Para los hinchas no era un partido cualquiera, era el más importante del año, porque de ganarlo Racing jugaría, después mucho tiempo, semifinales de la Libertadores.
Un Cilindro colmado le brindó un gran recibimiento
al equipo y la gente alentó a más no poder hasta el minuto 94, pero no tuvo gol
y en la definición por penales, como suelo decir “el otro partido” terminó
perdiendo, volviendo a quedar afuera de una competencia internacional.
El planteo inicial de Gago fue llevado a cabo con
gran intensidad por el equipo que ya de entrada tuvo la gran oportunidad para
ponerse en ventaja cuando Ojeda asiste a Maxi Romero en el área quien la cruza
de zurda al salir el arquero, pero la pelota pega termina pegando en el poste, de
entrada un gol perdido por este jugador que esta vez tuvo mala suerte, pero
sabemos que no es aceptado por la mayoría de los hinchas, entre los cuales me
incluyo porque en mi modesta opinión, hasta ahora no justifica su inclusión como
titular a pesar de que el técnico lo sigue avalando.
Las bandas eran las zonas elegidas por Gago para
acechar a Boca y lo hacía con Ojeda por la izquierda y con Martirena por la derecha,
donde se asociaban con el buen toque de Juanfer Quintero y los activos Gómez y Nardoni, respaldados todos por el gran
trabajo de Aníbal Moreno y en un par de jugadas llegó a preocupar a Sergio
Romero.
Una de ellas armada entre Moreno y Juanfer y la otra
cuando Rojas llega al fondo y su centro atrás es tomado por Quintero quien de
primera t desde la puerta del área remata fuerte pero la pelota se va apenas
desviada sobre el travesaño.
Era evidente que ese esfuerzo y esa intensidad iban
a tener su talón de Aquiles en el segundo tiempo y eso se notó desde el
comienzo, porque dio la sensación de que Racing bajó su ritmo, lo que se notaba
cuando los volantes de Racing tenían más de lo normal la pelota en sus pies, la
perdida del toque rápido y la movilidad de la primera etapa, sumado a que Boca con
las entradas de Weingandt y Janson, frenó las subidas de Martirena y le quitó
libertad a Ojeda hicieron que el encuentro se volviera más peleado, menos claro
y más compartido.
Pero después que Arias le tapa un remate a Cavani, sucede
un hecho que comienza a golpear anímicamente a Racing y es la lesión de Moreno
a a los quince minutos, lo no solo genera un gran problema para Gago, sino que
el equipo perdía a su mejor jugador y en una elección sorpresiva elige a
Baltazar Rodríguez para que juegue a la izquierda de Nardoni, ahora volante
central y que Jonathan Gómez pase a la derecha.
Boca se había acomodado mejor pero tampoco
arriesgaba demasiado, porque sabía que llegando a los penales iba a contar con la
ventaja de tener a Sergio Romero en el arco, (como dije después del partido en
la Bombonera había que tratar de no llegar a esa instancia) y con un árbitro
que le hacía la “vista gorda” a los rivales, comenzó a ensuciar el partido con
discusiones y con infracciones, llevando
el partido a un juego que iba confundiendo a un Racing que ya no molestaba en
ataque.
Y recién a los treinta minutos Gago envía a la
cancha a Hauche y Almendra por Ojeda y Jonathan Gómez, dejando en cancha a un inexpresivo
Maxi Romero, a quien recién reemplaza faltando tres minutos por un Roger Martínez
que se notó –por lo menos a mí me dejó esa impresión- que no podía hacer ni un pique
corto.
Lo que realmente no entiendo es porque los ingresos
de Almendra y Hauche no se hicieron antes, al que, en mi modesta opinión, debería
haberle agregado el de Oroz por Romero,
sabiendo que Roger en realidad no estaba
para entrar, porque había que jugarse todo buscando definir el partido en los
noventa minutos.
Partiendo de que su compra, indefendible por lo que
ha demostrado a la fecha, pero la que quizás
influya para ser sostenido como titular por parte de Gago, quien por lógica lo defiende
y elogia, creo que hoy por hoy, si no está Roger Martínez, esa posición la debe
ocupar uno de los juveniles.
Seguramente Maxi Romero no se debe sentir bien anímicamente,
pero con todo respeto, creo que en su interior va a encontrar la respuesta a
porque es rechazado por la mayoría de los hinchas.
Por todo esto y porque además la CD, al no considerar
la incorporación un delantero de jerarquía para que juegue en lugar de Roger
lesionado, sabiendo que con lo que cuenta el equipo en esa posición iba a ser muy difícil pasar
a semifinales de la Libertadores, Racing
se quedó sin pasaporte, así que ahora deberá dedicarse a pelear en forma
local por la Copa Argentina y la de la Liga.
Hasta pronto.