jueves, 30 de agosto de 2018

Enredado en sus propios problemas.

Primer problema.
En mi último comentario dije que el resultado logrado ante Patronato, podría volver a darse si la Conmebol actuaba con seriedad.
Perdimos
Porque increíblemente, River principal responsable de actuar ilegalmente siete veces y la Conmebol, que admite su error en la causa Zuculini son absueltos de  culpa y cargo, mientras Racing es castigado solo por no haber hecho la denuncia a tiempo, por lo tanto, lo que podía haber sido un 3 a 0 a favor, de alguna manera se volvió en contra.
Segundo problema.
El plantel tenía la gran oportunidad de demostrarle a su rival que de cualquier manera le podía ganar en la cancha.
Ahí también perdimos.
Y entonces dejando la Conmebol y enfocándome en el partido, me comienzo a preguntar varias cosas.
Coudet dijo anoche “No me perdono que un equipo mío desde el arranque sea un equipo tan liviano para disputar una instancia tan decisiva como ésta”.
Bueno “Chacho” con todo respeto le preguntaría ( también a los jugadores) que es lo que cambia en la cabeza de ellos al salir a la cancha, porque llamó mucho la atención justamente la “liviandad” del equipo para disputar el partido más importante del semestre, contrariamente a lo que hizo su rival, que lo jugó como una final (recordemos la cantidad de infracciones que cometió y lo fuerte que fue en la mayoría de ellas, lo que le costó tener muchos amonestados).
No entiendo como hace un equipo para no disputar cada pelota a muerte, para no ser intenso, para no poner todo lo que hay que poner, esa actitud y ese 100% que usted dijo.
Será que, entiéndase el buen sentido de la palabra, nadie grita, nadie insulta, nadie manda en la cancha para despertarlos, para sacarlos de esa inacción, porque realmente daba pena ver como Racing planteaba este partido de la Libertadores, que los hinchas veníamos esperando desde hace mucho tiempo.
Después como se defiende a jugadores que evidentemente no están en gran nivel futbolístico, sobre todo teniendo en el banco otros que habían demostrado una jerarquía superior en el juego.
Me refiero especialmente a Soto, que como siempre derrocha confianza para pedirla pero que después lo lleva a no terminar bien la jugada, a envíar malos centros, a patear mal y a defender horrible y también a Cardozo, que necesariamente sería bueno saber cómo, en el semestre anterior que llegó sin pretemporada, “volaba” en el campo de juego, se mostraba, ponía pases y asistencias de lujo y hasta pisaba el área, pero hoy por hoy es uno de los peores del equipo y como frutilla del postre, genera desde la mala ejecución de un tiro libre el segundo gol de River.
Dicen que los que llegan de México necesitan adaptación.
La verdad, puede ser, obviamente algo les pasa a algunos.
Por ejemplo a Bou, que es otro delantero, demasiado liviano, sin aquella potencia, que no desborda y que pierde en las divididas, un jugador distinto al que se fue.
Domínguez tampoco está como hace seis meses atrás.
Que será lo que los cambió, porque ahora todos hicieron la pretemporada.
Ayer se los vio como impotentes y nerviosos, reflejado especialmente en la inseguridad que mostraban cuando recibían la pelota, donde siempre necesitaron más de un tiempo para controlarla y entonces eran “comidos” por la presión y la marca de los jugadores de River, inconveniente que aumentó después del primer gol.
Solo Arias, pudo, sin llegar tener una actuación destacada, lograr un nivel aceptable tapando en un par de oportunidades dos jugadas de gol que podían haber hecho aún, más amplia la diferencia.
El resto…para el olvido.
Desde Saravia hasta Licha López.
Fue tan flojo el primer tiempo de Racing que creo era difícil decidir los cambios. Cardozo debía salir pero ¿él solo?
Sigo sin comprender aunque como digo siempre es la opinión de un hincha, porque Marcelo Díaz no entro a jugar, como Soto quedó en la cancha después del dos a cero, (quizás por el error de no anotar a Mena), como Solari no tuvo su oportunidad…solo Fernández, cuando a River había que coparle el medio porque sus volantes estaban en otro ritmo, en otro juego, tocaban e iban a buscar al vacío, ante un Racing que parecía tener una marcha menos, como que había una diferencia física.
Modestamente, me gustaría que el “Chacho” vuelva, como se dice, a las fuentes. Al Racing que todos admiramos, aquel equipo que atacaba con movilidad y circulación de pelota, con volantes pisando el área, que si bien nos hacían goles, hacíamos más y se ganaba, ese equipo que fue ponderado por todo el periodismo.
La ida de Lautaro no pudo haber sido el motivo para cambiar eso que nos hacía feliz.
Da la sensación que Coudet algo modificó en la forma de jugar después de lo de Colón, pero yo me quedo con el sistema del primer semestre, aunque después terminemos fundidos.
Hoy hay más recambio.
Respecto de Centurión, lo que hizo al salir fue doloroso para nosotros, los hinchas de Racing. Si bien creo que su reacción fue para defenderse de los insultos, debe dejar de expresar que es hincha de Boca.
Ahora, la reacción de Centurión ante este muchacho Enzo Pérez, que cree que es Gardel, pero fue a la selección vaya a saber porque, no la justifico, pero la comprendo. 
Sabemos que Centurión por su forma de ser y por su forma de jugar (nunca voy a entender porque un jugador que la sabe pisar, según sus rivales no lo debe hacer ) se convierte en presa fácil, por lo que lo buscan de entrada con faltas fuertes para que reaccione, pero las resistió sin entrar en ese juego, aunque lo que no lograron con infracciones, lo consiguieron finalmente con la palabra.
Fueron días duros para todos los hinchas, porque en lugar de lograr éxitos ante distintos rivales(Conmebol y River ) Racing terminó enredado en sus propios problemas, por lo que como hincha espero que esta derrota dolorosa no golpee tanto al equipo y que Coudet encuentre nuevamente la forma de llevar a este plantel a ser igual al que nos ilusionó tanto, sabiendo que este domingo puede alcanzar la primera colocación ante Central.

