La
actualidad deportiva de Racing señala que este equipo carece -como vengo
señalando- de convicción, pero fundamentalmente de personalidad y carácter para
afrontar situaciones adversas.
Y hay un
detalle muy llamativo.
De los
diez partidos que Racing disputó hasta la fecha ( incluídos los de la Sudamericana ) los
únicos que jugó relativamente bien y que mereció ganar fueron los tres a los
que pudo acceder el hincha.
Este no es
un dato menor ya que no es solo un problema de localía, porque que también en
el Cilindro enfrentó sin hinchas a San Lorenzo y Arsenal y en ambas ocasiones tuvo
muy malas actuaciones.
Eso
marca que este plantel ha perdido la poca fuerza anímica que tenía, deficiencia
importante porque demuestra que si no cuenta con el aliento de su gente, se ha
vuelto totalmente vulnerable.
Por eso
hoy pienso que la presencia del hincha siempre ha sido importante, pero en este
momento pasa a ser prácticamente imprescindible, ya que es una de las pocas
opciones posibles a las que acudir para ayudar a que el equipo pueda de salir
del pozo en que se encuentra lo antes posible.
Creo que
todos debemos entender que en cada partido de local el estadio debería estar colmado
y no como sucede ahora que cada vez concurre menos gente.
Porque estoy
convencido que el triunfo comienza en las tribunas y a través de
los hinchas, que son los que dejan todo su fervor y su aliento partido tras
partido.
Es
entendible que desde el punto de vista de la devolución el equipo no ofrece
nada y es muy grande la tristeza que nos envuelve a todos los que sufrimos por
esta pasión llamada Racing, pero creo que el aliento debe volver a estar
presente para darles una inyección anímica a este plantel.
La única
forma de lograr un Racing recargado es enviándoles a los jugadores, desde las tribunas y las
plateas, toda esa energía y esa potencia que sólo el hincha es capaz de otorgar
con su aliento, para que la misma sea incorporada por este plantel, que parece haber
perdido su fuerza y ha debilitado su mente.
Con esta "transfusión de energía" diría
que hasta se le puede devolver la vida a un equipo que parece estar muerto.
Seguramente
la tarea no es fácil porque todos podemos reaccionar distinto ante la misma
situación, pero de nada vale insultar a los jugadores todos los partidos, porque
eso nos lleva a una debacle más pronunciada y de la cual cada vez será más
difícil salir.
Lo que
hay que exigir como premisa es que dejen la piel en la cancha, que no debe
haber excusas cuando se pide que la actitud siempre sea al máximo tanto de
local como de visitante y que cada partido debe ser jugado como una final.
Es solo
la sugerencia de un hincha.
Hasta pronto.