jueves, 28 de febrero de 2019

Un técnico de dos cabezas.


Si nos retrotraemos al fin de semana anterior al enfrentamiento con Godoy Cruz,  habíamos perdido contra River y el ánimo estaba por el piso, además nos esperaba Corinthians unos días después, luego los mendocinos y por último el clásico con el vecino.

El panorama no era bueno y en lo que a mi respecta, me llevó a pensar que Racing debía elegir uno de los dos torneos por la posición que ocupaba en el campeonato local y me parecía lógico y sensato que fuera la Superliga, a la que había que dedicarle toda la energía.

Esto no era, obviamente dejar totalmente de lado la Sudamericana, tanto es así que en  Brasil con un equipo con algunos suplentes, se mejoró en el juego y se logró un resultado de alguna manera positivo por el gol de visitante, que le daba una mínima, pero real ventaja.

Pero después sucedieron muchas cosas, algunas muy buenas y algunas malas.

Las muy buenas es que pudimos disfrutar de dos triunfos impecables, sobre todo el del clásico, que todavía seguimos disfrutando a más no poder y cuando digo malas, me refiero a las lesiones de Mena y de Sigali, que se sumadas a la de Orban, ponían a la defensa en zona de riesgo.

Esto lo remarco porque si Donatti  jugaba en el Cilindro frente a Corinthians y sufría algún percance, el domingo Racing tendría que afrontar el partido contra Estudiantes con la misma pareja de centrales que jugo ayer, ya que Sigali está suspendido por amarillas.

Quiero recordar también que la salida de Centurión le ha quitado al medio campo un volante que no tiene un reemplazo con esa categoría y los que quedaban en el banco eran Díaz, que como Domínguez debe ocupar la zaga nuevamente no debía arriesgarlo, “Pol” que entró faltando 30 minutos y Zaracho, que aquí sí, se le puede objetar al “Chacho” el haberlo hecho entrar a solo 3 minutos del final.

Así y todo creo que anoche el equipo jugo un buen partido, a mi gusto mejor de lo que esperaba especialmente en la primera mitad, aunque es cierto que le faltó profundidad y finalizar mejor las posibilidades ofensivas, sobre todo cuando atacaba por los costados, cosa que si hizo Corinthians las pocas veces que llegó hasta el arco de Arias, el “gigante” arquero que tiene la Academia, factor determinante para llegar a los penales.

Y ya sabemos lo que significa una definición por penales, nunca refleja realmente lo que sucedió en el campo de juego (Ejemplo; como le pasó a la Selección contra Chile en la copa América), porque de alguna manera es como si fuera una competencia distinta, donde además de la capacidad de algunos y desaciertos de otros, entran en juego otros factores emocionales y de personalidad por tratarse de un enfrentamiento personal sin tiempo de revancha.

Y un penal más errado que el rival, nos dejó afuera y nos quitó a los hinchas cierta ilusión de continuar en la Sudamericana, una participación que desde el comienzo arrancó con cierta mala suerte porque dentro de un combo lleno de equipos de menor tenor, nos toca un rival brasileño que aunque no esté pasando su mejor momento, tiene su categoría, sumado a que nos hacían jugar después de dos clásicos.

Todo eso llevó a Coudet a convertirse en un técnico de dos cabezas, con dos formas de pensar distintas, una que tenía el objetivo claro, que era estar enfocado ciento por ciento en la Superliga, especialmente ahora que se le volvieron a sacar 3 puntos de ventaja a Defensa y Justicia y la otra quizás envuelta en un mar de dudas, que buscaba la forma de participar en la Sudamericana de la mejor manera, sabiendo que podía quedarse en el camino.

La elección “Chacho” quedó a la vista y entiendo el enojo de muchos hinchas, pero me parece a mí, por cierto me puedo equivocar, que de todas las veces que se compitió en copas internacionales, esta fue la decisión más lógica, por ser el líder de la Superliga, algo que podía haber cambiado si Racing hubiera estado a varios puntos de distancia de otro supuesto puntero.