Hasta pronto. 

sábado, 25 de agosto de 2018

Un resultado que podría volver a darse.



Y cuando creíamos que todo estaba calmo, saltó el tema de Zuculini, que incluye a Racing, pero que complica especialmente a  River y a la Conmebol, porque la entidad que rige los destinos del fútbol sudamericano, ante una falta grave del club de Nuñez, decidió más rápido que un bombero y como nunca se ha visto que River juegue la revancha sin el jugador en cuestión.

Racing, que también tiene su cuota parte de culpa por no haber descubierto ese error reglamentario, cuenta a su favor con que los artículos del reglamento de la Conmebol son ambiguos, razón por la cual son interpretados como le conviene a cada uno.

Por eso pienso que los primeros culpables de este embrollo, son la Conmebol que solo pide disculpas por la errónea información y de River Plate, que evidentemente se aferró a la misma, sabiendo que tenía al jugador suspendido, porque me suena por lo menos raro, que Zuculini no recuerde que le habían dado cuatro fechas ( después rebajadas a dos) y que no había cumplido ninguna.

Es decir, hay dos figuras intervinientes que cometieron graves faltas (Conmebol y River) pero en lugar de ser culpables se tildan de inocentes y una tercera (Racing) que sale perjudicada solo por no ser observador, pero sin cometer ninguna infracción. Por eso considero que Conmebol debería eliminar a River del torneo porque el jugador participó siete partidos, ya sea jugando o en el banco o por lo menos darle ganado a Racing el partido de ida, con el resultado de 3 a 0.

Un resultado que se emparenta con el que logró Racing anoche por la Superliga, como visitante en Paraná ante Patronato, donde aún con varios cambios, volvió a mostrar una gran recuperación futbolística, sosteniendo nuevamente la valla en cero.

El equipo con jugadores que debían mostrar sus pergaminos para ganarse un lugar en el primer equipo y por suerte lo han podido exhibir con creces, esencialmente Marcelo Díaz, inteligente y criterioso, poseedor de un juego elegante y seguro con la pelota y “Pol” Fernández, entendedor del juego, jugador de buen pie, de buenas asistencias y de certeros disparos al arco, como lo demostró en el tiro libre y en el gol.

Sobre el resto vuelvo a destacar lo de Mena, lo mejor de la línea de fondo, partícipe fundamental en la jugada que finaliza con el penal que le dio a Racing el primer gol y al arquero Arias, quien cumplió una muy buena actuación, ya que se lo vio muy seguro en sus intervenciones.
Me generaron dudas Sigali y Orban, porque me llamó la atención de lo desorientados e incómodos que se vieron, en algunas pelotas largas a las espaldas de ellos y también Pillud, quien lamentablemente sigue sin encontrar un buen rendimiento transitando durante todo el partido por un muy bajo nivel.

