Racing solo pudo lograr un empate ante un Independiente que vino a defenderse, un punto que deja más sensaciones negativas que positivas.
Obviamente es el partido que los racinguistas queremos ganar como sea y de entrada pareció que todo se daba para que Racing
encontrara el gol, pero llegó la expulsión, que normalmente da ventajas al que
queda con un hombre de más, pero sin embargo no favoreció a la Academia, ya que
le permitió al técnico del rojo abroquelarse atrás estableciendo una línea de
cinco, lo que le quitó los espacios queel equipo necesita para atacar mejor.
A este Racing de Costas se le complica cuando un
equipo se refugia en su área, como lo que hicieron equipos como Platense,
Sarmiento, Riestra y algún otro y este Independiente -que alardea de ser un grande-
en lugar de seguir jugando como lo que presume que es, se dedicó a hacer tiempo
utilizando mañas que marcan a las claras que como equipo se sienten más chicos
que nunca, llegando a festejar como un gol un cruce y saque de arco, contando
además con el respaldo de un juez que permitió que todo eso fuera normal (lloraban
por su designación y por el designado en el VAR).
Respecto al rendimiento de Racing, considero que en
la primera media hora mostró una supremacía total sobre su rival, con un Arias
que prácticamente no tuvo que intervenir
por el buen trabajo de la línea de fondo y con volantes que recuperaban
rápidamente buscar llevar peligro por los laterales, especialmente por el lado
de Carbonero, quien junto a Quirós se asociaban de buena manera.
Así hubo acciones donde se pudo abrir el marcador,
como la que cabecea Roger a las manos del arquero, dos remates de Carbonero a
los que responde bien Rey, incluso podríamos contar como posibilidad la que
Baltazar se va solo y Pérez lo voltea ganándose la roja, pero es indudable que
a partir de esa expulsión el partido cambió porque Independiente armó una línea
de cinco y se refugió en su área, por lo que todo comenzó a complicarse para
Racing por la falta de espacios, así y todo en el descuento, un tiro de esquina
que Carbonero toca para Baltazar el centro de este termina con un gol de Sosa
que es anulado por el VAR, por una posición adelantada milimétrica que deja
muchas dudas.
Era esperado que en la segunda parte el rojo
sostuviera esa estrategia defensiva, por lo que Costas remplaza a Mura
(posiblemente porque estaba amonestado) por Martirena, buscando una variante de
desborde por derecha (cuando podría haber entrado JuanFer , ya que sobraban
defensores) y en la primera jugada el que rompe líneas por el medio es Almendra
para asistir a Roger sobre la derecha del área, desde donde saca un remate al
segundo palo que exige a Rey.
Almendra que había comenzado a estar más cerca del
área, a los diez minutos es reemplazado por JuanFer, un cambio que llamó la
atención porque Racing monopolizaba la pelota y su rival dejaba solo a Ávalos arriba, porque estos partidos con
superioridad numérica se dominan pero hay que saber cómo resolverlos, porque
después el repetirse al ir sin tener la claridad necesaria, lleva al
agotamiento, no solo físico sino también mental, un cansancio que desanima y distrae,
como pasó en la jugada donde Tarzio encuentra la única oportunidad, pero por
suerte su remate cruzado sale pegado al poste.
Y ese bajón lo tuvieron jugadores de muy buena tarea
en la primera mitad como Carbonero (en la segunda etapa no intentó un desborde)
o Baltazar (en su ritmo) decayendo en su rendimiento, por lo que cambios había
que hacer y Costas busca en Salas y Urzi, nuevas respuestas en el área en los
centros, quienes reemplazan a Quirós y Roger Martínez.
Pero salvo un par de remates de JuanFer que siempre
encontraron al arquero rival bien colocado, recién a los treinta minutos Racing
encontró una clara situación de gol , cuando Sosa (el mejor del partido, que
espero lo compren) pone un excelente pase para Martirena quien de primera la
mete para Adrián Martínez en el área chica, pero su defectuoso toque eleva la
pelota por sobre el travesaño, evidentemente no era la tarde de “Maravilla”, quien
minutos más tarde, aunque exigido, eleva nuevamente su remate.
Sobre los cuarenta y cinco, una nueva falta de Vera sobre Urzi, le sumó
una nueva amarilla y deja al rojo con nueve, pero nada cambió en el segundo
tiempo de un partido donde tuvo todo a su favor para lograr los tres puntos,
pero por lo expresado más arriba, sostengo que la expulsión no lo benefició, porque la idea de juego de Costas dejó
de funcionar y solo terminó logrando un empate donde, si bien consiguió un
punto, el sentimiento que deja es que perdió dos.
Racing sigue sin resolver el problema de los equipos
que salen a espéralo, algo que no es fácil de lograr porque no tiene muchos
jugadores que impongan su gambeta, uno es Carbonero, pero me preocupa que –como
pasó ayer- no insista en jugarse el mano
a mano con su marcador, quizás todavía juega en su mente la grave lesión que
sufrió y el otro puede ser Roger, pero en el área, no en la mitad de cancha,
así que posiblemente la solución habría que buscarla en chico de las
inferiores, como alguna vez sucedió con Calderón.
Hasta pronto.