Yo y ya lo he escrito en anteriores comentarios, era uno de los que opinaba que había que jugar con los suplentes, porque había que poner todos los cañones apuntando al campeonato local y entiendo que a todos los hinchas nos duela ver que Racing pierda, en la copa de verano o en un amistoso, pero tratemos de reflexionar un poco y pensar que hubiera pasado, si con más titulares en campo, hubiéramos quedado igual fuera de la competencia.

Quizás las críticas hubieran sido porque arriesgamos tanto estando punteros.

Por lo tanto el domingo hay que alentar como se hizo contra Godoy Cruz para seguir estando en solitario en la cima del campeonato.

Hasta pronto.                                                                                                



domingo, 24 de febrero de 2019

El triunfo del envión anímico para ser campeón.


Este es el partido que más no llega al corazón.

Es el que nos pone con los nervios más nerviosos, más ansiosos, el que define nuestro humor de la próxima semana.

Es el que, como decimos todos, hay que ganar como sea.

Porque los clásicos se ganan y lo que haya pasado en el partido, siempre va a quedar detrás del resultado.

Por eso estoy feliz.

Por el plantel, por el cuerpo técnico y fundamentalmente por nosotros los hinchas, que somos los que vivimos sufriendo por esta camiseta desde toda la vida.

Fue un partido donde se observaron flaquezas y bajos rendimientos en algunos jugadores, pero hubo entrega y actitud desde el minuto uno hasta el final en un encuentro, donde después del gol de Donatti y frente a un Independiente que se mostraba nervioso porque Racing lo estaba dominando, el árbitro Pitana comenzó a emparejar el trámite inclinando el partido, cobrando infracciones a favor del local en casi todas las divididas y amonestando sin ser ecuánime en sus decisiones, porque a “Licha”, le entró mal Domingo desde el vamos, pero las amarillas comenzaban a verlas los de la Academia, llevando al equipo a defender cerca del área hasta que llegó el empate en una jugada donde hay posición adelantada de Verón, pero que tanto él como el línea ignoraron.

En el segundo tiempo la capacidad de Cvitanich para presionar a Franco, permitió  generar el claro penal que Lisandro López convirtió en gol y a partir de allí a pesar de Pitana, el equipo puso todo lo que hay que poner para sostener la victoria que se cierra sobre el final, cuando en tiempo de descuento, el enorme e incansable “Licha” con su edad y su cansancio a cuestas, mete un pique increíble y después de dejar parado a un Campaña adelantado con un toque, entra al área con cabeza levantada y habilita con claridad a Zaracho que llegaba libre para concretar el tercer gol, sellando una noche inolvidable para el gran capitán,  para el  equipo y para todos los racinguistas.

Es innegable que la figura fue la actuación de nuestro gran arquero Arias, quien estuvo concentrado en todas sus intervenciones brindando siempre seguridad y serenidad para redondear una actuación brillante, pero no puedo dejar de resaltar y con admiración, la actuación de “Licha” López, quien a través de su sabiduría y de su corazón (repito una vez más, Lisandro cuando juega no corre, “late”) emociona por todo lo que brinda.

También rescato a Marcelo Díaz, porque sostiene su nivel aunque hoy fue muy marcado para que no pueda entregar con claridad y a Zaracho por su crecimiento y por estar siempre atento para acompañar en ofensiva. 

Racing logró el triunfo del envión anímico para ser campeón, porque es la victoria que hace crecer la autoestima en cada jugador y se convierte en la inyección vital que necesitaba este plantel para afrontar lo que venga pleno de confianza.

Así que es un día para levantarse con una sonrisa bien grande y comenzar a disfrutar de una semana bien racinguista, porque los triunfos frente al vecino no se analizan, solo se festejan como ningún otro.

Hasta pronto.


martes, 19 de febrero de 2019

Con espíritu de campeón.

