Cuando un
club, aspira a crecer futbolísticamente, debe profesionalizar el área, es decir
contar con un manager o secretario técnico, alguien idóneo para el puesto que
oriente a los dirigentes en ese área, y por suerte, en las pasadas elecciones,
todos los candidatos habían coincidido en esa necesidad.
Y como
nunca antes, al presidente Blanco se le está dando una oportunidad única,
porque tiene en el club a Diego Milito, ídolo indiscutido de Racing, quien
reúne todas las condiciones para ocupar ese puesto, trayectoria, capacidad,
transparencia, personalidad y como valor agregado, el apoyo incondicional de la totalidad de los hinchas, por lo tanto está en sus
manos lograr que las conversaciones tengan un buen final y que esta
contratación se convierta en la más importante de los últimos tiempos.
Como
hincha solo espero que, por lo menos en esta oportunidad, estén abiertos a las
propuestas de Milito, dejando de lado los naturales temores a pasar a un segundo plano, por
la fuerte presencia del ídolo, quien, hasta sin proponérselo, puede llegar a
trascender más allá de los límites propios que encierran sus obligaciones.
Es tiempo
de Diego Milito, porque aun sabiendo que
su amor por el club no lo hace infalible y puede equivocarse, jamás le haría daño y porque cuenta con los atributos esenciales para aportarle al fútbol, jerarquía, profesionalidad y mentalidad ganadora buscando llevar a Racing, al nivel
de excelencia que exhiben los clubes que quieren ser grandes de verdad.
Hasta
pronto.
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