domingo, 28 de octubre de 2018

Racing mantiene la “Pol” Position.

Otra vez se daban algunos resultados en el torneo que había que aprovechar.

Y la ansiedad del hincha de Racing se sintió desde el primer momento.

Pero una vez iniciado el encuentro todo fue quedando en buenas intenciones porque solo se veía un equipo que tenía tenencia de pelota, algo que también fue producto de la disposición defensiva de San Lorenzo, que esperaba agazapado un error de Racing, pero que no llegaba al área de Navarro.

Y con el correr del tiempo comenzó a ser impreciso, confuso, que lo llevó a perder confianza y entrar en peligrosas distracciones, algo que le permitió al Ciclón tener varias oportunidades para convertir, de las cuales por suerte concretó una sola, ya que ese primer tiempo podía haber terminado con varios goles a su favor, lo que habría sido catastrófico para el equipo.

La desorientación, sobre todo en defensa era tal que parecía no tener solución alguna, lo que llevó al “Chacho” a introducir otro cambio desde el inicio de la segunda etapa  -sumado al de Fernández que ya lo había hecho en la primera parte, por Solari lesionado- y entonces fue el momento de Bou por un Cristaldo, hoy casi desaparecido, aunque en honor a la verdad fueron muchos los que llevaron a Racing a jugar uno de los peores primeros tiempos en la era Coudet, tanto que estoy casi seguro que la mayoría de los hinchas pedíamos que se termine esa etapa.

Y como el destino no avisa ni pide permiso, se presentó a favor de Racing a los pocos segundos de iniciada la segunda parte, cuando Bou va a presionar a un defensor azulgrana y su rechazo rebota en el cuerpo de la ”Pantera” para casi “mágicamente” habilitar a un “Licha” que enfrenta a Navarro y define con gran clase picándola sobre su cuerpo.

Si las palabras del “Chacho” habían llegado al corazón de los jugadores, este golazo, por la definición, fue el regalo que necesitaba el alma para cambiar totalmente la imagen de esa primera mitad y entonces, ante un San Lorenzo golpeado, un Racing envalentonado comenzó a generar situaciones como para ampliar ese resultado.

Ahora el equipo parecía ser otro, atrás ya estábamos mejor parados y Saravia subía más confiado, el medio respondía de otra manera y adelante Bou comenzaba a hacerse sentir y sin llegar a ser aquel que nos deslumbró, pudo desbordar por derecha y por izquierda y al igual que Centurión complicaron a la defensa rival.

Entonces en un centro de Saravia lo tuvo de cabeza nuevamente Lisandro López pero el travesaño le negó el gol, pero a los 16 minutos Zaracho arranca por la derecha y habilita a “Pol” Fernández quien desde afuera del área saca un cañonazo que se mete al lado del palo izquierdo de Navarro.

Racing conseguía ponerse en ventaja con este gran gol de un jugador que debería utilizar más este recurso por su buena pegada.

Era otro partido, Racing fue mostrando una cara más parecida a la de los buenos momentos y las posibilidades de aumentar hacía pensar que podía terminar en goleada a favor de la Academia.

Lo tuvo otra vez Fernández y Bou por dos veces más, pero Navarro respondía bien, y eso nos mantenía tensos porque solo había un gol de diferencia y los fantasmas de los partidos anteriores seguían dando vueltas por la cabeza de uno.

San Lorenzo intentaba con alguna pelota aérea que no llegaban a complicar a un García que lamentablemente se lo nota dubitativo, como en el primer gol que me pareció que podía haber salido rápido a atorar a Reniero cuando la pelota estaba en el aire o a la hora de cortar centros.

Siempre hablando de la segunda etapa, donde fue como un despertar, levantaron mucho su nivel casi todos, pero es de destacar lo de Lisandro López, porque además de tener una gran claridad en el juego, su entrega es contagiosa, tanto que creo que no corre, “late”, porque es todo corazón y por momentos emociona.