En el medio a los ya destacados Díaz y Fernández, me gustó Solari, quien tuvo otra buena actuación a pesar de errar un gol imposible, porque se lo ve más confiado, más seguro con la pelota y con movimientos inteligentes en sus incursiones ofensivas, sin dejar de colaborar en la recuperación y por también Centurión, que de a poco va buscando su mejor nivel y sin llegar a tener una noche brillante, fue importante por su presencia que siempre lleva a los rivales al juego fuerte para marcarlo y por su conducta como capitán, además de aportar su tranquilidad en la ejecución del penal que abrió el marcador.

Adelante me da esperanzas concretas la actualidad de Cuadra, con su permanente movilidad, velocidad y gambeta, comprometido con el juego asociado, que finalizó su día de regreso a la primera convirtiendo el tercer gol tras la jugada que él inició,  mientras Cristaldo a quien se lo vio colaborar y participar permanentemente, perdió mucho en el contacto físico, pero por momentos dejo ver su calidad en alguna jugada.

En los reemplazos, pude ver a un Bou que sigue en la búsqueda de aquel “ Gustavo”, de aquella “Pantera” que nos deslumbraba por su fuerza y por su tranco al encarar, haciéndonos ilusionar con el gol en cada arranque, pero aún sin llegar a conformar, tuvo generosidad en la jugada que le permitió a Cuadra conseguir el tercer gol, a un Mansilla que, por su poco en el campo, generó algunas jugadas que demuestran que está para pelearla y a un Zaracho que rápidamente se acopló al juego en un partido que ya estaba terminado.

Racing llegó a la primera colocación con este  triunfo auspicioso desde todo punto de vista y puede mantenerla si Rosario Central pierde o empata, a pocos días de tener posiblemente su partido más importante, teniendo en cuenta también que este 3 a 0 es un resultado que podría volver a darse, si la Conmebol actúa con seriedad.

Hasta pronto. 

lunes, 20 de agosto de 2018

Un triunfo que aleja fantasmas y ayuda a encontrar el rumbo.

Después de una semana que atormentó a Racing en general y a Centurión en particular, había que enfocarse en salir de esta racha que si bien no era negativa del todo, dejaba señales que podían tornarse preocupantes en el aspecto anímico, porque tal como lo expreso nuestro capitán “Licha” López, había que salir cuanto de antes de esa seguidilla de partidos sin saborear un triunfo.

Y como siempre la esperanza está puesta en el próximo rival, Racing recibía a Vélez, que llegaba con un equipo joven a quien Heinze le había dado características ofensivas y juego intenso y que además había comenzado el torneo ganándole bien a Newell’s Old Boys.

La vuelta de Centurión al primer equipo era un condimento más para que el hincha pudiera ilusionarse con una victoria y sobre todo cuando Racing, que salió a presionar desde el vamos, consigue el gol a los tres minutos, cuando Bou gana una pelota entre dos rivales encara hacia el arco y habilita justo a Lisandro para que después de un enganche saque el disparo,  que al pegar en un defensor, descoloca al arquero Domínguez y se mete junto al palo.

Gol que aliviaba la natural tensión que arrastraba el equipo y preanunciaba el triunfo anhelado, porque Racing siguió presionando a un Vélez que daba ventajas atrás donde  Centurión hacía valer su supremacía por la derecha, mientras que Bou en menor medida lograba también hacerlo por la izquierda del ataque.

Así se pudo haber logrado aumentar la ventaja en un cabezazo de Centurión que se va desviado, ante un centro de Zaracho o algún disparo de Bou que tapa el arquero, pero lo que sí se nota es la falta de un especialista del área como lo era Lautaro, porque aunque “Licha” la pisó más que en partidos anteriores, muchas veces se veía desierta esa zona.

Esto le permitió al equipo de Liniers salir de ese encierro al que lo llevó la Academia, que sin dudas fue superior siempre, con un medio campo que si bien no está en los niveles del semestre anterior, se lo vio más comprometido y con una línea de fondo que lo hizo de la  mejor manera, porque contó con la solidez de Sigali y Orban y con dos marcadores de punta que demuestran que están en un gran momento, especialmente Saravia que jugó de en forma excelente y con un Mena, que partido a partido muestra su jerarquía, justificando con creces su contratación.

