domingo, 16 de junio de 2013

Un día del padre inolvidable.



Como hinchas de Racing hoy seguramente amanecimos felices por el desenlace que tuvo la jornada de ayer, donde nuestros vecinos –descendidos al Nacional B- han entendido que de nada vale vanagloriarse con soberbia de todas sus copas, ya que todo ese “lustre” que exhibían hoy está más derrumbado que nunca en un ropero, porque la realidad los ha depositado en el lugar al que nunca tenían pensado llegar.


El cachetazo deparado por las malas administraciones, como también nos pasó a nosotros, a San Lorenzo, a Central, a River y a muchos otros y que es en la mayoría de los casos lo que lleva a los clubes a descender, los hará reflexionar y entender que ahora y con la cabeza gacha deberán pedir permiso para sentarse en esa mesa -que durante mucho tiempo menospreciaron- junto a aquellos que en silencio y aceptando su destino esperaron este momento, sabiendo que el tiempo ubica todas las cosas en su lugar.

Hoy fue un día del padre inolvidable, porque los que tenemos la suerte de pasarlo en familia y junto a nuestros hijos pudimos celebrarlo con alegría, pero también porque se sumó el triunfo de Racing y el descenso de nuestros vecinos, algo que alegra nuestro espíritu y refuerza nuestra pasión por la gloriosa Academia.

Del partido de Racing creo que debemos rescatar que es la primera vez en el torneo que logra dos triunfos seguidos.

Después, en sí, la mediocridad se hizo presente una vez más en un reducto donde quizás, por su campo reducido y el terreno mojado le dieron al trámite del mismo mucho desorden que hicieron que los equipos se llenaran de amonestaciones, sobretodo en esa primera parte donde All Boys predominó por su empuje logrando la mejor ocasión de gol, ante un Racing que no podía sostener la pelota.

En el segundo mejoró la Academia y la apertura del marcador por parte de Vietto ante una buena jugada de Centurión, le permitió, ante la desesperación de All Boys, contar con espacios para que los pibes puedan generar ese juego de habilidad y verticalidad que es el que sostiene a este Racing.

Lo tuvo Vietto ante una gran jugada personal y la pelota pego en el palo, después a esperar como siempre.

Lo que es cierto es que Racing gana gracias a la heroica rebeldía de la juventud por esa predisposición a jugar como viven y con los errores naturales de la edad que transitan, pero con esa frescura y con ese desparpajo que nos permite de tanto en tanto, sonreir al terminar el partido.


Hasta pronto.

Twitter: @lito_lococo