De ver cabezas gachas al perder la
primera pelota.
De ver que siempre caigan al suelo
ante el menor roce.
De ver que hay jugadores que están
siempre distraídos e inseguros.
De ver a Ibáñez, un marcador de
punta que aparentemente lo mejor que tiene es pasar al ataque, jugando todo el
partido a la defensiva cumpliendo una flojísima actuación.
De ver una defensa que no se hace
sentir y que da tantas ventajas que cualquiera se le anima.
De ver que en un partido se
insinúa algún aspecto positivo en cuanto al sistema de juego y al otro
mostramos todo lo contrario.
De ver la falta de convicción del
equipo.
Hoy a pesar de que hubo un penal a Regueiro y algunas infracciones no
cobradas por Laverni, lo de Racing fue desastroso.
Con marcadores de punta que
hicieron agua durante todo el encuentro y con un Migliónico que no hizo una
bien e incluso la remató con un rechazo-pase a Araujo que lo dejo solo frente a
Saja para marcar el segundo gol.
Con un Pelletieri que se debatió en
soledad contra todos, un poco ayudado por Villar hasta que se fue lesionado,
mientras los demás –volantes y delanteros- miraban cuando perdían la pelota.
Con Vietto y Viola desaparecidos
en acción.
Con un Regueiro al que creo que se
lo incluyó para ayudarlo a recuperarse de la desgracia familiar sufrida, pero
que quizás este tipo de situaciones no se olvidan de un día para el otro y
afectan a la condición física y mental.
Con De Paul que parecía ausente en
el comienzo el encuentro, pero también que fue posiblemente el único que intentó
por momentos hacer algo por el juego, aún fallando en la mayoría de los pases y
que el técnico lo reemplaza cuando mejor estaba jugando y había convertido un
gol, en lugar de dejarlo para juntarse con Battaglia y Roger Martinez, chico
este que tiene atributos para tener un lugar en el equipo a pesar de su poca
experiencia. No olvidemos que así pasó con Centurión y con De Paul, porque no
intentar lo mismo con él.
Es cierto que mi comentario es la
mirada de alguien que, como cualquier otro hincha, vio el partido por la Tele y no conoce los
entretelones del plantel, pero a mí me parece que en el aire vuela alguna otra
cosa de la cual no estamos enterados.
Daría la sensación que Racing se
está resquebrajando lentamente porque las caras de los jugadores presentan la
imagen de personas “desconcertadas y entregadas” sin el convencimiento y la
fuerza anímica que todo equipo que quiere campeonar debe mostrar, comenzando
por uno de sus máximos exponentes como lo es Saja, a quien desde hace tiempo no
se lo ve liderar desde su arco como lo hacía en su llegada, gesticulando, etc.
Pasa con Ortiz y hasta con Villar.
El único a quien se lo ve hablar y gritar es a Pelletieri.
Los líderes deben volver a
aparecer en el vestuario y en el campo de juego.
Y si hay que putear que se haga.
No se puede jugar en silencio, gesticulando
y agarrándose la cabeza en cada error.
Por eso se cansa uno…
Hasta pronto.