Racing tuvo la mejor oportunidad sobre el final de la primera parte, cuando Centurión habilita en gran forma a Lisandro, pero al enfrentar a Domínguez su remate es desviado por el arquero, desperdiciando lo que podía haber sido “doblete” para él y para el equipo, que  se hubiera ido al descanso con un resultado justo, ya que merecía algo más que un solo gol.

Y ese solo gol de diferencia se sufrió en el segundo tiempo, aunque en el arranque lo pierde Bou porque se le va larga y diez minutos después sucede lo mismo con Centurión porque se tomó un tiempo más en lugar de patear de primera, lo que le permitió a Lazo, tapar su remate.

Vélez se adelantó en el campo e impuso un ritmo de toque y circulación de pelota que obligó a Racing a jugar un partido más de entrega física que de tenencia de pelota y entonces el desgaste fue importante, porque el medio campo no podía igualar el juego que proponía el rival, lo que obligó a Bou, a Lisandro López y a Centurión a bajar más de la cuenta, quitándole sorpresa y resto físico para contraatacar con claridad.

La entrega y la solidaridad de los jugadores estaba a la vista, todos buscaban recuperar la pelota, pero cuando se conseguía se perdía rápidamente, por lo que  imaginé que el “Chacho” iba a meter mano en los cambios rápidamente, pero no fue así porque salvo el obligado de Solari por la lesión de Mena, era como que se resistía a hacerlos, quizás porque quería que estos jugadores tomen ritmo de partido completo, algo que Racing todavía no había logrado.

Por suerte el trabajo de Solari fue muy bueno y Saravia siguió siendo de lo mejor en su nueva posición, pero a mi gusto el equipo necesitaba aire en el medio y arriba pero debimos esperar 30 minutos para que  ingresara “Pol” Fernández por un agotado Bou

Si bien Racing no sufría demasiado, porque Vélez no generaba situaciones dentro del área racinguista, en la única que llegó, por un córner desde la izquierda, Arias respondió dos veces de muy buena manera, pero lo cierto es que los fantasmas rondaban por la cabeza de los hinchas ya que estábamos a un solo gol de diferencia, pero cuando faltaban siete minutos, Solari por la derecha lleva una pelota, hay un rebote, le vuelve y de primera habilita muy bien  Fernández que se encontraba solo sobre la izquierda, quien encara hacia el arco y define con clase desde afuera del área, tomando a Domínguez caminando casi saliendo de la misma.

Un gol que desarmó a Vélez y trajo tranquilidad para el cuerpo técnico, jugadores e hinchas, que por fin podíamos volver a sonreír y que le dio a Racing la posibilidad de aumentar el marcador dos veces más, la primera en gran jugada de Solari que en diagonal llega al área, combina con Cristaldo, recibe la devolución atrás y su remate es tapado con los pies por Domínguez y la segunda en una jugada por la derecha, Zaracho la lleva de taco, Fernández llega al fondo y toca atrás para que Matías la toque al gol, pero increíblemente se va al lado del poste.

Un final que hasta increíblemente pudo terminar en goleada, pero esencialmente es un triunfo que aleja fantasmas y ayuda a encontrar el rumbo, buscando aquel equipo que nos hacía sentir plenos de fútbol cada vez que lo veíamos.

Hasta pronto. 

martes, 14 de agosto de 2018

El Racing de las luces y las sombras.


El Racing de las luces.
Se vio en el primer tiempo, donde el equipo exhibió una mejoría notable respecto del partido ante River, asemejándose bastante al de los primeros tiempos de Coudet, con una línea de fondo que achicó y ganó todos los duelos, con la seguridad de Sigali y Orban, y con marcadores de punta que se desdoblaban, donde sobresalió la jerarquía y calidad del chileno Mena.
Dominguez de gran tarea volvía a ser el centro del juego donde la claridad y el pase preciso fueron su distinción, esta vez mejor acompañado por Zaracho, Cardozo y Solari mejorados en su juego y contribuyendo además en la recuperación de la pelota, lo que hacía que Atlético Tucumán prácticamente no haya incomodado al arquero Arias.
Adelante Lisandro López  con más movilidad, se acopló mejor al circuito de juego, llegando también al área rival y coronando su trabajo con un gol extraordinario mientras Bou que mostró un nivel superior al del partido anterior, aunque sin llegar al que nos tenía acostumbrado, con sus movimientos generaba situaciones, como el que realizó en la jugada del segundo gol, para que Solari rompiendo líneas, se posicione frente a Lucchetti y esta vez sin cegarse, la toca a la derecha para que la “Pantera” la empuje al gol.
En síntesis, una primera etapa donde pudimos observar un equipo con todas las luces, porque apareció el juego asociado, la presión alta, los movimientos y la intensidad, lo que le dieron a Racing un dominio casi total del partido y la posibilidad de haberse ido al vestuario con un resultado mucho más amplio.

