Con la inseguridad en su juego a cuestas, Racing llegó a la Paternal para enfrentar a Argentinos Juniors, sabiendo que en esa cancha chica se iban a sentir
incómodos, pero creo que no esperaba que el local presionara y metiera de la manera que
lo hizo en los primeros 30 minutos.
Eso sacó al equipo de su aparente orden, que lo llevó más a luchar y al revoleo permanente de la pelota y sin ninguna posibilidad de inquietar al arquero del “bicho”, a quien solo se acercó a través de una combinación
entre Soto y Mansilla, que finalizó con el centro de este último, que cruzó toda el área sin que
la toque algún jugador de Racing.
Pero la lesión de el "Pulpo" González, hizo que Zaracho, que nunca debió
quedarse afuera, estuviera nuevamente dentro de la cancha y con él, la pelota tenía mejor destino, porque no se “bartoleaba”
cuando pasaba por sus pies, lo que calmó un poco el ritmo impuesto por el
equipo de la Paternal y el partido comenzó a equilibrarse.
Es cierto que Argentinos estuvo más cerca del área
de Racing que la Academia de la del equipo local, pero tampoco había generado
jugadas reales de peligro, como la que tuvo cerca de los 40 minutos, mano a
mano que salvo en forma excelente Gómez.
A todo esto Racing contestó con una patriada de
Solari por izquierda que deja solo a Triverio en el área, quien desperdicia la
situación tirando una “masita” a las manos del arquero.
La segunda parte arrancó con Racing como más
adelantando pero era porque Argentinos dejó
que lo hiciera, quizás para tener más espacio en sus contras y así fue cuando a
los 15 minutos Romero solo frente a Gómez la levanta por sobre el travesaño.
El juego dejaba mucho que desear, porque se notaba
como una caída anímica y cabezas gachas, especialmente en jugadores como Triverio,
que no defendió bien ninguna pelota y en Licha, que ayer estuvo como disperso,
como que lo mal que juega el equipo le está afectando demasiado y sin querer
transmite ese “bajón” al resto de sus compañeros, que terminan como
entregándose.
Los cambios de Cuadra por Mansilla y de Ibargüen por
Solari, seguramente buscaron hacer lo que hasta ese momento no se había
conseguido, romper por afuera para generar alguna situación de gol, pero fue
inútil, porque todo siguió como era entonces.
Cuando parecía que los dos llegaban a conformarse
con el empate, cerca del final y en una jugada donde todos miran y nadie marca,
Romero queda solo sobre la izquierda a espaldas de Pillud y Gómez abandona desesperado
el arco para ir a taparlo, pero eso lo hace quedar fuera de juego cuando llega
el centro al segundo palo y Quiroga, de gran altura, gana de cabeza y
convierte.
Y si algo faltaba para darle el golpe final a un Racing
ya casi grogui, en tiempo de descuento Pisculichi de tiro libre y desde una
distancia considerable, convierte el segundo gol, ante un Gómez que no logra
contener la pelota que le pica un metro antes.
Lástima para “Chila” que hasta el primer gol había
hecho todo bien, para sobre el final cometer dos fallas, propias de la lógica
inexperiencia y también de la fatalidad que conlleva ser arquero de un equipo
que no hace mucho para ayudarlo.
En síntesis, seguimos viendo a un Racing enredado en sus
propias dudas, que no sabe bien a que juega, donde la desorientación ha
invadido tanto a los jugadores como al técnico, aquellos porque parecen no
entenderlo y este último, porque da la sensación que no encuentra los intérpretes
aptos para llevar a cabo su idea.
Esa disyuntiva parece generar desencuentros, por lo
menos entre el capitán y la conducción técnica, a partir de las declaraciones
de Lisandro López, quien viene afirmando, al igual que anoche, “que se juega mal, que no hay situaciones de
gol, que falta audacia, intensidad, rebeldía, etc.” y en la incómoda
respuesta de Cocca al decir entre otras cosas que “no es momento de decir las cosas para afuera”, en evidente
desacuerdo con lo expresado por Licha.
Alguna vez el técnico también expuso situaciones
ante la prensa, que deberían haberse tratado en la intimidad del grupo, lo que
me lleva a pensar que algo puede pasar, pero ojalá que todo pueda resolverse de
buena forma y que se puedan escuchar, no solo prestarse los oídos, siempre
dentro del respeto y cada uno cumpliendo con su rol, como personas
profesionales que solo quieren el bien para
Racing, porque todavía hay mucho
que pelear en adelante.
Hasta pronto.