lunes, 27 de julio de 2015

Pareciera que Racing está dejando de creer en sí mismo.


Seguramente no debe de haber una sola causa que como consecuencia haya desencadenado este claro bajón futbolístico, en un equipo que hasta el partido con Vélez contaba con argumentos sólidos, porque se lo veía bastante seguro y convencido de lo que hacía en el campo de juego, obviamente sin llegar a parecerse al campeón del 2014.
Pero respetuosamente digo que algo tiene que haber pasado para que esa fe y esa confianza que se reflejaba en el estado de ánimo haya prácticamente desaparecido de este plantel desde que se reanudó el torneo.
No sé si serán los distintos cambios que propone el técnico o alguna otra deficiencia o qué diablos pasa, pero yo veo que, tanto en el juego aun estando en ventaja -ni que hablar de cuando está debajo en el marcador- y en lo anímico, existe una importante falta de convicción, la que no le permite desenvolverse con seguridad durante el encuentro.
Pareciera que Racing está dejando de creer en sí mismo y eso puede ser grave porque lo que se logró con mucho esfuerzo, se puede perder todo en poco tiempo.
Respecto del partido de hoy y al margen del mal arbitraje de Beligoy, Racing debió aprovechar el momento en que consiguió el gol para rematarlo, ante un rival que venía muy golpeado, pero no mostró esa determinación y esa firmeza para ir a buscarlo y en la segunda etapa dejó ver su peor imagen.
En muchos momentos se pudo observar a un Racing desarmado, que se iba quebrando a medida que pasaban los minutos, sobre todo a partir del segundo gol cervecero, pero ya el desorden se había apoderado del equipo antes de ese gol de penal, cuando Quilmes comenzó a tocar y hacer circular la pelota.
Muy pálida actuación de Racing donde su medio campo fue un fracaso lo que hace que la línea de fondo ya no tenga aquella gran solidez, mientras Camacho que apareció bien en el gol insinúa en todos sus arranques pero concreta poco o nada y arriba ha desparecido aquel entendimiento de esta dupla que hasta parece haber perdido la potencia y la determinación que exhibía seis meses atrás.
Respetuosamente, un párrafo sobre Gustavo Bou.
Lo veo como disperso, muy tibio, saliendo mucho del área y salvo un par de desbordes, solo tirando centros, sin el coraje y la pujanza de aquel Bou que se llevaba a la rastra a sus marcadores y le pegaba al arco con fe, el Bou que todos aplaudimos a rabiar, el Bou que queremos que se quede.
Hace dos semanas escribí que, quizás le esté jugando una mala pasada la incertidumbre sobre su  pase al exterior y esto lo lleve a no estar bien concentrado e incluso a no arriesgar más físicamente, algo normal cuando alguien tiene la gran oportunidad de su vida.
Por eso como hincha no lo culpo, además posiblemente solo sea una presunción mía.
Pero no todo pasa por Gustavo Bou, porque el frágil andamiaje que hoy presenta este equipo va más allá de su presente y mi suposición, por lo que posiblemente han sido varios los factores  que le han hecho perder un poco el rumbo a nuestra querida Academia, el que espero pueda reencontrarlo a la brevedad.
Hasta pronto.



domingo, 19 de julio de 2015

Había que ganar y se ganó.