El Racing de las sombras.
Apareció en la segunda etapa, porque si bien hubo una intención de sostener lo que tan bien se había hecho en esa primera mitad, Atlético salió a meter más corazón que juego y dejó de lado toda circulación de pelota, con la única idea de que la misma llegue al área racinguista por arriba para que el grandote Díaz peleara todo lo que podía, sumado a los movimientos de la “pulga” Rodriguez y Cía, buscando apretar a Racing contra su arco.
Y las luces dejaron paso a las sombras, que se llevaron la claridad y a enredar a Racing en el juego que le presentaba Atlético, comenzando a realizar lo que menos sabe que es revolear la pelota con la esperanza de que Bou y “Licha” pudieran encontrar en un contragolpe una nueva posibilidad de gol.
Los delanteros ya estaban como entregados por el desorden y por la falta de resto físico.
Bou arrancó dos veces desde la mitad de cancha y se frenó porque todavía no tiene la potencia que nos deslumbró en el 2014/2015 cuando se llevaba a la rastra a los defensores rivales.
Cada vez llegaban más pelotas aéreas y con Arias que comenzó a flaquear en sus decisiones y con volantes que veían pasar el balón se comenzaron a perder todas las segundas pelotas, lo que fue llevando inseguridad  al andamiaje defensivo.
Pero Coudet, que según él, sabía lo que se venía, no anticipó los cambios, demorándolos increíblemente.
Además de tarde me parecieron equivocados, tanto que se pudo haber perdido el partido.
Creo yo, modestamente, que para contrarrestar lo que proponían los tucumanos, se podía haber  reforzado el medio campo o bien reemplazar los delanteros, cualquiera de las dos variantes a más tardar a los 10 minutos de comenzado el segundo tiempo, donde ya se podía ver como venía la mano.
Para defender mejor: “Pol” Fernández y Marcelo Díaz por Cardozo y Solari más Cristaldo o Cuadra por Bou.
Para jugársela de contragolpe por los espacios que según el Chacho Racing tenía, Cuadra y Cristaldo por Bou y Cardozo y “Pol” Fernández  o Marcelo Díaz por “Licha” López.
Pero bueno, esto no deja de ser solo la opinión de un hincha como lo son muchos de Uds.

Por último y solo con la información que uno puede leer o escuchar, me gustaría decirle a Coudet que hay que tener cuidado con las palabras, porque frente a River cuando declara porque lo sacó dice “que porque estaba elongando y si no fuera por eso nunca sacaría a un jugador tan determinante”
Entonces pienso, si Centurión era tan determinante, no puede estar en el banco y después declarar que "para este partido el equipo era sin él", porque si le quiso dar un castigo por mal comportamiento, no lo hubiera llevado ni siquiera de suplente porque ayer el jugador quedó más expuesto que nunca y eso no lo benefició ni a Centurión ni al “Chacho”.
A mi gusto y creo que para muchos racinguistas entendemos que Centurión no puede quedar afuera del equipo, aunque sabemos que camina muchas veces por la cornisa, por eso sin pedirle que lo habilite para hacer lo que quiera, puede hacerle cumplir la sanción disciplinaria de otra manera, sin exponerlo a la vista de todos, porque solo vamos a tener un un jugador desganado y sin la mínima concentración, por lo que como hincha deseo que una buena charla pueda restablecer la buena relación del técnico con el jugador, ya que a los dos, los necesitamos ciento por ciento enchufados y pensando solo en el triunfo.
Por último espero que las luces de esos primeros 45 minutos puedan continuar encendidas tiempo completo, para que el equipo vuelva a ser aquel que nos llevó a ilusionarnos y que nos llenaba los ojos de fútbol.


Hasta pronto. 

viernes, 10 de agosto de 2018

El juego del quiero… pero no quiero.