Era uno de los desafíos que había que pasar.

Jugar con la presión de que Defensa y Justicia, que pelea por la punta del torneo, ya había ganado su partido y sabiendo que todos los que vienen detrás, sus hinchas y la mayoría del periodismo extrapartidario, esperaban que Godoy Cruz le gane a un Racing, que si bien había jugado un partido aceptable con Corinthians, debía demostrar ante sus hinchas que estaba entero mentalmente.

Y en un Cilindro colmado de hinchas se dio lo que no debe quebrarse nunca,  la conjunción de esfuerzos mentales entre el equipo y la hinchada, con el equipo plasmando en la cancha un juego como hacía mucho no veía y los hinchas apoyando y alentando a más no poder desde el primer minuto hasta el final.

Esa reciprocidad entre lo que ofrecen los jugadores en la cancha y el aliento incondicional de sus hinchas es lo que por ejemplo, llevó al equipo de José a ser lo que fue, esa fuerza para vencer a todo lo que se presenta por delante para lograr sus objetivos, la energía que le permite sobreponerse rápidamente de algún tropiezo.

El triunfo de anoche mostró a un Racing que jugó con espíritu de campeón, con un primer tiempo brillante que debió haber finalizado por más de dos goles de diferencia, aun aceptando que Arias tapó  un par de pelotas importantes, porque fue tan avasallante el dominio y las situaciones, (donde hubo dos penales no cobrados), que el dos a cero no marcó la real supremacía.

Y aunque el segundo tiempo se esperaba una reacción del equipo mendocino, Racing por cansancio y quizás cierta relajación, dejó que creciera un poco, por supuesto con cierto riesgo, pero se podía ver  que en cualquier contra podía aumentar ya que el rival había dejado muchos espacios atrás.
Y así fue, porque después que Zaracho convierte el tercero, el partido pasó a ser todo de Racing, quien a través de su tenencia desdibujo totalmente al Tomba hasta el final del encuentro.

En mi opinión, también debo decir que fue el partido de la recuperación para jugadores muy cuestionados como Cardozo que logró conectarnos otra vez con aquel de los primeros partidos, por su movilidad, sus asistencias y su inteligencia, y Soto, que creo jugó su mejor partido desde que está en Racing, porque solucionó problemas en el área y porque se mostró siempre como salida y en ataque lo hizo con claridad.  

Además junto al trabajo de Cardozo, hay que destacar y mucho el de Zaracho, que fue de lo mejor, por su juego de desdoble y los goles que se le venían negando, quien junto a la categoría y la excelencia de Marcelo Díaz y el buen trabajo de “Pol” Fernández, que necesitaba una actuación importante como la de ayer, se convirtieron en los generadores del juego y el manejo del ritmo del equipo.

Por su parte la defensa, además del referido Soto, con un Arias que volvió a ratificar lo muy buen arquero que es, con un incansable Saravia y sus llegadas impecables, que quizás debería finalizar mejor, con un Sigali y un Donatti que le dan seguridad al fondo, aunque a veces los sorprende alguna pelota larga por jugar en línea cuando Racing sale a presionar.

Adelante Cvitanich, también de gran tarea, va demostrando en cada partido su capacidad y su serenidad para decidir en situaciones apremiantes, entendiéndose de muy buena manera con Lisandro, que de haber estado más fino, además de ese gran gol que logra por un pase de Darío, que pareció tener ojos en la nuca, pudo haber concretado algunas situaciones importantes.

Fue importante el cambio de Sigali, por lo que comentó Coudet sobre la amarilla, a quien reemplazó Domínguez que sigue demostrando su adaptación al puesto de central y también se entregaron a fondo Cristaldo y el chico López en el tiempo que estuvieron en cancha.

