La Copa Argentina dejó de ser un objetivo, pero que esta derrota no les debe hacer perder la razón de lo que están cerca de lograr, ganar la Copa Libertadores de América.
Sacudido por el tempranero gol de Salas, -sin marca siendo el único punta y eso que Colombo por lo
menos lo conoce bien- quien estuvo a punto de aumentar por un error de Pardo
pero Cambeses le tapó muy bien el remate, Racing se fue recuperando de a poco y
en ese primer tiempo aún sin ser claro tuvo oportunidades para empatar, como la
de Solari de cabeza, la de Martínez tras
el pase de Almendra que se va solo pero no resolvió bien y un cabezazo de
Zuculini a las manos de Armani, ante un River que explotaba los espacios entre
los centrales y los volantes académicos para tratar de sorprender con remates
desde fuera del área.
En el segundo tiempo Racing fue por el empate y Martínez
estuvo cerca después de un centro de Mura y cuando más proponía ante un River que
más se defendía, desde la tribuna académica comienzan un festival de bengalas que
llenó de humo el estadio y el partido se detuvo durante diez minutos, algo inexplicable
porque ese freno solo benefició a River…
Aprovechando la demora Costas hace ingresar a Martirena
por Mura y a Fernández por Almendra, -este último cambio me llamó la atención
porque si bien “Totó” es un buen jugador no venía haciéndolo seguido- ante un
River que cada vez se defendía más cerca de Armani sabiendo que para Racing “Maravilla”
era la única solución y entonces solo ajustaba la marca para seguir peleando
con el goleador académico, que ya había sido amonestado cerca del final de la
primera etapa y estaba al borde de una segunda amarilla, mientras Solari no
encontraba espacios y Conechny ya no repetía lo poco bueno que había conseguido
hacer en el primer tiempo.
Costas hace ingresar a Vergara -que sigue sin
aportar nada y hasta pareció no meterse de lleno (creo hubiera sido mejor Balboa
para tener más presencia en el área), pero el partido fue transitando en un mar
de discusiones que tenía como director de orquesta a un Mastrángelo que no sabía
cómo salir de cada infracción, las que obviamente ayudaban a que un River nervioso
-porque solo había un gol de diferencia-, siguiera cortando el encuentro.
A cinco minutos del final Rojo entra por Colombo y
Balboa por Zuculini, (es solo una opinión pero si hubiera entrado Balboa por
Vergara aquí podría haberlo hecho Torres) porque lo que tenía que pasar pasó y
“Maravilla” en una jugada confusa es amonestado nuevamente y se va expulsado, con
lo que Racing se quedaba con un solo delantero y el final mostraba en el campo
de juego el agotamiento de un plantel que en los últimos quince días debió
exigirse al máximo tanto en lo mental como en lo físico.
Pero no es lo único a solucionar porque hay problemas
a los cuales debe encontrarle alguna solución, como a mi modo de ver puede ser el
de “Maravilla” Martínez, un goleador nato, una fiera del área al que sus
compañeros deben alimentar, lo que lamentablemente no ocurre desde la ida de
Salas y entonces saca a relucir su bronca, su enojo con el mismo que lo ha
llevado a un estado de fastidio tal que se ha dedicado más a pelear que a tratar de encontrar la
manera de ser letal a la hora de definir, factor que mi juicio influye emocionalmente
en el rendimiento del equipo.
Racing está a 19 días de la primer batalla por la
semifinal de la Libertadores por lo que la
copa perdida no lo debe desviar del enfoque final porque la meta está cerca, por
eso no debe perder la razón por los objetivos que están a punto de alcanzarse.
La Copa Libertadores, es el objetivo más importante de
Racing único club argentino que puede lograrla, lo que lleva al plantel y al cuerpo
técnico a mantener la atención y superarse a si mismo
para el tramo más trascendente del año, sin dejar de lado que hay que sumar
puntos en el torneo local buscando entrar entre los ocho primeros de la zona y
en puestos de copas internacionales para el año próximo.
Por último una reflexión sobre Balboa y Acuña. Lo de
Balboa es un hecho inaceptable. Pero lo de Acuña es realmente lamentable y ofensivo.
Me pregunto que le hizo Racing para que le falte el respeto a los hinchas y por
tanto al club que lo hizo conocido, que lo sacó campeón y que le abrió las
puertas para volver. Él eligió otro camino. No se entiende. Por lo menos Salas
no gritó el gol.
Vamos Racing carajo! Vamos con todo Gustavo!
Hasta pronto.
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