La gente, las banderas y la vuelta al ruedo nos colmaban de una emoción que nos desbordaba en un cilindro que se veía repleto como pocas veces.
El tiempo sin ver a nuestro  querido Racing nos llevó a la casi desesperación por verlo nuevamente., porque el Mundial nos entretuvo hasta ahí nomás y la vuelta no era frente a un equipo menor, sino justo frente a River y por la Libertadores.
Y la verdad era que Racing llegaba a este, su primer partido desde hace unos cuantos meses, sin su figura estelar y sin el rodaje necesario para aceitar la máquina, aunque Coudet diga que los amistosos no le interesan por las lesiones, uno ve que la mayoría de los equipos de nuestro país y del resto del mundo, compiten con quien sea, arriesgando lo que te puede pasar también en un entrenamiento: ejemplo Donatti.
Y eso, en mi modesta opinión como hincha, se notó.
Racing estaba más lento que River y además impreciso con la pelota, tanto en su control como en la entrega, y más preocupaba porque esto se veía en los jugadores más importantes a la hora de generar juego, léase Domingez, Cardozo, Centurión.
Y lo sintió, aunque sin llegar a sufrir graves consecuencias, los primeros veinte minutos, cuando se perdía la pelota y los volantes millonarios salían disparados al recuperarla para asistir a sus delanteros.
Por suerte se pudo comprobar que  Arias estaba bien concentrado y respondió en buena forma en un par de disparos de afuera del área.
También los centrales fueron asentándose a medida que transcurría el partido, tanto que Orban jugó su mejor partido desde que llegó al club y Sigali estuvo como siempre coronando una buena actuación.
Racing buscaba presionar pero siempre llegaba a destiempo y cuando lo conseguía y ganaba una pelota no encontró la forma de llegar a enfrentar a Armani, salvo en una oportunidad cuando Centurión habilita a Bou y su disparo desde la derecha es sacada al corner por el arquero riverplatense.
Lisandro ya bajaba demasiado y Bou no fue el que supimos ver en los años anteriores, porque se lo vio llamativamente sin reacción y sin esa fuerza que lo caracterizaba, pero el que me llamaba más la atención era Centurión, a priori y a mi gusto era quien podía complicar a la línea de fondo de River, sobre todo a partir de esa jugada que casi le cometen penal, pero no fue así.
De a poco cada vez entraba menos en juego, tanto que al final del primer tiempo en un par de twitts comente que a mi gusto, debía aparecer más.
Y sobre el final del primer tiempo, la yapa que esperábamos todos.
Nueva infracción de ponzio y expulsión.
Era la oportunidad para salir el segundo tiempo a imponer la presencia que no se vió en la primera etapa, ya que Gallardo saca a Scocco para ubicar Zuculini.
El cambio de  Zaracho no me convenció, porque el chico había sido, siempre a mi gusto,  de lo mejorcito del medio campo y Solari no podía ser solución ante un rival que iba a esperar, porque en la falta de espacios que iba a proponer, no era la mejor solución un jugador que necesita justamente eso para imponer su juego.
Y el segundo tiempo fue de un Racing dominador pero sin ideas para romper ese cerco que había formado River.
Es cierto que Arias no toco la pelota, pero Racing no supo que hacer cuando la tenía, sobre todo cuando se insistía con Soto, que no sorprende nunca, aunque siempre la pida y arriesgue y cuando tuvo una oportunidad, le tiro de derecha un “tirito” a las manos de Armani.
Fue llamativa la falta de movilidad del equipo y donde solo Saravia podía generar por la derecha alguna jugada que llevara peligro y en una incursión suya donde deja dos rivales por el camino, generó un tiros libre, pero que lamentablemente no trajo ninguna posibilidad, porque no estuvo bien ejecutado.
Solo al final y a través de un par de centros, lo tuvo Cristaldo de cabeza, pero Armani respondió bien y “Pol” Fernández con un disparo que salió pegada al palo derecho del arquero.
Con todo respeto digo que me pareció que Racing apostó por el juego del quiero… pero no quiero, quizás porque no pudo olvidar lo que le pasó frente a Colón, lo que seguramente hizo mella en los jugadores y hasta en el mismo técnico, llevándolos a buscar un resultado positivo pero sin arriesgar tanto, entendiendo o aceptando que la valla invicta en un empate no era un mal resultado y se encuadraba dentro de ese objetivo buscado.
La revancha a fin de mes, seguramente va a encontrar a un equipo más afilado, porque ya comienza la Superliga y eso le permitirá tener más rodaje, donde seguramente la confianza los llevará a una mejor precisión en velocidad y movimientos.

Hasta pronto.