Ahora viene otro escollo más, uno de esos partidos de quiebre anímico por ser el clásico rival de toda la vida, un encuentro donde el equipo debe mantener ese espíritu de superación, que involucra luchar de forma decidida por aquello tan deseado, sabiendo que aunque no vea a sus hinchas en las tribunas, todos estaremos allí junto a ellos transmitiéndoles nuestro apoyo y la fuerza mental necesaria, para lograr continuar en la senda triunfal rumbo al campeonato.

Hasta pronto.

viernes, 15 de febrero de 2019

Más allá del resultado.


Cuando terminó el encuentro estaba con mucha bronca, porque Racing podía haberlo ganado y me preguntaba entre otras cosas, como Coudet no utilizó el tercer cambio para para quitarle ritmo al partido y para darle un poco más de oxígeno a un medio campo que ya cometía faltas hasta por torpeza, quizás por el cansancio.

Pensé en Mena por Ojeda para reforzar la zona donde estaba Pillud, que era por donde prefería atacar Corinthians o en Zaracho por Cardozo que había bajado mucho su rendimiento, pero evidentemente el “Chacho” habrá querido guardarlos para el enfrentamiento del lunes.

Pero enseguida me pregunté porque me enojo, si yo había sido uno de los tantos hinchas que decía que había que ir a jugar con suplentes y que todo el esfuerzo había que ponerlo en la Superliga.

Y de alguna manera el equipo que presentó Racing contaba con varios jugadores que no venían teniendo participación, pero para sorpresa mía y supongo, de muchos, lo hicieron en buena forma.

Pillud tuvo un muy buen desempeño,  a pesar de jugar con pierna cambiada, Ríos definió de gran manera en el gol, el chico Ojeda dejó todo tratando de tapar a Fagner, que subía permanentemente y Cardozo, a quien todos nos preparábamos para crucificarlo, respondió satisfactoriamente especialmente en el primer tiempo, donde se lo vio con más participación, movilidad y compromiso.

Metiéndonos en el partido digo que siempre que se viaja al exterior se toman precauciones y Racing además de llegar muy golpeado a este partido por el resultado ante River y el altercado con Centurión que también pudo alterar aún más la situación interna, como digo más arriba, presentó una formación con algunos jugadores que no venían jugando y con cambio de puestos.

Así y todo, en el primer tiempo el equipo se fue reencontrando con algunas facetas del juego que había dejado de lado frente a River , el de la tenencia a través del toque seguro y la movilidad de sus jugadores, teniendo en Marcelo Díaz, el eje donde todos giran a su alrededor,  porque transmite seguridad y serenidad a través de su juego, incluso en los momentos de apremio donde siempre se dan desacoples y aflora cierto desorden, dado que cuando la pelota llega a sus pies, venga como venga, casi siempre la controla bien y la entrega redonda.

Y así Racing fue creciendo, mucho más aún después del golazo de Ríos, que desorientó a un equipo brasileño nervioso e indeciso desde su arquero inseguro.

Esto le permitió manejar el encuentro hasta el final del primer tiempo y si bien tuvo un par más de oportunidades como la que se pierde (si no me equivoco) Ojeda tras un centro rasante de Cvitanich desde la derecha, buscó más tener la pelota que ir más al ataque.

No estaba mal, pero el equipo paulista a pesar de no jugar bien tuvo sus oportunidades, que pudieron terminar en gol a no ser por Arias que volvió a tener muy buenas intervenciones.

Ya en la segunda mitad se pudo ver un Corinthians más adelantado y a un Racing que de a poco iba entregando el campo y la pelota, contando para el ataque solo con los arranques de Saravia, hoy de muy buen trabajo, en  jugadas que finalizó el mismo con dos disparos al arco, a las que respondió bien el arquero Cássio.

Cardozo no era el mismo de la primera mitad y también habían bajado el rendimiento Solari y Ojeda y por no poder tener la pelota como en el primer tiempo se cometían infracciones cerca del área que le daban la posibilidad al Corinthians de llegar cerca de Arias a través la pelota parada, con centros que eran a suerte y verdad, porque si bien Sigali y Dominguez tuvieron también un buen partido, esos envíos eran un tema urticante para la defensa.