Eso fue lo más positivo.
No digo lo único, pero casi, porque Racing no mostró una imagen muy buena y aunque creo que mereció ganar este partido, lo jugó con una carga pesada sobre sus espaldas y fue la derrota sufrida frente a N’ewells.
Creo que este partido impreciso, nervioso y hasta con fallas inaceptables que agrandan a cualquier rival por más chico que sea, mostró que el equipo sintió el traspié de la semana pasada.
Y desde allí parto que ese golpe de la semana anterior influyó mucho en la actuación del equipo, donde vimos una defensa con un Lollo equívoco, al igual que sus compañeros de línea donde eran desbordados fácilmente por los costados Grimi y Pillud.
En el medio mientras Acevedo, de partido aceptable, buscaba cubrir el centro del campo, Cerro fue el mejor entendió el juego y tuvo una buena tarea ( para mí el mejor del equipo) mientras a Aued que tuvo un encuentro correcto, se le notaba que le costaba cubrir la zona que habitualmente hace el volante externo.
Adelante Bou y Milito luchaban con actitud, pero como podían las pocas pelotas que llegaban forzadas, porque casi nunca hubo claridad en el juego de ataque, con el agravante de que Bou además, tenía que ayudar a Aued sobre la banda izquierda.
Así y todo a los pocos minutos hubo un muy buen pase de Pillud a un pique de Cerro al vacío sobre la derecha que le permitió asistir a Milito para que con el pecho concrete el primer gol.
Media hora después y ante un Sarmiento que prácticamente jugó sin delanteros, en un tiro de esquina, recoge el rebote Lollo y habilita a Camacho que de cabeza la cambia de palo para festejar la segunda conquista.
El segundo tiempo se intentó jugar más, pero a veces Racing tiene partidos como este donde, con errores cuasi-infantiles invitan al rival a que haga el gol, pero creo que este equipo jugó con una pesada mochila llena de inseguridades, que traía de Rosario y que no permite pensar con tranquilidad y claridad.
Evidentemente eso no debería pasar en el campeón del fútbol argentino, pero sucede y se transmite en el conjunto.
Había que ganar y se ganó, pero esperemos que Racing vuelva a ser más seguro, más compacto que es lo que le va a dar más confianza y a partir de allí buscar un mejor juego.
No había que dejar pasar esta oportunidad para sacarse de encima el golpe anímico negativo que había recibido y poder aclarar algunas ideas que parecen haber pasado de largo en esta vuelta al torneo.
Un triunfo que le permite a Racing continuar entre el grupo de arriba y darnos a nosotros los hinchas la posibilidad de seguir soñando con el bi-campeonato o por lo menos con ingresar a la Libertadores.
Hasta pronto.


lunes, 13 de julio de 2015

Un “Rosario” de errores.


Nada fue como lo imaginamos.
No porque pensábamos que ganábamos, pero sí que íbamos ver un equipo aguerrido, ambicioso, con mucho amor propio, como nos tenía acostumbrado este plantel.
Sin embargo no fue así porque lo que veían nuestros ojos fue como regresar al pasado a través de un viejo video de una etapa que ya parecía olvidada.
Desordenado, impreciso, lento, casi como entregado después del segundo gol y prácticamente sin fuerzas anímicas tras el tercero, aunque les busquemos algunas excusas válidas como el grosero error del árbitro en el primer gol no cobrando una evidente infracción sobre Grimi.
Pero ya se veía que algo no andaba bien.
Ni en el medio, ni en defensa, mientras los de adelante sólo esperaban algún pelotazo.
A todo esto los rosarinos en ese primer tiempo cometían permanentes infracciones para cortar cualquier arranque de Racing, la Academia no lo hizo, cuando debía haberse permitido realizar alguna falta táctica como la que tenía que haber hecho en el segundo gol Cabral con Scocco.
Racing fue un “Rosario” de errores, porque me pareció un equipo que tenía la cabeza en otra cosa, desarticulado, mal parado, sin reacción y donde los pasaban como postes pero lo que me llamó la atención es que no hubo “enojos”, no vi a ningún jugador gritarse para darse ánimo.
Son tantos los que jugaron mal que quizás solo me quede con el pobre Saja, que hoy fue peloteado y que evitó una goleada que podía haber sido histórica, sumado a un mal planteo táctico y a reemplazos que no cambiaron nada, pero prefiero pensar que la velocidad y cambio de ritmo de N’ewells pudo llevarlo a no encontrar nunca el orden que le permitiera crecer como equipo.
Confío en que este partido sirve para despertar y que el técnico, que vivió una semana difícil por estar señalado como responsable de  los discutidos cambios en otras áreas del club, pueda tener una lectura clara del encuentro de hoy y poder darle al equipo ese aplomo que tenía al finalizar las primera parte de este torneo.
Como comentario final me quiero detener en Bou.
No es fácil para ningún ser humano estar en su lugar cuando se habla de la posibilidad de ir a jugar a Europa -que se dice la hubo del Palermo de Italia y fue rechazada-  y esto quizás lo este colmando de una lógica ansiedad que puede afectarlo  mental y físicamente ( cuidándose de no lesionarse ) lo que posiblemente  no le permite concentrarse  totalmente hasta que se defina su futuro, en manos de una CD que seguramente deambula entre las factibles presiones de su representante y las vacilaciones sobre cuándo y por cuanto venderlo.

Hasta pronto.