Detrás de este empate quedan las frágiles figuras de un equipo y su cuerpo técnico, que siguen sin encontrarle la solución, a este mal momento que vive nuestro querido Racing.
La felicidad era ver como los hinchas con su aliento volvían a
darle calor y color al Cilindro, buscando respaldar al
equipo con la esperanza de ese apoyo los ayudaría a mejorar su rendimiento, pero el mismo continuó repitiendo los aspectos negativos de este tambaleante
presente y eso los llevó a expresar su bronca sobre el final del partido.
Y Blanco fue
el “blanco” de las protestas, porque si bien en lo administrativo sigue
mostrando un aspecto positivo, su gestión en lo deportivo viene decayendo cada
vez más y no condice con las aspiraciones que debe tener un club que se
denomine “grande”.
Al respecto y con el respeto que me merece Lisandro
López, a quien admiro por todo lo que siente por Racing y por lo que nos
entrega con su liderazgo y su pasión en cada partido, creo que, así como hace
quince días declaró crudas verdades respecto al futuro del club, en esta oportunidad considero que no estuvo muy feliz al tildar de injustos los reclamos de
la gente (quizás por su relación familiar y por no echar más leña al fuego), porque
hay que entender que si una Comisión
Directiva, es responsable de lo bueno (ejemplo la gestión administrativa que tiene
ordenado al club) también lo es de lo malo (el último año y medio en lo deportivo)
y hay que saber aceptarlo.
Racing sigue jugando muy mal y con jugadores desatentos
desde el comienzo (esta vez no nos embocaron de casualidad), pero así y todo podría
haberse quedado con el triunfo, si después del gol, centro atrás de Viera para que
concrete Moreno, (el chico por lo menos se detuvo a pensar a quien pasarle la
pelota) y ante un Estudiantes que estaba desorientado, hubiera sostenido a Lisandro,
Neri y Alcaraz, pero aparentemente por dolencias debieron dejarle su lugar a Julián
López, Chancalay y Correa, quienes con sus pobres rendimientos le hicieron
perder la poca fuerza que tenía el equipo y eso contribuyó al desorden que le costó el empate.
No creo que como expresó “Licha” solo sea el
resultado de una mala racha, en mi modesta forma de ver es consecuencia de una
falta de convicción en la idea, que los llevó a perder totalmente la confianza y
a ser muy vulnerable anímicamente, condiciones difíciles de recuperar si no hay
un mensaje de la conducción que convenza, el que por ahora parece estar muy
lejos, tanto que hasta los pocos jugadores que venían respondiendo bien, por
momentos parecen entrar en la confusión y perderlas, porque es muy difícil sostenerla
individualmente, cuando la grupal no funciona.
Un reflejo de ello es la situación que se vivió
anoche con Arias, cuando primero a Ramírez entrenador de arqueros y después al
técnico, le señala problemas a corregir en el equipo, al igual que lo hicieron
en partidos anteriores Cvitanich y Lisandro López, acciones que comenzamos a
ver hace varios encuentros y que a la vista del todo el mundo, exponen a Ubeda
y al resto de su equipo ante propios y extraños y que a mi modesto entender indican
una gran desorientación y una ausencia total de liderazgo en la conducción.
Hasta pronto.