domingo, 23 de septiembre de 2012

A veces, lo pensado sale bien.


Quiero comenzar este comentario diciéndoles que estoy feliz.


Mejor dicho muy feliz.

Porque Racing ganó donde prácticamente no gana nunca. Donde lo he visto perder casi siempre, aún cuando tuvo grandes equipos –como el del ’66 y River nos quitó el invicto de las 39 fechas- aunque es cierto que el presente de ambos es muy pobre y la propuesta para el espectáculo, fue para el olvido.

A priori pensé que River lo iba a atacar con todo a Racing y temí por la poca solidez que venía mostrando el equipo. Por suerte no fue tan así ya que River también mostró una falta de juego llamativa y mucha inseguridad en el manejo de la pelota, aún cuando la posesión de la misma había sido entregada por Racing desde el comienzo del encuentro.

Pero a este desdibujado andar de los millonarios hay que agregarle lo positivo de este planteo de la Academia –si se quiere mezquino a la vista- pero donde mostró una gran actitud para darle firmeza y consistencia al esquema planificado, con puntos altos en varios jugadores, sobre todo - por supuesto -del medio para atrás.

Racing disputó cada pelota como si fuera la última y así evitó que River pudiera tener un andar más fluído – salvo en un tramo del segundo tiempo donde entraron Lanzini y Mora- lo que deslució más el encuentro, pero le dio confianza a los jugadores de la Academia quienes ganaron en aplomo y presencia.

La defensa respondió desde la seguridad de Saja y el muy buen partido de los centrales Ortiz y Migliónico – creo que debe mantenerse la dupla- con un buen trabajo de Cahais sumado a un gran gol. Pillud alterno buenas y malas.

En la mitad de cancha Zucculini sobresalió y se convirtió en una de las mejores figuras, cubriendo, recuperando y entregando bien. Pelletieri con su habitual entrega se hizo fuerte junto a Zuccu. Es evidente que fue un acierto reemplazar ubicar a Zucculini por Camoranessi, aún sacrificando a Villar que dejó todo trabajando más cerca de Cahais que en su función habitual. Centurión que apareció más por derecha no tuvo una buena actuación.

Adelante Vietto intentó pero perdió mucho en la disputa de la pelota y no encontró oportunidades, mientras Sand que se retrasó mucho, lamentablemente paga los platos rotos porque la imagen que deja es muy pobre, aún entendiendo que es muy difícil que tenga una oportunidad de gol si no recibe asistencias ya que no se ataca y/ o desborda por los costados para tirar por lo menos un centro.

Después en el segundo tiempo River insinuó más mientras Racing se refugiaba en su área, pero también es cierto que en esa desesperación, el equipo de Nuñez iba dejando claros y en una ráfaga a partir de los 20 minutos la Academia tuvo 3 oportunidades y en la última de ellas se logró el gol del triunfo. Bastante bien Camoranessi -reemplazó a Sand- buscando cortarle el ritmo a River y tratar de dar un asistencia que lastime –como la pelota que le puso a Vietto y salvó Barovero- , Corvalán sumándose a los despejes a cualquier lado y Aued buscando defender en el poco tiempo que le tocó jugar.

Por supuesto que todos fueron cambios armados para sostener un resultado.

Primero para el empate y después para defender el triunfo.

Y, a veces, lo pensado sale bien, porque a pesar de que el partido fue muy malo con un Racing que ofreció muy poco, a estos partidos hay que ganarlos y festejar ya que son las victorias “imposibles”, de esas que alimentan el espíritu.

Por eso hoy todos los hinchas de Racing tenemos que celebrar, disfrutando de este logro ante un rival que nos “cacheteaba” siempre.

Hasta pronto.