Perdidos en Quilmes.
El partido aparecía como complicado desde el vamos, porque todos los que luchan por no descender redoblan esfuerzos y sobre todo estando Caruso enfrente, un conocedor de nuestra Academia.
Pero Racing también tenía motivos como para hacerlo y salvo los primeros quince minutos donde parecía que Viola y Fariña estaban enchufados como para generar y crear problemas a la defensa local ( el palo le negó a Viola el primer gol, al recibir un centro de Fariña ), el equipo se fue diluyendo de adelante hacia atrás. Hasta allí Hauche se había mostrado movedizo bajando y acercándose a Yacob se hacía receptor de la pelota para comenzar a enhebrar las jugadas. A él se le sumaba Pillud y Franco Zuculini. Luego la lesión de este último obligó al cambio por su hermano Bruno.
Pero todo se fue volviendo más individualista y Racing no generó ninguna otra jugada interesante.
Yacob era el paso obligado de todas las pelotas, pero a medida que pasaba el partido tenía menos receptores claros.
Así terminó el primer tiempo donde Quilmes se mostraba como más ambicioso.
Esto se reflejó aún más en el segundo tiempo donde el local comenzó a ganar definitivamente el medio campo. Todos los rebotes eran del cervecero y Yacob comenzó a retener en demasía el balón, cansado de buscar a quien entregárselo y dándose cuenta que nada sucedía. Los cambios no mejoraron en lo más mínimo el juego del equipo.
Los volantes flaqueban. No había recuperación de pelota. Y la defensa tuvo distracciones que facilitaron situaciones. Del arquero no se que decir ya que ninguno otorga esa confianza y seguridad desde hace tiempo.
Cuando Quilmes encuentra el gol ( De Olivera había reemplazado a Fernández, lesionado en el calentamiento previo) manejó el partido casi a voluntad. Allí se vió reflejado el estado de ánimo de cada uno de los equipos. Un Quilmes que se fortaleció defensivamente pero que se multiplicaba en la disputa por cada pelota y un Racing cuasi vencido sin saber que hacer cuando la tenía.
Después el segundo gol donde quizás haya habido posición adelantada pero igualmente nada hubiera cambiando el trámite porque los jugadores no sabían como poder llegar al arco rival.
Estaban perdidos en Quilmes
Racing terminó luciendo como un equipo “entregado”, cansado y hasta sin esa cuota de rebeldía sabiendo que necesitabas estos puntos para poder seguir esperanzado por entrar a la copa Sudamericana.
Es verdad que hay jugadores casi irremplazables y también es cierto que tenemos un plantel corto y parece que aunque se quiera respetar un dibujo táctico, una forma de juego, no hay jugadores preparados para cumplir con esa premisa.
Quizás sin Teo, sin Luguercio, sin Litch y sin Toranzo, hoy podría haber jugado cuatro, cuatro, dos metiendo sobre la izquierda a Lluy y no a Fariña. Sobre todo después de el primer tiempo al darnos cuenta que no llegabamos al arco contrario y estaba cero a cero . Pero todas las ideas son respetables y se que es fácil hablar después del partido.
Ahora hay que esperar otros resultados.
Hasta pronto.