Y lamentablemente cuando faltaban 2 minutos para el cierre del tiempo oficial, un nuevo centro por una infracción de Sigali, que pareció no haber sido, le permitió a Gustavo, el único atacante que era buscado por sus compañeros y que nadie de la defensa se interpuso en su camino cuando arranca desde atrás, pegar un gran salto y cruzar el cabezazo para sellar la igualdad.

Pero bueno, más allá del resultado, que le permite a Racing con un triunfo o con un empate en cero pasar de ronda por su gol de visitante, es como que los jugadores volvieron a confiar en ellos mismos y en una cancha siempre difícil, jugó un muy buen primer tiempo, algo que seguramente a los hinchas nos ilusiona para lo que viene a partir del lunes, cuando Racing enfrente a Godoy Cruz, buscando lograr el triunfo que lo siga posicionando como puntero de la Superliga.

Hasta pronto.

lunes, 11 de febrero de 2019

Cuando la cabeza no funciona, el cuerpo no responde.

Como entender el partido que jugó ayer Racing en el Monumental.

Bueno, jugar es un decir, simplemente trató de luchar para no perder el partido, frente a un River que siempre intentó ganarlo, aunque en el primer tiempo realmente no había hecho demasiado, pero había tenido un par de oportunidades, que a no ser por Arias hubiera abierto antes el marcador.

Hasta que llegó el tiro libre fatal para un equipo frágil de la cabeza, que convierte Quintero clavándola en un ángulo, al casi igual que lo hizo Rubén Capria en aquel recordado gol a Chilavert, y a partir de ese momento, el poco resto anímico que tenía fue desapareciendo hasta el final del partido.

Prácticamente sin tener alguna situación de gol, sin molestar a un Armani que no le permitió a Coudet hablar de él, Racing se fue derrumbando en la cancha, corriendo sin ton ni son y perdiendo la mayoría de las pelotas que recuperaba, simplemente porque nadie se mostraba, porque todos la perdían cuando jugaban la individual y porque ninguno pudo hacer la diferencia, para por lo menos pensar que tenía alguna posibilidad de descontar.

Por supuesto que el gol en contra de Donatti fue lapidario en todo sentido, pero se podía ver que cualquier pelota larga sobre la espalda de Saravia, cabeceada o no por Pratto, era una ocasión especial para un Borré que con su velocidad desorientaba a la defensa racinguista.

Desde mi punto de vista y solo como hincha, creo que el equipo careció de confianza y fue muy respetuoso de su rival, es decir no se animó por las razones que sean, a decir aquí estoy yo, soy el candidato a campeón y casi con seguridad esto pasa porque pareciera que la historia le sigue ganando al presente, cualquiera sea y si no logra sacarse esa idea de la cabeza, ganarle a River en su cancha le va a costar cada vez más.

Escuché a Coudet decir entre otras cosas: “No puedo generar en mis jugadores lo que pretendo y que se ejecute el partido de la manera que lo preparamos”.

Este mea culpa asumiendo la responsabilidad, es clásico en las declaraciones de un técnico que pierde de esta manera, pero hay algo que siempre se puede leer entre líneas y es que no se entiende como después de un largo tiempo de trabajo los jugadores no pueden interpretar y ejecutar lo que él prepara.  

Esa falencia posiblemente sea lo más importante a corregir porque puede ser determinante para el futuro, sabiendo que cuando la cabeza no funciona, el cuerpo no responde.

Sabemos que por un partido no se puede ser tan extremista ni lapidario, pensando que su prédica en todo el torneo ha sido en vano, pero hay que fortalecer ciertos aspectos que posiblemente pasen más por la mente que por lo táctico y estratégico, porque duele y mucho esta derrota frente al mismo rival y en el mismo escenario.

