Solo era
cuestión de tiempo y si no hubiera sido ayer, seguramente habría
pasado después de los dos partidos restantes del año, porque eran tantas las
cosas que leía en las redes sociales y que escuchaba en la radio y en la tele,
que me llevó a pensar que todo no podía ser mentira.
A medida que pasaban los días, esas opiniones iban tomando
color por las propias declaraciones de los jugadores y del técnico a quienes se
los veía muy sueltos de cuerpo, expresarse abiertamente, sin darse cuenta, que
las palabras nunca son interpretadas de una misma manera y corren el riesgo de
herir susceptibilidades.
Algo que por cierto sucedió, de un lado y del otro, sin
reparar que el fútbol encierra un código dentro de las obligaciones
profesionales para exponer los problemas y eso es hacerlo dentro en un ámbito
íntimo, cerrado, por el ejemplo el vestuario.
Pero parece que esas diferencias y las
pérdidas de algunos objetivos, hizo que todo se desborde y si bien no vale la
pena discernir sobre quien comenzó primero, era casi un hecho que los
malos resultados obtenidos, colaboraban para que todo llegara a un punto de
donde no había retorno, sabiendo que uno de los lados, el más frágil, sería el
que finalmente se iba a terminar quebrando primero.
Amén de los errores cometidos por Diego Cocca, cuando casi
asegura que en el clásico Licha López podía quedar afuera del equipo titular
-que como responsable técnico tiene todo su derecho- algunos compañeros del
plantel, equivocadamente también, salieron a opinar distinto al técnico, algo que
un profesional no debe hacer y que no dejaba de ser, nos guste o no, un desafío
directo al conductor del grupo, al que indirectamente le restaba autoridad, lo
que lo colocaba entre la espada y la pared y como responsable del plantel,
podía haber aplicado otras sanciones, las cuales como se ha visto, no se
concretaron.
Entonces no era muy difícil pensar que el supuesto paraíso
en realidad era un tenebroso infierno, donde los hinchas, observamos que justo
Vittor, uno de los que salió en los medios a respaldar a su capitán, comete un
error que lo señala como el culpable del gol del vecino y después el mismo
“Licha” López desperdicia oportunidades.
Todo en un ambiente nervioso, lleno de dudas y tristeza,
donde todo se mezcla y entonces presos de sensaciones y una pasión que nos
confunde, nos lleva a pensar lo peor, a imaginamos escenarios que quizás no son
reales.
Y
finalmente Cocca termina renunciando, pero con un sorpresivo y raro “detalle”
en su conferencia de despedida, al expresar "Lisandro López
vino a mi casa a charlar conmigo para ver cómo estaba y qué necesitaba", lo
que seguramente dejó perplejo a más de uno, porque amén de que sea cierto,
se me ocurre pensar que fue, como queriendo decirle a los racinguistas "quédense tranquilos que todo
está bien", cuando hubiera sido mejor que el mismo “Licha” como capitán,
hubiera salido a apoyarlo públicamente antes del partido del sábado, lo que
hubiera sido un buen mensaje para sus compañeros y para los hinchas.
Desde la llegada de Cocca y hasta fines del 2015, se había logrado algo que debería ser normal y es que un técnico culminara su contrato, pero a partir de allí daría la
sensación que hay un retroceso, porque en los últimos dos años volvimos a tener
técnicos que por una u otra razón, nunca jamás
aclaradas, no llegaron a cumplir su ciclo en forma completa.
Y la historia vuelve a repetirse, pero quizás este
desenlace cause algún efecto en el lado que hasta ahora quedó en pie, porque el
horizonte no se ve tan claro como debiera ser, en este Racing ordenado económicamente, pero con turbulencias en lo deportivo.
Por último una idea que puede ser una utopía.
Dado que el presidente Blanco prometió que si gana habrá
manager, sería bueno que los candidatos ya tengan elegido cada uno el suyo,
para que estos le sugieran que técnico debería venir y si por esas
casualidades, hubiera coincidencia sobre el mismo nombre, no estaría mal que
los tres se pusieran de acuerdo para ir gestionando su llegada con tiempo, algo
por supuesto concretaría el que resultare ganador.
Hasta pronto