Racing mantiene la “Pol” Position con esta remontada que puede ser un nuevo punto de partida para volver a reencontrarse con aquel equipo que nos entusiasmó tanto, aunque todavía hay cosas que definir como si García es quien debe ser titular (solo por respeto a ser permanentemente suplente), si Bou debe tener la oportunidad de ser titular para continuar buscando su mejor nivel, si Fernández deberá seguir por Solari o si Donatti podrá recuperar un lugar (descartando que Mena volverá a la titularidad aunque Soto, como todos,  tuvo un buen rendimiento en el segundo tiempo).

Como siempre el “Chacho” decidirá sobre el futuro, ahora para enfrentar a Newell’s Old Boys de local, partido que ubica a Racing nuevamente ante otra gran oportunidad de sumar de a tres.

Hasta pronto. 

lunes, 22 de octubre de 2018

Un equipo que desconcierta en situaciones límites

No es la primera vez.

Pasó con Colón, pasó con Sarmiento del Chaco, pasó con Atlético de Tucumán, pasó con
Boca y pasó ayer con San Martín de Tucumán.

De los cinco partidos en cuatro estaba en ventaja.

Y se perdieron en tres y se empataron en dos.

El punto neurálgico es que en cuatro de esos cinco partidos se daban situaciones límites, es decir había exigencias coyunturales que obligaban a Racing a tener que ganar si o si esos encuentros.

Con Colón entrábamos a la Libertadores, con Sarmiento del Chaco seguíamos en la Copa Argentina, a Boca le hubiéramos sacado tres puntos importantes y contra San Martín, volvía a darse una posibilidad que ya creo no se va a volver a dar, y era que River había perdido y Boca empatado, situación ideal para recuperarse del empate anterior y dejar bastante lejos de la punta a dos grandes que siempre pelean arriba.

Pero parece que esa situación de responsabilidad no es común para todos los jugadores y entonces se nota claramente que a este equipo le falta carácter, sobre todo en el medio campo, para decir “aquí estamos nosotros”, esa condición que debe tener todo aquel que aspira a pelear el campeonato, pero hoy por hoy es un equipo que desconcierta en situaciones límites.

El clima pareció enrarecerse, no solo con los papelitos y rollos que invadieron los cuatro costados del campo o parte de la luz que se cortó sorpresivamente, sino con los rollos  que llegaban desde las tribunas y que dieron en el físico de un asistente, de Saravia y de García, motivos suficientes para la suspensión del encuentro, pero parecía que todo valía como en un partido de verano, porque incluso arrancó sin el 100% de luz.

Pero desde el juego y la actuación de Racing, no son excusas, porque este equipo si quiere salir campeón debe saber responder con actitud y con carácter a las diferentes presiones que vaya encontrando en el camino.

Algo que parece estar en dudas porque el partido de anoche puede haber sido un caso testigo, ya que nunca Racing se encontró cómodo en el partido, es como que estaba desorientado mentalmente, porque nunca se mostró sólido, ordenado y seguro con la pelota, con volantes lentos y estáticos, que no solo no acertaban un pase, especialmente Solari, sino que no recuperaban ninguna pelota, permitiendo a los volantes y delanteros tucumanos estar con un par de pases, frente a la línea de fondo, que increíblemente, esta vez dudó y se sintió incómoda.

A pesar de todo, Racing se encuentra a los 17 minutos con un hombre demás, por  la expulsión del arquero Arce, que al salir a cortar un pase largo de Dominguez para Lisandro toca la pelota con la mano fuera del área y es expulsado correctamente por el juez Lamolina.

Pero así y todo y aceptando que Carranza, su reemplazante, tuvo acertadas tapadas, es como que no estaban enchufados y nunca llegó a imponerse anímicamente ante un rival que en inferioridad de condiciones solo mostraba fuerza, ganas y vergüenza profesional.

Era evidente que San Martín, por su situación iba a realizar un partido a muerte, a lo cual Racing debía proponerle un encuentro con movilidad e intensidad, algo que no se vio en ningún momento, incluso cuando estaba en ventaja donde debió arrollarlo, pero
quizás se confió demasiado, porque en las llegadas no concretaba y esa creencia de ser superior sin demostrarlo, le jugó una mala pasada a Orban y el empate le terminó quitando  la mínima concentración y reacción que le quedaba.

Y entonces lo inesperado, entre los cambios raros del “Chacho” y la falta de capacidad para cortar la subida de García en el segundo gol.