Y como si eso fuera poco, se sumó la actitud de rebeldía de Centurión, a quien parece que tampoco le funcionó la cabeza, cuando a la vista de todos tiene una acción reprochable para con el “Chacho”, lo que suma un inconveniente más en un día negro para el plantel.

Obviamente no avalo esta acción, que no le hace bien al grupo, pero no niego que como hincha siempre dije que Centurión es muy importante para el equipo, por eso escribí en twitter y vuelvo a repetir que este,  podía ser el partido para que vuelva a ser aquel que todos esperamos, porque tenía dos motivos, uno como profesional de Racing y otro por ser hincha de Boca, aunque nos duela.

Ahora, como Coudet está todos los días con el plantel, hay que respetar sus decisiones, como por ejemplo la de ubicar a Cardozo en su lugar, un jugador sin ritmo futbolístico por los pocos minutos que está teniendo en cancha y el resultado se pudo ver en sus imprecisiones.

Como digo eso, también pienso que no es justo señalar solo a Cardozo, porque hoy la verdad, salvo Arias, se hace difícil rescatar un jugador que no haya estado muy por debajo de su nivel, lo que se tradujo en un equipo que no supo tener la pelota, que daba todos los pases mal y que perdía en lo individual por lo que podríamos decir que no se salva ninguno.

Fue como ver a un Racing perturbado mentalmente frente a un River liberado, quizás por la carga de responsabilidad con la que convive desde que se posicionó como líder del torneo.

El equipo no sabía cómo avanzar, como generar una jugada de peligro en ofensiva, viendo incluso, sobre todo en el segundo tiempo, como corrían todos detrás de los rivales, sin encontrar respuestas ante un equipo, que sin hacer un brillante juego se movía con soltura.

Como hincha esperaba otra cosa y aun sabiendo que con River nos cuesta, en este momento me imaginaba un equipo y un planteo del golpe por golpe, provocando al rival, tratando de decirle aquí estamos, aunque hubiera sido con una goleada en contra, porque al final de cuentas este resultado, aún bajo en goles, personalmente me afecta mucho más por la falta de reacción y de rebeldía, ante la adversidad.

Así y todo seguimos punteros, en soledad o quizás con compañía, pero hay que seguir alentando, esperando que Coudet y sus dirigidos puedan superar lo más rápido posible este mal momento y de esa manera volver a recuperar la confianza, la convicción que le permita a Racing retomar el juego intenso y seguro que supo mostrar hasta no hace mucho, para volver rápidamente a la senda del triunfo.

Hasta pronto.

lunes, 4 de febrero de 2019

El Huracán no pudo detener el avance del líder.

Partido complicado y en algunos aspectos parecido al de Aldosivi.

Por el empate después de ir ganando y  por el resultado final.

Pero distinto porque era Huracán, porque estaba cuarto en la tabla y porque que pretendía sumar para acercarse a la punta de la tabla y enfrente este Racing  que aunque tiene el nerviosismo lógico, se muestra ganador desde el arquero hasta Cristaldo.

Racing trataba de imponer su juego ante un rival que buscaba la equivocación, el error para salir de contra, pero no era preciso quizás por esa ansiedad un poco frenética que lo hacía impreciso y entonces en ese primer tiempo, se dio un partido donde la ansiedad le ganó a la paciencia y lo equívoco a la claridad para llegar al gol.

Pero así y todo de un tiro libre desde la derecha, ejecutado por “Pol” Fernández (que había reemplazado a Zaracho, lesionado otra vez), cabezazo de Donatti que pega en el palo y arremetida de un atento Cristaldo que la empuja con el pecho.

Gol que evidentemente tranquilizaba a Racing, pero había jugadores que no estaban teniendo un buen partido, más que nada por la imprecisión y las malas decisiones.
Final del primer tiempo con la esperanza de mejorar y mucho en el segundo.

