Racing dio ventajas y San Lorenzo las aprovechó para ganarle después de 15 clásicos.
A pesar de la tormenta el campo de juego de San
Lorenzo estaba en excelentes condiciones, pero Racing casi nunca pudo hacer pie,
sobre todo en los primeros veinte minutos del encuentro donde a no ser por la gran
actuación de Cambeses, pudo haber sufrido una dura goleada.
Al minuto Racing ya perdía uno a cero y lo primero
que se me vino a la cabeza fue “que mala suerte tiene Cambeses” porque cada vez
que le toca ser titular sufre rápidamente un gol, pero esta vez quedó claro que
la culpa no fue de él sino de un equipo que era superado en reacción y
velocidad, con una defensa que además casi nunca ganó de arriba en cada centro
que caía en el área (aun contando con jugadores de muy buen altura como Conti
con su altura).
Es cierto que los tres venían de tener un desgasta físico
y emocional importante (dos habían disputado el partido de vuelta completo ante
Botafogo) y la liberación de esa tensión puede llevar a una baja respuesta física
y a una relajación natural, pero fue un lapso de tiempo donde solo la imagen de
Cambeses lo sostenía con vida, porque el equipo estaba ausente, pero uno de los
dichos populares del fútbol dice que “los goles que no se hacen, te los hacen
en el otro” pareció cumplirse después de ese aluvión del local, cuando a los a
los treinta minutos un Almendra “caminante” asiste de gran manera a Ignacio Rodríguez
(me gustó mucho), quien en el área engancha y habilita a Mura en el punto penal,
quien después de defender bien la pelota, la pone contra un palo y le vuelve a
convertir un gol al “Ciclón”, igualando un partido que le era esquivo en todos los
aspectos.
Racing empataba sin merecerlo y salvo Cambeses, “Nacho”
Rodríguez y Nardoni el resto aportaba poco y nada por lo que era lógico pensar
que para la segunda etapa hubiera algunos cambios, sin embargo Costas solo
realizó el de Escudero por Quirós lesionado.
El equipo insinuó salir de su encierro con más
movilidad pero era Cambeses el que seguía evitando goles, hasta que a los cinco
minutos a Balboa le llega una pelota saliendo del área, controla entre los
centrales y mete un derechazo que entra pegado al palo derecho de Gill poniendo
a Racing en ventaja ante un estadio que cambio aliento por murmullos y un San
Lorenzo sacudido por un resultado que cambiaba el partido en lo emocional.
Racing debía aprovechar este momento anímico y estuvo
a punto de lograrlo si no fuera porque Solari, aunque hacía bien sus
movimientos fallaba en las definiciones, así y todo a través de él, llega una
jugada en la que se dan dos situaciones como para convertir y es cuando otro
gran pase de Almendra lo pone solo ante Gill pero su remate bajo es tapado por el
arquero, rebote que van a buscar Zaracho y Romania, llegando antes el volante académico
por lo que el central de San Lorenzo termina golpeándolo y cometiéndole un
claro penal que Tello no da y el VAR ni siquiera revisa, una oportunidad que
podía haber cambiado totalmente el trámite porque un tres a uno hubiera golpeado
fuertemente a San Lorenzo.
Costas envía a la cancha a Martirena por Zaracho y a
Salas por Balboa, algo que personalmente me sorprendió ya que si alguien debía
salir era Solari, salvo que “Rocky” estuviera lesionado, porque me parece que
hubiera sido una dupla más agresiva en la delantera, la que a partir de ese
momento quedó disminuida, tanto que salvo la jugada donde un remate de Martirena
exige a Gill, el equipo fue perdiendo fuerza ofensiva.
La desesperación del público llevaba a Russo a
introducir más jugadores de ataque, ante un Racing que ya mostraba a un
solitario Salas arriba esperando encontrar una oportunidad, pero faltando cinco
minutos un error de Martirena le permite al local llegar al empate a través de un
remate de desde fuera del área Braida, que me parece sorprende a Cambeses, un
gol inesperado por el trámite del partido, que no solo golpeó anímicamente al
equipo sino que revivió a San Lorenzo y sus hinchas.
Pero como si esto fuera poco, sobre llovido mojado,
porque no se había recuperado del empate cuando en tiempo de descuento y con un
nuevo centro, donde vuelven a fallar los centrales académicos, el recién ingresado
Peralta cabecea entre Conti y Colombo y logra el gol agónico que le daría el
triunfo al local ante un Racing que perdió en pocos minutos, las vida que le
dio Cambeses.
Podría decir que es una derrota justificada, porque el haber sido campeón de la Recopa
Sudamericana deja secuelas físicas y mentales, razones por las que el partido
siguiente se puede perder, pero a partir de ahora hay que ponerse las pilas para
clasificar en el torneo de la Liga.
Vamos Racing carajo!
Hasta pronto.
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