Por
eso las razones futbolísticas, como falta de titulares, de concentración,
pérdida de confianza y flojas actuaciones, conformaron un combo que llevó al
equipo a cometer errores desde el arranque.
Y
como en el fútbol hay mucho de contagio, cuando se comienza mal, normalmente se
continúa peor y aunque Racing es como que tenía la pelota más que los de
Varela, los desaciertos en todos los sectores del campo, pero que resaltaban
más en la defensa, le facilitaron a
Defensa y Justicia tener las posibilidades de concretar y derrotar a un Racing,
que venía golpeado anímicamente por el resultado negativo ante River y herido
por las lesiones de algunos jugadores, amén de los suspendidos.
Entonces dentro de todo ese panorama nos damos cuenta que el equipo, que corrió
mucho y mal, perdió frescura y perdió fundamentalmente precisión, porque aunque tuvo la
pelota más tiempo sobre todo en la segunda mitad, esa tenencia de nada le sirvió, ya que no la administró bien.
Hubo
casi un fracaso general, con bajones llamativos, como el de Lautaro Martinez, quizás por las circunstancias que lo rodean, como el tema
de la selección, que posiblemente lo afectan anímicamente, porque por más que
siempre se muestre sereno y perfectamente ubicado, no debe ser fácil de
sobrellevar para un joven de veinte años.
Este
Racing indefenso, solo se aferró a
Centurión, el jugador que mantuvo viva la llama de la esperanza, de lograr los
empates y hasta ilusionarnos con un triunfo, por todo lo que el transmite, considerando
que sin su presencia, este equipo hubiera claudicado mucho antes.
La
entrada de Zaracho, Dominguez, dos que podrían posiblemente podrían haber jugado de entrada,
junto con la de Mansilla, no pudieron solucionar el desorden táctico que ya
había invadido a un equipo que nunca encontró esa identidad que venía mostrando
y que tanto valoramos.
Espero
de todo corazón, que la nueva equivocación de Musso en el tercer gol, las malas
decisiones de Cardozo o el flojo partido de un Lautaro que solo estuvo en la
cancha para asistir con un buen toque a Centurión en el segundo gol, hayan sido
solo producto de una mala noche y que le permita a un Coudet, casi inexpresivo
y callado como nunca, volver a darle a este equipo la dinámica, la intensidad,
la presión y el juego que nos hizo emocionar.
Hasta
pronto.
2 comentarios:
coincido totalmente como siempre amigo, es f{acil caerle solo a un jugador y echarle la culpa de todo. es triste verlos jugar así xq nos haíamos ilusionado mucho . esperemos coudet sepa ponerlos en órbita de nuevo. abrazo
Nuevamente perfecta interpretación de lo acontecido. Saludos
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