No debería hablar de Boca pero su comportamiento me lleva a hacerlo, porque se decía que al club de la Ribera no le importaba esta Copa, pero el proceder de sus jugadores después del gol de Alcaraz demostró lo contrario, y varios de ellos buscaron irse expulsados para que el encuentro no termine, tratando de ensuciar y desmerecer el justo triunfo de Racing.
Eso dejó muy en claro que para Boca sí era de mucho
interés, pero no se les dio y no pudieron soportarlo, sobre todo algunos
jugadores que carecen de esos valores interiores que pregonan de la boca para
afuera, líderes con pies de barro que terminan mostrando alguna de las miserias,
a veces disfrazada, que experimenta la especie humana.
Respecto del partido en sí, se vio a un Racing más
cauto, como tratando de no desordenarse y de no quemar energías desde el
comienzo y con una línea de fondo más retenida, tuvo a Jonathan Gómez y Moreno más
concentrados en la marca, a Hauche, Rojas y Carbonero bajando a asociarse en el
inicio de las jugadas, dejando solo a Romero de punta.
Eso no quiere decir que Racing no atacara, solo que
trató de no darle ventajas a los volantes de Boca y en un partido que no tenía
a un dominador absoluto, a los veinte minutos un centro de Fabra, finalizó en
el gol de Briasco.
Pero por suerte Racing se repuso rápidamente y logra
el empate en una jugada, donde un Rojas más dinámico, arranca desde la mitad de
cancha y antes de llegar al área saca un fuerte remate de zurda que Rossi
alcanza a tocar pero no a desviar.
A partir de ahí el partido seguía siendo compartido
entre ambos equipos y si bien había intentos ofensivos no eran claros, Romero
de buen trabajo estaba muy solo arriba y si bien casi siempre pudo controlar
las pelotas que le llegaban, debía retroceder para asociarse con algún
compañero y hasta el fin del primer tiempo Racing contó cin una sola jugada
importante que fue un cabezazo de Hauche de pique al suelo, tras un centro de
Rojas desde la izquierda.
El segundo tiempo se hizo más de ida y vuelta y Racing
tuvo algunas oportunidades como para lograr el segundo gol, una de Hauche que
se va muy cerca del palo y la de Alcaraz que pega en el poste, pero no se pudo
lograr y el tiempo termina con las expulsiones (exageradas por el árbitro) de
Villa y Carbonero por discusiones y empujomes, por lo que los dos equipos
llegaban al alargue con un jugador menos.
El desgaste de Racing podía ser una carga pesada,
pero aquí el equipo saco a relucir sus ganas, donde se fue agigantando la
figura del incansable Aníbal Moreno, a quien justamente Varela le comete una
infracción y es expulsado, por lo que Boca comienza a pensar en los penales.
Racing no quería llegar a esa especie de “partido
adicional” donde tanto en lo físico como en lo emocional todo se iguala y contando
con un jugador más fue a buscar con paciencia la oportunidad para lograr el gol
antes de que finalice el tiempo, que llega increíblemente en la última de tres
acciones similares y con los mismos jugadores, tres centros de Piovi para la
cabeza de Alcaraz, el primero se fue por arriba el travesaño, el segundo pasó
cerca del segundo palo y el tercero la termina clavando junto al poste
izquierdo de Rossi.
Y el gol desató la locura en los hinchas y los
llantos en muchos jugadores de Racing, porque solo faltaba un minuto, pero el
festejo de Alcaraz enloqueció a los jugadores de Boca, que descontrolados,
porque prácticamente no quedaba tiempo ya que faltaba un minuto, prefirieron ir
a increpar a “Charly” en lugar de aceptar lo que se les venía.
Boca se había jugado a los penales para ganar lo que
no pudieron hacer en el campo de juego, pero al no conseguirlo, sus jugadores, acostumbrados
a gozar de cierta impunidad en muchos aspectos, no pudieron aceptar que Racing se
estaba quedando con la Copa y para justificarse ante su hinchada armaron un escándalo
que llevó a varios a la expulsión y no se pudo jugar ese minuto que faltaba,
pero en realidad abandonaron la cancha como un equipo de potrero.
Con el apoyo permanente de la hinchada que en gran
número llegó hasta San Luis y con el esfuerzo, el carácter y la actitud de un equipo,
que tuvo que afrontar dos partidos con alargues en solo cuatro días, Racing le cerró la “Boca” a los
bicampeones y pudo alzar la Copa de Campeones.
Alargues que le “alargaron” la vida a Gago y al
plantel, con un final que nos llevó a emocionarnos al ver como afloraban los
sentimientos retenidos de los jugadores y del cuerpo técnico, mostrando en sus
gestos la unión entre todos ellos y el apoyo incondicional de los jugadores
hacia su técnico.
Seguramente cuerpo técnico y jugadores se sentirán más
aliviados, porque por lo menos en este año de tantas desilusiones nos terminan
entregando a los hinchas una alegría, con una Copa que nos permite hacer un
brindis por un mejor Racing de cara al 2023.
VAMOS RACING DE MI VIDA!
Hasta pronto.