Yo vengo diciendo que me parece que Racing ha cambiado respecto al de los comienzos de la era Coudet, no solo porque no cuenta más con Lautaro, sino porque parece que ha decidido ser menos intenso y arrollador para aparentemente regular más los partidos, pero recordemos que los últimos que ha ganado ha sido resignando tenencia y ofensiva para reforzar la última línea con el “flaco” Donatti”, situación que no repitió ( aon algún otro defensor)  en ninguno de estos dos últimos partidos, aunque hubiera sido casi vergonzoso realizarlo en Tucumán, contra un equipo que nunca había ganado y que jugó casi todo el partido con un hombre menos.

Es cierto que en la mitad de la cancha Marcelo Díaz es un acierto, al igual que Mena en la zaga y Arias en el arco, pero este conjunto que “nació” en el encuentro con Patronato aunque logró muchos puntos, a mi gusto nunca llegó a tener la dinámica y el ritmo de aquel del primer semestre.

Es muy difícil rescatar algún jugador pero creo que Centurión sigue siendo uno de los que en estas situaciones sigue sacando pecho y también rescato a “Licha”, a pesar de que no tuvo un gran partido, porque Cristaldo está reemplazando a un jugador con quien hay un abismo de diferencia, dado que el “Churry” es un jugador con movimiento pero sin mucho peso a la hora de pisar fuerte el área o aguantar la pelota y el Bou que soñábamos por ahora y por las razones que sea, está lejos de su mejor nivel.

Podría ser Mansilla la variante que le permita al equipo tener más presencia en el área y algo de esa contundencia que tenía Lautaro.

En el medio campo hay que encontrar la forma de recuperar a Cardozo que nos dió una gran semestre y a Zaracho para que junto con Díaz y Centurión vuelva a tener el juego y el ritmo que nos permitió soñar en aquella primera etapa de Coudet.

Por ahora seguimos primero, pero es un momento donde deberá asomar la personalidad del equipo, no solo desde las declaraciones sino desde la presencia y la actitud en el campo de juego, porque es lo que lo va a sostener y lo va a volver a ubicar en el camino correcto.


Hasta pronto. 

lunes, 8 de octubre de 2018

Todo tiene un porqué.

Tratando de emular el conocido programa de la TV Pública “Todo tiene un  porqué quiero buscarle una explicación al empate que se terminó dando entre Racing y Boca, jugado ayer en el Cilindro.

El tema es como hacerlo y desde mi lado de hincha, buscaré a mi  modesto entender, explicarles que es lo que vi, porque se dio un combo de razones para que esto pase.

La falta de eficacia.
Entrar en el juego verbal de Guillermo.
Realizar mal los cambios.
Los errores del arquero Arias.

El partido comenzó favorable para Racing, ya que sin ser de alto nivel, la intensidad y su postura de presionar bien arriba le causaba muchos problemas a Boca y esto hizo que generara varias oportunidades de gol, entre ellas la del primero, gol, donde Solari con un gran desborde deja desairado a Izquierdoz, asiste inteligentemente a “Pol” Fernández sobre la izquierda quien remata cruzado, el rechazo de Goltz (en la misma acción comete penal) lo toma Lisandro López y convierte.

Después fue lo tuvo Zaracho de cabeza, más tarde Cristaldo, en otra gran asistencia de Solari, es quien remata solo en el área pero la pelota es rechazada sobre la línea y posteriormente nuevamente Matías Zaracho.

Racing podía haber aumentado el marcador en ese período, pero la falta de eficacia hacía que esto no sucediera, sobre todo en los primeros 30 minutos hasta que Boca, comenzó a luchar el partido y sumado a los desaforados gritos de protesta contra el árbitro de los mellizos el encuentro se hizo más peleado y el “barullo” le permitió a Boca emparejar un poco más el trámite.

En la segunda mitad es como que Racing le permitió a Boca tomar la iniciativa y esto lo llevó a ceder algunos tiros de esquina, quizás especulando con encontrar espacios para contragolpear, ocasión que encontró a los 20 minutos de esa etapa cuando un pase de Gago es interceptado en defensa, le llega a Zaracho que realiza una rápida y excelente pared con Cristaldo para después asistir en gran forma a Lisandro y este defina como lo hacen los grandes.

