Seguramente esa media hora inicial de la primera etapa fue de lo peor del año de Racing, que era la imagen de la impotencia, porque solo atinaba a mirar como este Godoy Cruz sin grandes figuras, que supo interpretar en poco tiempo la idea de su nuevo técnico, con intensidad y precisión, prácticamente lo “bailaba” y le convertía dos goles.
Racing no podía resolver el aluvión del equipo mendocino, lo que generó la reacción de
Lisandro López, quien visiblemente consternado le reclamaba a varios de sus
compañeros una mayor actitud, con correcciones que debían venir desde afuera, pero
que tuvieron que llegar desde adentro a través de su líder natural..
La bronca de “Licha” fue produciendo un cierto
despertar, pero ya había pasado casi media hora, Chancalay habia reemplazado a
Rojas lesionado y perdía dos a cero.
Nada hacía prever que la cosa iba a mejorar, pero por
suerte antes de finalizar ese primer tiempo una pared entre Chancalay y Mena, finaliza
con un buen centro del “Chueco” que conecta
Lisandro Lòpez de cabeza y marca el descuento, que fue como milagroso, porque ayudó
anímicamente y le permitió cambiar para salir a disputar la segunda mitad.
Con la idea de ir en busca de una mayor ofensiva, Cáceres,
cada vez más flojo, le dejó su lugar al chico Alcaraz, pasando F. Domínguez
como lateral para que junto con Mena, -por lejos el mejor jugador del equipo-, comenzaran
a buscar desbordes por afuera que tuvo sus frutos a los 15 minutos en una
jugada en la que intervienen los dos y que Fabricio termina con un centro que Copetti cabecea al gol.
Esto anímicamente le dio fuerza y más confianza al
equipo, porque además Godoy Cruz ya no era aquel equipo intenso del primer
tiempo y le permitió a Racing acercarse más al arco rival.
Había entrado bien Alcaraz, Chancalay fue creciendo y
de sus pies salió la asistencia para que Copetti convierta el tercero pero Espínola
le tapó el remate con su pierna.
Racing seguía estando más cerca, pero a los
veinticinco minutos increíblemente vuelve a salir Licha, dejándole su lugar a Lovera,
perdiendo el equipo no solo a uno de sus mejores jugadores, sino a quien con su
jerarquía y presencia genera que sus compañeros tengan una mejor disposición y
actitud en el campo de juego.
El partido comenzó a abrirse y minutos después una
pelota que toma Ramírez sobre la izquierda, engancha hacia adentro y sigue
sobre la línea del área grande paralelo al arco sin que nadie le salga a tapar
el remate que se clava en el ángulo superior izquierdo de Arias.
Fue un duro golpe para Racing y el tres a dos parecía
una sentencia, pero faltando pocos minutos Cvitanich es reemplazado por Correa,
quien a los 44 minutos y de un tiro libre ejecutado por Lovera, también de
cabeza vuelve a empatar el encuentro, llevando el mismo a la definición por penales.
Y aquí comienza otra historia, que como digo siempre
es un mini partido dentro del partido, donde juega mucho el estado de ánimo individual
y donde la suerte a veces juega a favor y otras en contra, como anoche donde Arias
que siempre atajaba algun penal no pudo detener ninguno y donde Copetti que
siempre los había convertido esta vez no lo hizo.
Racing pasò de la vergüenza al decoro, pero la
cruda verdad de “Licha”
de cara al futuro, dejó bien en
claro que hay otros problemas más preocupantes que esta nueva eliminación, cuestiones
que fueron bien descriptas por nuestro capitán en sus declaraciones al
finalizar el partido y que deben solucionarse antes de fin de año.
Hasta pronto.
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