Como hincha siento que, sobre todo en el primer tiempo, el Racing que cayó derrotado en La Plata ante Gimnasia y Esgrima fue un equipo que no ofreció resistencia en ninguna de sus líneas.
No me pareció acertada la decisión de Gago de jugar
con una formación alternativa, porque era un encuentro que se podía haber
ganado con la base titular y eso le hubiera permitido seguir prendido en la
tabla de La Liga.
La expresión de “todos están a la altura”, empleada por lógica
defensa a sus jugadores, no alcanza para justificar algunos cambios, por el
contrario sirvió para darnos cuenta de que en realidad no todos responden e
interpretan la idea del juego de la misma manera, por eso definitivamente sí,
hay titulares y suplentes (incluso los integrantes del plantel lo saben).
Racing en La Plata fue un equipo ausente, porque tuvo
una defensa de puertas abiertas donde Tarragona encontró la muchas ventajas que
ofrecían Galván e Insua, un medio campo con Avilés, Nardoni y Oroz que no
lograba hace pie y perdía todas las divididas y una delantera que sigue
teniendo de nueve a Romero, aunque hace todo para no serlo, al voluntarioso pero
ayer solitario Hauche y a un Cardona, que
si bien no hizo nada de otro mundo diría que hasta su lesión fue el único que trató
de tener la pelota y darle buen destino.
En este Racing que se veía como un equipo de
desconocidos que solo atinaba a correr sin ton ni son detrás de la pelota, la
entrada de Matías Rojas por Cardona lesionado, pareció como mágica porque con su
sola presencia y un par de pases, generó la ilusión de que podía cambiar algo, pero
la expulsión de Gabriel Rojas sobre el final terminó por complicar a un equipo
que se fue al vestuario derrotado y con un hombre menos.
Para comenzar el segundo tiempo Gago envía a la
cancha a Opazo por Galván (casualidad o castigo?) pasando el chico Avilés a
jugar de central, mientras increíblemente seguía sosteniendo en el medio campo al
muy flojo Nardoni y a un Oroz
desorientado, (Morales estaba en el banco) jugándosela adelante con Rojas,
Romero y Hauche y por algunos minutos Racing pareció reaccionar, pero un tiro
de esquina del local le da a Morales la oportunidad de concretar el segundo
gol.
El segundo gol fue un golpe muy fuerte y Gago reemplaza
a Oroz por Jonathan Gómez, quien diez minutos más tarde, logra el descuento
cuando acompañando una jugada que Reniero finaliza metiendo de taco en el área,
la clava de derecha sobre el segundo palo.
Obviamente para este Racing desarticulado e
inexpresivo era una inyección anímica y a partir de allí comienza a jugar largo,
salteando el medio campo, buscando la cabeza de alguno de los delanteros,
apostando a la segunda pelota y para afianzar esa “idea” entra Guerrero pero sorpresivamente
por Mura.
Y a fuerza de pelotazos buscando la cabeza de alguno
de los tres nueves que Racing tenía en cancha, llega una acción en la cual participan
Paolo Guerrero y Romero , a quien manotean al entrar al área y el árbitro cobra
un penal, en realidad inexistente, que el VAR se encargó anularlo.
Con esos envíos largos, Racing había arrinconado a
Gimnasia y si bien no lo hacía con un buen fútbol, se vivían momentos de emociones
cruzadas, como la del tiro de esquina de Rojas, que después de varios rebotes, Colazo
de cabeza salva sobre la línea el gol que podía haber sido el empate académico.
Los últimos minutos de ida y vuelta se vivieron
nerviosos, friccionados y angustiados, pero sobre la hora del descuento, en una
contra y con Racing ya jugado, Gimnasia consigue el tercer y definitivo gol.
Racing fue un
equipo indefenso por una decisión indefendible y eso debe llevar a Gago a replantearse ciertas determinaciones, porque
ha habido equipos que han sostenido la base titular y han triunfado, a pesar de
que han viajado más y han tenido menos horas de recuperación.
Hasta pronto.
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