lunes, 30 de noviembre de 2015

Dos gritos para imponer silencio, para decir aquí mando yo.


Durante la semana en la mesa de las discusiones se había puesto en duda el planteo de Cocca para este primer encuentro, el cual se objetaba por su formación que mostraba un solo punta y por lógica consecuencia se lo tildaba de defensivo.

Esto sumado a las malas performances que Racing había dejado en las dos últimas presentaciones como visitante, especialmente la que se jugó este año donde realmente fue inexpresivo desde todo punto de vista, donde el juego pero principalmente la actitud estuvieron desaparecidos durante todo el encuentro.

Pero esta vez y ante un estadio totalmente colmado, Racing dijo presente desde el primer minuto y aunque el arquero Rodríguez no era exigido, se había plantado firmemente presionando en todos los sectores de la cancha, señal inequívoca de quería mandar en el partido.

Desde el primero al último jugador entendió que había que disputar cada pelota como si fuera la última y a medida que transcurría el encuentro paulatinamente todos fueron creciendo, desde una defensa que prácticamente no tuvo errores –salvo esa jugada de Vera sobre Lollo- y donde se iba agigantando la figura de Sánchez, acompañado por la firmeza de Grimi y un buen trabajo de Pillud.

Con un medio campo sacrificado que buscó cerrar el circuito del rojo, Romero fue entrando cada vez más en el partido, sobre todo en una tarea poco habitual que es la de la recuperación y buscando tener más contacto con la pelota, donde Acuña imponía su presencia, su habilidad y su guapeza, mostrando que está en un momento estupendo.

Y adelante el solitario y ya legendario Bou luchaba solo tratando de que los zagueros no tengan tranquilidad en ningún momento tratando de encontrar el instante preciso donde imponer su potencia para llevar peligro al arco rival.

Independiente estaba desorientado por el planteo que le había impuesto Racing y solo esbozaba alguna que otra jugada intrascendente, hasta que sucedió lo que todos esperábamos cuando Bou, que recibe una pelota que peina Acuña, triunfa en su disputa con Pellerano, encara a Cuesta y lo deja en el camino con caño incluído, para luego definir cruzado a la derecha de Rodriguez.

Gol GOLAZO!  Para romper una racha negativa, para que Bou convierta también su primer gol oficial a los vecinos y para que el silencio invadiera a todo un estadio.

Y como si eso fuera poco, 4 minutos después Romero, que había sufrido una lesión en el tobillo y le había pedido a Cocca que lo deje unos minutos más, recibe en la medialuna del área una pelota, que gana Acuña con valentía después de un tiro libre a favor y rechazos imperfectos y de primera dispara de zurda ubicándola en el palo izquierdo de Rodriguez.

GOLAZO de Romerito que le daba a Racing la tranquilidad necesaria para poder asegurar este triunfo.

Dos gritos para imponer silencio, para decir aquí mando yo.

Dos gritos de gol que sonaron como dos cachetazos para los miles de hinchas locales que ahora sí enmudecían totalmente, mirando angustiados y notablemente amargados los interminables abrazos y las bocas bien abiertas de los jugadores y cuerpo técnico de Racing gritando su alegría y la de millones de racinguistas que hoy estaban instalados en los corazones de cada uno de ellos  

Después llegó el reemplazo de Romero ( visiblemente lesionado) por Noir, y aunque Independiente buscó reaccionar la Academia no se lo permitió y así finalizó esa primera etapa.

En la segunda parte era hasta casi lógico que Racing, con esa diferencia a su favor se refugiara un poco para jugar con la desesperación de Independiente y de ese modo encontrar espacios que le permitieran generar alguna que otra jugada de gol.

El nerviosismo de nuestros vecinos era tal que lo llevaban a cometer infracciones como la de Diego Rodriguez a Bou que le costó la roja y le dio la posibilidad a Racing de contar con un hombre de más.

Pero el juego no cambió y parecía que ese hombre de más no se notaba tanto, algo que inquietaba a Cocca que pedía que se haga circular la pelota, pero a veces es peor jugar contra diez porque  hace que el rival redoble esfuerzos, sobre todo ante la exigencia de un público enardecido

Los nervios, la tensión y el desgaste hacían mella en algunos jugadores y Voboril  reemplazó a Cerro, para trabajar a la izquierda de Aued, mientras Camacho lo hizo después por Acuña.

Finalmente y aunque hubo un par de jugadas que podían comprometer el resultado, Racing logró lo que todos deseamos y soñamos, lo que cualquier hincha de Racing quiere en esa cancha: ganar ante todo “poniendo lo que hay que poner” y si después se puede jugar bien mejor.

Por eso a veces, en su mayoría, los hinchas no somos sinceros con nosotros mismos, al pedir que se juegue bien antes que otra cosa, algo que a mí también me gustaría, como aquella vez que cortaron la luz, pero hoy sin hacerlo con brillo pude observar a un equipo firme, compacto, respondiendo a un planteo con actitud, entrega y concentración, que es como se deben jugar los clásicos.

Como figuras pienso que Sánchez estuvo brillante, quizás jugando su mejor partido desde que llegó a Racing y Bou ratificando que hoy por hoy es insustituible por lo que obliga, por lo que genera en sus marcadores y por seguir consolidándose como un gran goleador. También Acuña está en un nivel excelente y es quizás el único volante que además de colaborar de buena forma en la recuperación, en ataque encara a sus rivales y los supera.

Confieso que contra Independiente y sobre todo en cancha de ellos, no me importa tanto el análisis profundo del juego, si, que el equipo tenga presencia, que no se deje llevar por delante, es decir que tenga postura, como hoy la tuvo.

Que quieren que les diga, estoy feliz de la vida, como se que lo están todos ustedes.

Hasta pronto.


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