Por lo menos yo presentía un partido de esta naturaleza, porque hubiera
sido muy llamativo que Racing cambiara tan drásticamente su frágil
imagen frente a un rival como Belgrano, que sí sabe lo que quiere desde
hace mucho tiempo y que ya finalizado el encuentro, debo decir que por suerte no jugó Zelarayán, porque quizás podíamos haber soportado una nueva
derrota.
Belgrano sin su mejor jugador volvió a su viejo juego, esperando encontrar
espacios ante el desacomodamiento de un Racing que se iba a desesperar si no
conseguía un rápido gol, algo que es evidente y que le cuesta mucho más de lo
esperado, porque lamentablemente el equipo produce pocas situaciones claras y
además no concreta ninguna de ellas.
Desde el retorno a la actividad el
equipo no tiene ideas y aunque se puedan rescatar el esfuerzo y la actitud,
hay demasiada aceleración y nerviosismo en todas las líneas con bajos
rendimientos en la mayoría de las individualidades.
El primer tiempo se vio un mejor Racing,
aunque no tuvo muchas opciones de gol (una de Cerro y otra de Lollo, Saja ya
había salvado uno de Márquez), pero en el segundo, salvo los primeros 10
minutos y a pesar de tener un hombre demás después del penal, tuvo
ambición pero no pudo generar situaciones de gol, terminando la mayoría de las
veces tirando centros a suerte y verdad.
Hasta no hace mucho, pelota que llegaba
arriba generaba buenos encuentros y movimientos inteligentes entre Bou-Milito,
cosa que hoy sinceramente no ocurre y esto quizás influya en el ánimo del resto
del plantel que descansaba en la capacidad goleadora de esa dupla.
Es cierto que este rival te lleva a ese
juego, pero aquí es donde desde afuera debe haber claridad de conceptos y
riesgo las decisiones, porque caso contrario termina siendo un equipo anodino y
sin sorpresas, que se va resignando de a poco y que como hoy, si no fuera por
el gran día de Saja, terminaba perdiendo el encuentro.
Pero mi sensación es que hay confusión adentro y afuera, sin saber que
fue lo que llevó a Racing a convertirse en este equipo vacilante y donde nació,
si en el plantel o en el cuerpo técnico.
Sobre los cambios, me parece que era
lógico que saliera uno de la línea de fondo y no Cerro, quien dentro de la
mediocridad en la que hoy se mueve Racing era el de mejor rendimiento, porque
desde Milito quien viene declinando su juego (lo de hoy fue muy flojo, aún con
la pelota en los pies ) todos están en un bajo nivel.
Lo de Noir por Acuña es como una obligación,
ya que se adquirió para hacer ese juego de volante por la derecha que no se
termina de concretar y seguramente también, pensando en que lo de Brian
Fernández se podía alargar en el tiempo y el es fundamentalmente un
delantero. Lamentablemente su incapacidad le hace cometer un torpe penal que por suerte el Chino atajó de gran forma. Pienso que como Cocca no pudo
tener a Acosta de Lanús, buscó en Noir su “doble” para la misma tarea.
Después creo que Romero debió de ir por
la izquierda buscando romper con su habilidad esa muralla que había armado
Belgrano ( desde que se fue Centurión no tenemos un jugador que se saque de
encima uno o dos rivales con su gambeta) y Pavone en 15 o 20 minutos no puede
acoplarse a un equipo desordenado que solo tira centros sin convicción alguna.
Y hablando de convicciones, parece que Bou
está sumergido en un mar de dudas, quizás por todo lo que presumo y hablé de
ello en mi nota anterior, algo que el técnico días después en conferencia de
prensa, de alguna manera acepta que puede no estar concentrado al 100% por su
sueño de ir a jugar a Europa, posiblemente también agravado por la disputa en la
mejora de su retribución económica dado lo alto de su cotización, combinación
explosiva que evidentemente lo deben alterar, porque no toma firmes determinaciones, como le ocurrió esta tarde cuando cabeceó desviado el centro de Noir, algo que
marca su actual falta de seguridad, de convencimiento, que sí tenía el semestre
anterior y mucho más en el 2014.
Unión nos acaba de dar una mano
ganándole a Boca de visitante. Ojalá el equipo pueda aprovecharlo.
Hasta pronto.