauche no cobrado, el
gol de Zuculini, ( el mejor jugador de Racing ) ante un tiro libre de De Paul, y una nueva aparición de “Zucu” por derecha
que llega al fondo, hace pasar de largo a un rival y remata desviado frente a Barovero
( tenía otra opción de pase pero quizás la emoción de la jugada y su gol
anterior lo cegaron un poco ).
Racing corría mucho pero
no jugaba tanto y entre el desgaste físico y la poca tenencia de pelota, le fue
dando a River la posibilidad de acercarse al arco de Saja quien respondió muy
bien ante dos situaciones de Teo Gutierrez.
En el segundo tiempo
River salió más decidido a buscar el empate, lo que le permitió a Racing tener
otras dos oportunidades más para aumentar la ventaja.
Una escapada de
Hauche por izquierda quien habilita a Viola pisando el área grande y remata
desviado solo frente al arquero y la segunda donde Hauche remata muy mal ante
un centro de Zuculini.
Después nada más en
ofensiva y a partir de allí, a sufrir.
Racing entregó
totalmente la posesión de la pelota a River y esperó que pasara el tiempo, tesitura
confirmada por Merlo cuando realiza los cambios: Aued por Pelletieri de
bastante buen rendimiento, Ibáñez para frenar a Vangioni por Hauche, que
alternó más malas que buenas y Battaglia por De Paul quien evidentemente queda
fundido por realizar un trabajo de ida y vuelta por su banda, el que
evidentemente no siente.
River
buscaba por los costados y fundamentalmente con centros, los que en general no
llevaron mucho peligro porque la línea de fondo estuvo bastante segura.
Así, entre nervios y
ruegos por parte del hincha de Racing finalizó el partido y el desahogo
finalmente pudo darse en las tribunas y supongo en las casas de todos los
racinguistas.
Pero el valor de
este triunfo tiene varios ingredientes: se quebró la racha de no ganar de
local, se consiguió el primer gol de local, ya que el de Lanús había sido en
contra y especialmente se le ganó a los Millonarios, con todo lo que esto
significa.
Alegría al fin para
todos y especialmente para este equipo que parece se ha recuperado anímicamente y
aunque por ahora corre mucho y piensa poco, nos permite volver a sonreír y
sumar tres puntos importantes de cara al torneo que viene.
Hasta pronto.