viernes, 23 de junio de 2023

Un empate que se sintió como una derrota.

Racing no pudo ganarle a Barracas Central y solo logró un empate con el que se perdieron mucho más que dos puntos.

El primer tiempo mostró de entrada un Racing más ambicioso y a un Matías Rojas que continuaba demostrando que sigue siendo de lo mejor del equipo (aunque a mi modo de ver no tendría que haber sido convocado) quien con sus asistencias puso a Romero en posiciones ideales para concretar, pero la falta de definición de nuestro ineficaz nueve hicieron que la Academia recién logre un gol a los 21 minutos a través de un gran cabezazo de Moreno tras un centro de Mura.

Hasta ese gol de Moreno, Gabriel Arias no había tocado la pelota, pero a partir de ese instante fue como que Racing comenzó a relajarse en su ritmo de juego, lo que le permitió a Barracas tener un par de posibilidades que pudieron finalizar con un empate que no merecía.

Racing volvió a tomar el control del juego  y el ayer errático Hauche con asistencias de Matías Rojas tuvo también sus chances, la primera de frente al arco y de derecha pega el palo y la segunda es cuando sobre el final del tiempo el paraguayo enfrenta a Desábato en un mano a mano, pero el arquero le tapa el disparo que vuelve a sus pies y con una pisada se la deja al “Demonio” para que defina, pero su remate se va increíblemente desviado.

El comienzo del segundo tiempo mostró a un Barracas más adelantado pero que dejaba mucho espacio a sus espaldas, situación que aprovecha Moreno con un gran pase para Romero, que parte solo desde casi la mitad de cancha para enfrentar a Desábato, pero en su indeciso vuelve a mostrar su falta de capacidad para definir y su remate es desviado por el arquero.

A su manera Barracas intentaba llegar al área racinguista, sobre todo con pelotas paradas y justamente en un tiro de esquina, casi lo consigue con un cabezazo que pica cerca de la línea y que Nardoni termina despejando, jugada en la que Arias choca al con un rival y recibe un golpe en la cabeza que minutos después lo llevaría a ser reemplazado por Tagliamonte.

A todo esto y viendo que el equipo no salía de atrás, por lo que no podía hacerse de la tenencia de la pelota, Gago envía a Maxi Moralez a la cancha por Oroz, pero Barracas, seguía metiendo y luchando llevando a Racing a una forma de juego que lo hace sentir muy incómodo, pero se da una circunstancia que se suponía iba a beneficiar a la Academia y es la expulsión de Capraro, quien es expulsado por doble amarilla.

Sin embargo todo fue al revés, porque ese jugador más nunca supo cómo hacerlo sentir desde el juego, mientras que Barracas con una gran fuerza anímica continuaba creciendo en su lucha y fue avasallando a un Racing que parecía ser el equipo al que le faltaba un jugador.

Increíblemente Racing no podía salir de ese juego al que lo llevaba Barracas, no reaccionaba ante esa rebeldía que mostraba el rival y recién faltando diez minutos Gago reemplazó a Hauche por Baltazar Rodriguez, cuando debió salir Romero y al mismo tiempo buscar alternativas en defensa viendo que el equipo no salía del área, sabiendo que en las pelotas paradas no defiende bien, por lo que no entiendo porque no se animó a hacerlo como si lo hizo otras veces.

Rogaba que no, pasara, pero la verdad presentía que el empate iba a llegar, (no sé si a otros le pasó lo mismo), porque no había soluciones y faltando seis minutos tiro libre a favor de Barracas y en una gran jugada preparada para la cual Racing no lo estaba,  sorprende y concreta la igualdad.

Después la desesperación y un gol anulado que a priori aparentaba ser lícito, pero ya sabemos cómo es el VAR, que te da y te quita, así que con las protestas lo único que consiguió Racing fueron dos tarjetas amarillas.

Detrás de esos reclamos se oculta lo que fue un duro golpe al sentimiento de todos los hinchas, porque se perdieron mucho más que dos puntos, ya que se reemplaza el aliento por el desánimo y la desconfianza vuelve a instalarse en el ánimo de la gente ante un plantel que no responde desde el juego y desde las ganas, ni siquiera cuando el destino le da la oportunidad de jugar con un hombre de más e ir ganando el partido.

Pero tampoco lo hace el técnico desde el banco, quien en conferencia de prensa dijo “el segundo tiempo se metió el equipo atrás y le entregó la pelota al rival, por lo que me pregunto que hizo él desde afuera para solucionar ese problema que veía adentro.

Y por último la defensa a ultranza de Romero, al que podría justificar de otra manera, pero no definirlo como un jugador “extraordinario”, una expresión que significa algo fuera de lo común, excepcional, asombroso, la que es demasiada grande para un jugador que en 40 partidos solo hizo 6 goles y que si no le va la pelota a la cabeza en ningún partido termina de convencer.

El clima fue cambiando en el Cilindro y el final marcó un empate que se sintió como una derrota, sobre todo en el corazón de los hinchas que comenzaron a descargar sus broncas en un equipo sin convicción y en un técnico que sigue sin hacerlo funcionar bien, al que por ahora solo parece sostenerlo la clasificación a octavos en la Libertadores, por lo que V. Blanco y Gago deberán tomar decisiones importantes en un plantel que necesita de una gran renovación, con refuerzos que no solo demuestren jerarquía en el juego, sino que además tengan la suficiente personalidad para defender esta camiseta.

Hasta pronto.