Golazo que parecía predecir un final feliz, porque Boca no tenía respuestas en el campo de juego pero parece que sí las tuvo en el banco donde los Barros Schelotto aumentaban sus protestas llevando el partido a un ambiente de discusiones en las que se sentían más cómodos, con la venia de un Delfino ( que debió expulsar a Pavón por sus insultos) y Herrera, quien con su ineptitud para dirigir, sancionaba de acuerdo al color que más simpático le caía, expulsando a Coudet, que entró equivocadamente en ese juego, aunque el árbitro tuvo mucho que ver para que eso suceda, pero no al mellizo Guillermo por la misma causa.

También a mi entender, el “Chacho” volvió a cometer errores en los cambios, porque mientras Guillermo buscaba llevar el partido al área racinguista sacaba un volante central y hacía entrar a Villa, Coudet sacaba a Lisandro López, el mejor jugador y además “dulce” con el arco, para ubicar a un Centurión que se dedicó a jugar “su” partido con algunos de sus ex compañeros boquenses, (salvo la jugada en que habilita a Zaracho y este pierde el tercer gol).

Y para completarla, cinco minutos después reemplaza a Cristaldo por Bou, un jugador que no aporta nada de nada y mostrando una imagen totalmente desdibujada ante los hinchas que tanto lo queremos, mientras los Schelotto hacían entrar a Zárate por Tévez.

Aunque me duela decirlo, Racing jugó los últimos minutos con un jugador menos y unos 15 con dos jugadores que no pesaron en el trámite, mientras que los cambios de Boca ayudaron a acrecentar la ofensiva por los dos costados ante un medio campo racinguista que ya no tenía más oxígeno para contrarrestar lo que se venía y una línea de fondo que aguantaba como podía.

Es cierto que Coudet no tenía más centrales, porque caso contrario y prosiguiendo con sus últimas decisiones hubiera colocado un Orban o un Donatti más en defensa, pero
podía haberle planteado a Boca un partido más trabajado con jugadores con más movilidad como Cuadra y Cardozo.

Porque allí, con los cambios, cambio definitivamente el partido.

Y entonces la decadencia en pocos minutos, gol de “Wanchope”, expulsión de Zaracho un minutos después y empate de Villa, combo al que se sumó Arias no ofreciendo resistencia alguna en los dos casos, en el primero por dar rebote hacia adelante en un tiro de larga distancia y en el segundo por no cubrir bien el disparo del colombiano que pasa entre sus piernas, de cualquier manera sigue siendo un arquero confiable.

En pocos minutos el esfuerzo de casi todo un partido se tiró por la borda, se perdió la brújula porque los jugadores de Racing y el técnico fueron llevados a intervenir en un juego donde sobresalía la disputa verbal y las discusiones, menos la inteligencia y el orden y eso derivó en la debacle final, pensando que si seguía 10 minutos más posiblemente se hubiera perdido el punto, que en ese contexto para mí pasa a ser importante.

Por lo menos desde afuera es muy preocupante la imagen de Gustavo Bou, que tal como lo expresé en mi comentario anterior está desenchufado, como en otro mundo, es como una falsa copia del original y como hincha me preocupa que Coudet diga permanentemente que está muy bien.

Porque uno confía en el “Chacho” y aceptando seguramente que una de las cosas que lo deben tener mal es que no juega y quizás eso lo afecte anímicamente, de nada sirve ubicarlo 10 minutos si está con esa especie de “depresión”.

Sobre Centurión confirmo lo que dije siempre, para mí es un jugador determinante para el equipo y si recupera su nivel debería ser titular, pero hay que establecer algunos acuerdos porque lo que a él le pareció divertido terminó siendo negativo para el equipo.

Sobre el final del encuentro hay un lamentable comentario de Guillermo, donde dice que en algún momento Centurión va a volver a Boca, eso dicho en cancha de Racing por el técnico rival, es una situación que raya en lo ofensivo para todo Racing, porque deja mal parado a Centurión y da que pensar.

Hasta pronto.