Con esta nueva derrota Racing quedó encerrado en un laberinto, donde la única salida para ilusionarse de entrar a los play-off, es ganar los doce puntos que faltan.
Por supuesto no es fácil, porque lo de ayer
seguramente golpeó mucho en el aspecto anímico, lo que ocasiona pérdida de confianza, de fuerza mental, capacidades fundamentales
para superar momentos como este y poder enfrentar con convicción lo que viene, pero
ese agotamiento parece haber alcanzado a Costas y su cuerpo técnico, porque desde
el banco en los momentos decisivos envían señales no tan claras.
Esta es solo mi mirada, la de un hincha que sufre al
igual que el resto y siento que comienzo a llenarme de dudas, pero que debo
seguir confiando en Gustavo Costas porque es él quien debe solidificar
emocionalmente a un plantel que muestra fragilidades y algunas debilidades, un Racing
que hasta el clásico era un equipo que respondía bastante bien a su idea, pero que
a partir de ahí es como que comenzó a mostrar un conformismo, una especie de
relajación que le fue haciendo perder convicción y de la cual no pudo salir,
pero el encuentro con Boca era una oportunidad por la situación de los dos en
la tabla y en ese primer tiempo el equipo aun sin jugar un gran partido, parecía
querer reencontrarse, con el gran aliciente de ponerse en ventaja al comienzo
del segundo.
Pero un par de minutos después una desafortunada acción
de Colombo comenzó a derrumbar la ilusión, porque le dio fuerza a un rival que
aprovechó los tardíos y equivocados cambios de Costas, ya que por Zuculini podían
haber entrado Rubio, Sigali o Conti, pasando Sosa de volante y por Salas, podía
haberlo hecho Baltazar Rodríguez, pero al hacerlo por Roger, que sigue jugando
con una frialdad que hace pensar que está enojado por no ser titular y por un Carbonero
en una posición donde no rinde, el equipo terminó descompensado y desordenado
en esa zona, dado que Miranda no está en ritmo y Nardoni sigue sin demostrar lo
que se pagó por su pase (solo le rescato el gran cierre ante Langoni), lo que le
permitió a Boca darle el golpe definitivo a un Racing que salvo JuanFer
Quintero no tuvo respuestas anímicas ni futbolísticas para cambiar el resultado.
Un Racing “4x4”, porque ahora para tener esperanzas de entrar entre los cuatro de arriba debe ganar los cuatro partidos que le faltan, pero para que eso suceda debe haber una gran autocrítica entre el plantel y el cuerpo técnico, buscando recuperar la convicción que los lleve a lograr los cuatro triunfos.
VAMOS RACING CARAJO!
Hasta pronto.