Y así pasó, porque Racing arrinconó a Huracán desde el arranque de la segunda mitad y al minuto nomás se pierde el gol en un hat-tric de oportunidades, que merece cierta reflexión porque en esos momentos es donde hace falta tomarse ese tiempo para concretar y no apurarse (como lo hizo Cvitanich en Mar del Plata).

Una lástima, dado que fue una gran maniobra desde su inicio en los pies de Mena, pasando por “Licha” hasta el toque de Cristaldo, que deja solo a “Pol” para definir, pero es evidente que le cuesta bastante cuando enfrenta a los arqueros, (pasó el partido anterior), pero el rebote en Silva, lo recibe Solari, su remate es tapado por un central, después no puede Fernández y finalmente Centurión, como en otras oportunidades de la noche, eleva su disparo por sobre el travesaño.

Racing era una aluvión, pero sucedió lo que menos esperábamos, cuando una pelota dividida con Damonte se transforma en un pase para Ausqui, que sorprende a los centrales de Racing, y el delantero encuentra la oportunidad para enfrentar a Arias y lograr un empate, que obviamente generó bronca e incertidumbre.

Pero Racing estaba entero y en un partido que comenzó a abrirse, siempre se lo vio ambicioso, buscando los goles necesarios para seguir siendo el líder absoluto del torneo y
aunque dejaba algunos claros que le permitían a los de Parque Patricios llegar hasta el arco de Arias, quien nobleza obliga, se mostró seguro y atento incluso hasta para salir a cortar avances afuera del área.
El equipo comienzó a tener situaciones para aumentar el marcador, pero seguía fallando en las definiciones, otra vez Centurión y después Saravia, hasta que Cvitanich, que cada vez se acopla mejor, asiste de gran manera a “Pol” que pica bien entre los centrales y su remate deriva en un claro penal de ingresado Álvarez, para que Lisandro López concrete otra vez, volviendo a ubicar a Racing nuevamente tres puntos arriba de Defensa y Justicia y sumando para la tabla de goleador.

Después, Domínguez adentro por Centurión, de bajo rendimiento, para darle más equilibrio al medio campo y para que el Chileno Díaz pueda colaborar en la contención jugando más cerca de los centrales, porque el “Turco” Mohamed había enviado a la cancha a dos delanteros más.

A todo esto Racing seguía desaprovechando situaciones propicias para aumentar el marcador, nuevamente “Pol” Fernández  y a continuación también Cvitanich.

La diferencia era escasa y minutos Huracán casi llega al empate a través de Alderete, per minutos más tarde Ausqui le convierte una fuerte infracción al ex Banfield  y se gana la tarjeta amarilla que pasa a ser  roja por ya estar amonestado, situación que le permite a Racing asegurar mejor la pelota y trabajar el partido con más tranquilidad.

Y llega la gran jugada de la noche donde intervienen Díaz, “Licha, Sigali, Solari, Saravia y  Domínguez, quien fue el busca la devolución sobre el fondo del área y habilita en forma fantástica y clara a Sigali, que había hecho la diagonal al centro del área, para que el “Oso” defina  con clase junto al palo derecho de Silva.

GOLAZO por donde se lo mire, por su cantidad de toques, por la circulación y movimientos de sus jugadores y por la aparición de un volante y un central para concretar la jugada, para delirio y felicidad de todos los racinguistas y de una hinchada que nunca dejó de alentar.

Lindo final para Racing, solo manchado por la reacción fuera de lugar de Chávez que le comete una infracción sin pelota a Domínguez, como respuesta a vaya a saber que, buscando llevarse a algún jugador académico con su expulsión, originó una serie de discusiones sin sentido que por suerte no pasaron a mayores.

Un Huracán no pudo detener el avance del líder, pero ahora llega River y es uno de esos partidos donde para ganarlo Racing debe dejar de lado la historia e ir a jugarlo con la actitud y la personalidad de un equipo que quiere salir campeón, virtudes que este equipo sabe tener, pero que no mostró cuando le toco hacerlo por la Libertadores.                                                                     

Hasta pronto.