lunes, 25 de agosto de 2025

Del cielo al infierno en cinco días.

Con un lamentable y penoso desempeño Racing terminó perdiendo por goleada ante Argentinos Juniors, dejando una imagen que nos avergüenza a todos los hinchas.

Como hincha solo busco comentar lo que interpreto cada vez que veo a mi querido Racing y sobre lo de ayer en La Paternal quiero decir que más que con bronca me siento desilusionado porque el equipo vuelve a dejar esa sensación de desprecio por el torneo local, la que seguramente tendrá una explicación.

Mi opinión al respecto es que hay dos elementos que pueden ser la causa de los problemas, a los que de cualquier forma hay que encontrarle solución, uno es que el juego del Racing de Costas exige físicamente al equipo porque su idea principal es la búsqueda constante del gol a través de la intensidad, la presión y la agresividad, lo que demanda un gran esfuerzo tanto en ataque como en defensa, dejando de lado en la mayoría de sus partidos la tenencia y la clara circulación de la pelota y el otro es el efecto que causa la relajación mental en el físico después de haber logrado el gran triunfo ante Peñarol, un estado del cual les cuesta salir (algo que termina confirmando Zucculini.

Y ante Argentinos Juniors, en una cancha que se sabe perfectamente lo que hay que hacer se conformó un medio campo con dos jugadores cansados ante un equipo lleno de jóvenes que los presionaron y superaron todo el partido, lo que comprometía aun más a la ayer frágil defensa de Racing, pero sin jugar bien logró ponerse en ventaja a través de Conechny, (reemplazo a Solari lesionado) quien en un buen movimiento a las espaldas de “Maravilla” terminó enfrentando a Rodríguez y lo derrota con un buen toque y cuando todos  esperábamos que Racing pudiera aprovechar esa ventaja a los pocos minutos Argentinos en un nuevo error de Arias, encuentra el empate a través de Lezcano. Otra vez sopa…

Pudo aumentar Conechny de cabeza, pero el primer tiempo finalizó con el partido igualado, algo que no estaba mal y podía tener una lectura más clara de que necesitaba un Racing que daba ventajas en el medio campo, pero todo siguió igual y el segundo gol del local llegó por otro error de una defensa que en la puerta del área se queda mirando como Lezcano con una tranquilidad pasmosa ponía el pase para López Muñoz que picó al vacío en el área hasta casi tocar a Arias, quien tampoco reaccionó ante su pique, un tanto que comenzó a derrumbar a la frágil estructura defensiva y facilitar la llegada del tercero para el local, donde nadie fue capaz de salir a cortar a Giménez cuando se acercaba al área pero todos miraron como la ponía contra un palo. Amigos que tardecita.

Los cambios no llegaban y era doloroso ver como este Racing épico ante Peñarol deambulaba por la cancha como jugando de compromiso, distraído y con jugadores que reflejaban en sus caras la clara imagen de que estaban desenchufados en un partido que ya estaba prácticamente perdido a los quince del segundo tiempo, por lo que lo único que me preguntaba era cómo podemos pasar en pocos días de un final soñado a esta pesadilla inesperada.

Y un poco tarde y equivocados llegaron los cambios, que a mi modesto entender le hicieron más daño porque si algo había que reforzar desde el comienzo del segundo tiempo era el medio campo, que era claramente superado,  sin embargo terminan reemplazando a Nardoni y Mura, por Vergara y “Totó” Fernández, por lo que todo fue empeorando porque seguía sin generar nada en la ofensiva pero además Argentinos le llegaba más fácil porque el medio era una autopista sin barreras y el gol de Oroz, el cuarto, deja expuestos a todos por la desorientación en que se encontraban.

No hay dudas que la confusión también había llegado al cuerpo técnico, que buscó soluciones con Vietto por Balboa y Colombo por Di Césare en un Racing que realmente cueta entender porque después de un triunfo en la Libertadores que lo elevó al máximo anímicamente, termina jugando como un equipo que parecía no tener ningún incentivo.  

Los hinchas hoy sentimos y expresamos nuestros sentimientos de distintas maneras y seguramente pasará lo mismo con Gustavo Costas, pero ya no quiero escuchar más palabras que me endulcen el alma, solo quiero saber porque pasamos del cielo al infierno en cinco días.

Obviamente sigo a muerte confiando en Costas, así que espero que pueda convencer al equipo de que hay que vivir enchufado y en la Liga Argentina hay que empezar a ganar.

¡Vamos Gustavo, vamos muchachos,  vamos todos juntos por este sueño!

Vamos Racing carajo!

Hasta pronto.