Por lógica se supone que por experiencia un técnico “sabe” más que un hincha, hasta que un periodista, pero cuando todos coincidimos en lo que vemos, tan equivocados no estamos.
Tratando de ser respetuoso y objetivo, creo que era casi
cantado que Crespo, cargando sobre sus espaldas su deficiente campaña en
Brasil, en este partido definitivo para pasar a cuartos, con su San Pablo iba a
salir a jugársela porque está en la cuerda floja y no tenía mucho sentido no
arriesgar y para tal fin presentó una alineación con mejores jugadores que los
que tuvo en Brasil, más categoría y más rápidos, información que todos los
periodistas tenían y estimo que el cuerpo técnico de Racing también.
Por lo que nuestro Racing de Pizzi podría haber
intentado repetir lo que puso en práctica contra River en el Monumental y en
varios partidos más que lo llevó jugar la final del torneo, es decir que la
línea de cinco sea más férrea, más sólida, cerca del área con laterales que no
pasen al ataque, buscando desgastar al conjunto brasileño física y
anímicamente, esperando la oportunidad para sorprenderlo de contra.
Pero no fue así, repitió la misma estrategia que en
Brasil, la que admito me sorprendió, me gustó y me ilusionó, pero era un frente a un equipo
de San Pablo sin varias figuras y además que no arriesgó tanto.
Pero este San Pablo fue diferente por lo ambicioso,
disputando la mitad de cancha con agresividad para después tratar de encontrar
los espacios para sus delanteros veloces y agresivos, quienes además trataron
de obstaculizar la salida limpia de Martínez, que suele arriesgar la pelota en
su campo, de Sigali y de Domínguez y de los laterales, pero Cáceres, que mostró una
lentitud y una falta de reacción alarmante y Mena a quien no se lo veía muy
seguro, no llegaban a desbordar por afuera.
Racing también perdía el medio campo con un Miranda
y un Piatti muy bajos en su juego y un
Moreno que sin rendir bien, era el único los tres que trataba de recuperar la
pelota y darle un destino mas o menos seguro, pero nunca pudieron imponer su juego,
ni siquiera con la ayuda de Chancalay, anoche inseguro y desacertado y Copetti,
que si bien ganó algunas pelotas, perdió varias devoluciones.
Estaba claro a que jugaba San Pablo y ante un Racing
desconcentrado que no tenía la pelota, no atacaba y no defendía bien, en pocos
minutos tuvo un par de situaciones para convertir.
Racing recién a partir de los 20 minutos con
esfuerzo aunque desordenado, pudo emparejar un poco y en un tiro libre se lo pierde Copetti, pero
sobre la hora “Lolo” Miranda, por demorar el pase vuelve a perder ante el
Miranda brasileño, quien con un lanzamiento largo por sobre Sigali y Martinez
que estaban en la mitad de cancha con 50 metros libres a sus espaldas, habilitan
a Marquinhos y Rigoni quienes amagan bajar a buscar para después picar, superarlos
en velocidad y convertir el primer tanto después de que Arias desvía el primer
remate.
El segundo tiempo a remarla, porque había que lograr
el tanto del empate que por lo menos le permitiera ir a los penales, entonces
Fabricio entra por Cáceres para atacar mejor, pero Racing tiene esos momentos
de distracción que le costaron caro varios partidos y esta vez se volvieron a repetir,
cuando a los dos minutos Benítez habilita al veloz Marquinhos quien sin marca
entre Sigali y Domínguez los deja parados con su rapidez para enfrentar a Arias
y convertir con un remate cruzado y un rato después llegó el tercero, otra vez
generado por el mismo atacante quien vuelve a encontrarse sin marca, deja atrás
a Domínguez habilita a Rigoni para que marque el tercero.
Los defensores de Racing siempre mirándole el número
de la espalda a a los delanteros brasileños, sobre todo Marquinhos, a quien ni
siquiera pudieron cometerle una infracción porque nunca le hicieron marca
personal para no dejarlo arrancar.
Después los cambios que no incidieron donde dentro
de una noche negra, rescato a Correa que convierte el gol de descuento y casi
el segundo de cabeza, y que además manejó bien la pelota cuando la tuvo en su
poder.
Mi reflexión final es porque, si hubo partidos que
con tal de lograr un resultado Pizzi supo “defender” con cinco cerca del área, esta vez no corrigió durante la primera etapa
(el primer gol fue sobre el final de la misma), lo que evidentemente fue un
error, darle espacio para la contra a los veloces delanteros del San Pablo y
defender en la mitad de cancha.
Así van quedando en el camino estas chances e
ilusiones de llegar a una final de la Copa Libertadores, pero Racing es un
grande y todos, dirigentes, técnicos y jugadores deben hacer un esfuerzo mayor
y entender que participar no es lo mismo que ganar, porque participando se logra dinero, pero ganando se logra la gloria.
Hasta pronto.