No mereció perder frente a Defensa y Justicia, pero al igual que el encuentro anterior, cometió graves distracciones que lo llevaron a ser derrotado.
Gago de alguna manera ha logrado que el equipo sea
más ofensivo, remate más al arco y tenga más situaciones de gol, pero esa buena
intención que hay que acompañarla con jugadores que además de saber interpretarla,
tengan actitud, carácter, compromiso y eso es responsabilidad absoluta del
cuerpo técnico, que sigue sosteniendo como titulares a jugadores que vienen
demostrando que no tienen el nivel para integrar el primer equipo.
Como Cáceres, que hace meses que es fácilmente superado, no ataca ni defiende bien y comete errores graves como el de ayer en el primer gol de Defensa y Justicia o Rojas, que comienza con ganas pero se va desinflando y termina desapareciendo.
Pero salvo algunos, el resto tampoco cubre las expectativas
y entonces me preguntaba cuántos jugadores del plantel mantienen un nivel aceptable
y pensaba en Arias, Sigali, Mena, Lisandro, agregando a Domínguez y quizás Moreno
que fue en aumento, es decir poniéndole ganas, seis jugadores de un amplio plantel, lo
que hace que no sea tan difícil entender el lamentable año de este Racing.
Y no es sencillo encontrarle solución, cuando la mayoría
de sus jugadores se desenvuelve en la mediocridad, realidad que quizás
fue la que introdujo a Pizzi y a Ubeda en un laberinto sin salida y que también puede arrastrar
a Gago, quien anoche volvió a realizar algunos cambios poco entendibles, como el de
Moreno por Neri Domínguez, cuando Rojas era el que menos rendía y Correa por Cáceres
para que pase Martínez a la derecha, lo que derivó en un desorden general.
Después Pillud entró por Rojas, el equipo se reacomodó mejor y el gol del descuento a través del penal que le hicieron a
Copetti y que el mismo se encargó de convertir lo alentó a ir por el empate y con más
ganas que ideas tuvo algunas situaciones para lograrlo, lo que hubiera sido
justo.
Pero queda más que claro que Racing se ha convertido
en un equipo vulnerable, con distracciones
que agrandan rivales, incluso hasta los más débiles, mostrando una fragilidad
de equipo que parece consumir a todo conductor que se atraviese en su camino, pero
que espero Gago pueda afrontar desde la serenidad y la aparente sapiencia, buscando
devolverle la confianza a este plantel en los pocos partidos que restan, aunque
para tal fin debería tener bien claro quienes están más preparados física y
mentalmente para plasmar en el campo de juego lo que él les transmite
Ojalá lo logre por el bien de Racing y de nosotros los hinchas, que ansiosos deseamos de una vez por todas reemplazar la mueca por una sonrisa.
Hasta pronto.