Una derrota hubiera complicado más a Gago y a Racing, pero el punto logrado suma en la tabla, pero no oculta la inoperancia del equipo.
El año anterior Racing con su intenso ritmo de juego
sometía a la mayoría de sus rivales, pero este año con su lentitud y sus
maniobras predecibles los termina agrandando.
Es realmente preocupante el funcionamiento del equipo
en La Liga, donde la imposición de tener la pelota más que una virtud se ha
vuelto un vicio y que porque lo monótono se volvió ineficaz, tanto que los
pocos intentos ofensivos desaparecen con el retroceso de la misma, dejando la sensación
de que no hay ideas ni medios para generarlos y entonces termina siendo un
recurso riesgoso, porque no es la primera vez que finaliza con algún mal pase
en la zona volantes y/o defensa, que habitualmente terminan en una jugada con
posibilidad de gol para el rival.
En ese primer tiempo a mi modo de ver Racing salió a
jugar con una línea de cinco que en realidad era de tres, ya que Mura y Rojas se
sumaban a Nardoni y Oroz, agregándose a ellos con el corre de los minutos Gómez
y Hauche, pero a pesar de acumular jugadores en esa zona, nunca pudo tener el
dominio del partido, por las imprecisiones para controlar la pelota, con el
agravante de que cuando intentaba algún avance todos morían al borde del área, como
si el arco rival no existiera, retrocediendo con pases hacia atrás hasta los
pies de los centrales, tanto que hasta los cuarenta minutos lo más peligroso
fue el remate desviado de Rojas.
En cambio Instituto por actitud, intensidad y ganas
de ganar, era superior a este inoperante Racing y en los lanzamientos largos o saliendo
de contra comenzó a encontrar la forma de enfrentar directamente a la última
línea albiceleste y en un par de oportunidades estuvo a punto de convertir, lo que
finalmente logra cerca del final de esa etapa, cuando en un centro de Graciani al
primer palo, Adrián Martínez sorprendiendo a un Galván hipnotizado por la
pelota, toca al gol.
Racing tuvo antes del cierre una oportunidad para
empatarlo a través de un tiro libre que ejecuta Piovi y desvía el arquero, rebote
que busca Romero pero su remate sin fuerza es rechazado sobre la línea.
Final de la primera etapa que daba para cambiar a la
mayoría de los jugadores por el desastroso nivel exhibido, por lo que el
segundo tiempo por lo menos comienza con un cambio: Baltazar Rodriguez por
Nardoni, un jugador que cada vez rinde menos, pero Racing solo conseguía un par
de tiros de esquina y ante un Instituto que estaba a la expectativa, Gago envía
a Cabellos por Mura para hacer la banda y a Moralez por J. Gómez para encontrar
la claridad que faltaba.
Racing por necesidad se iba abriendo y fue
adelantando los centrales hasta la mitad de cancha, que posiblemente era lo que
quería Instituto y en un rechazo de la defensa cordobesa la pelota llega al
círculo central donde Insúa (que había reemplazado a Quirós por un golpe en la
cabeza), va al piso y falla ante Martínez, quien inicia un avance, teniendo enfrente
solo a Galván y que presumíamos que podía finalizar en gol, sobre todo cuando la
devolución de su compañero Rodríguez, lo ubica solo frente a Matías
Tagliamonte, quien rápido y en gran forma le tapa su remate.
Racing se salvaba de lo que podía acelerar una
catástrofe, porque el partido como habitualmente se dice estaba roto, pero a
los 26 minutos arma la mejor jugada (la única) por la izquierda entre Baltasar
Rodriguez y Rojas, que asiste a Gabriel Hauche en la puerta del área, para que el
“Demonio” (en jugada similar al gol a Banfield), remate de zurda, pero la
pelota que termina pegando en el travesaño la cabecea Moralez en carrera, pero lo
tapa a medias Roffo y le llega a Cabellos con un cabezazo habilita a “Frasquito”
que siempre atento la termina enviando al fondo del arco.
Con el empate que le dio aire y con los chicos junto
a Maxi Moralez, el equipo tuvo minutos donde daba la impresión de que podía
hacer un gol, ya que Instituto parecía haber sentido anímicamente el empate y
en un nuevo acercamiento Cabellos asiste a un Romero, que pero falla en su
intento frente a Roffo.
Faltando pocos minutos Tomás Pérez reemplaza a Maxi
Romero, un jugador que nunca termina de justificar su presencia, porque al
igual que Reniero, no son efectivos en las oportunidades que tienen para marcar
y por su frialdad hasta pasan desapercibidos en muchos momentos del partido.
El equipo cordobés reaccionó en los minutos adicionales
y volvió a tener otras llegadas con peligro como la de Rodríguez, quien busca gambetear
Tagliamonte, pero el arquero en gran estirada le quita la pelota de sus pies.
Final de un partido que tuvo a un Tagliamonte fantástico,
porque ayudó a un equipo que, salvo una jugada no hizo nada bien, a sumar un punto, pero con un empate que deja la peligrosa señal de que con estas actuaciones en La
Liga, Racing está más cerca de perder que de ganar.
Hasta pronto.