Incógnitas había y muchas, porque quiero creer que aunque se tomen todas
las medidas médicas, cada organismo, cada cuerpo responde de una manera
diferente y la mayoría de los muchachos que fueron a Bolivia nunca habían
jugado en la altura.
Pero nobleza obliga y siendo totalmente sincero, digo que Racing me
sorprendió para bien, porque salvo Romero a quien se lo veía como ahogado y no
colaboraba mucho en la recuperación, -aunque siempre busco darle buen destino a
la pelota-, todos los demás se movieron e hicieron el esfuerzo que demandaba un
partido tan definitorio como este.
El planteo dio resultado y a Racing se lo vió bastante cómodo en ese
aspecto, sobre todo porque el medio campo es como que tenía “aire” y desde la
figura de Aued que de acuerdo a mi opinión jugó un gran partido, tanto Videla,
como Díaz y Acuña también lo hicieron muy bien.
Eso le permitió al equipo no sufrir tanto en defensa, donde Sánchez tuvo un
gran desempeño, donde creo que Vittor jugó su mejor encuentro desde que llegó
al club y donde los laterales lo hicieron de manera satisfactoria, destacando
la entereza de Grimi que aún con su hombro lesionado siguió aportando esa
fuerza anímica que contagia.
Adelante Lisandro, quien seguramente se hará cargo del liderazgo de este
plantel después del retiro de Diego Milito, dejó hasta la última gota de sudor
en el campo de juego, mostrando una gran entrega, sin escatimar esfuerzo alguno
y con una persistencia que realmente es para admirar.
Pero arranca el segundo tiempo y Romero seguía sin reacción lo que llevó a Sava
a reemplazarlo decidiéndose por Martinez, justo cuando convierte el Bolivar, lo
que lleva al técnico ante la lesión de Díaz a ubicar a Cabral para aguantar esa
mínima diferencia armando una línea de fondo con 5 jugadores.
Pero por suerte, 3 minutos después una infracción sobre la derecha le
permite a Acuña efectuar un tiro libre que peina Grimi, la pelota pega en el
palo y Roger siempre atento de cabeza convierte sentencia el empate convirtiendo
el gol de la clasificación.
Eso puso nervioso al equipo boliviano al mismo tiempo que le daba nuevas
energías a Racing y el Bolivar en busca de una ofensiva masiva iba dejando más
espacios lo que le hacía cometer demasiadas infracciones a la hora de frenar
los contragolpes racinguistas, a las que el árbitro mexicano parecía no darle
demasiada importancia.
Faltando pocos minutos Noir reemplaza a Lisandro López para darle más aire
al medio campo pero también para participar en un par de ataques que podían
haber definido el partido.
Fue un gran trabajo de Racing en un estadio ubicado en un sector del
planeta donde prácticamente es imposible predecir lo que pueda pasar a pesar de contar con mejores jugadores que el
rival.
Por supuesto que hubo algunos desajustes que seguramente son producto de el
clima que uno encuentra cuando juega a semejante altura pero es evidente que
hubo un buen trabajo del técnico y del equipo, que a través del saber que hacer trajo "la paz" a Racing, porque
que lo clasificó para octavos de final y porque que lo predispone
anímicamente de la mejor manera, para encarar el clásico del domingo en el
Cilindro.
Tranquilidad para todos, para el cuerpo técnico a quien criticábamos muchos,
para los jugadores que pueden liberar sus mentes y para el hincha, que
seguramente como yo, han sufrido de una manera inusual, pero que ahora podemos sonreír
de solo pensar como estarán sufriendo nuestros adversarios de siempre.
Hasta pronto