domingo, 10 de enero de 2021

La dicha de "Licha"

Con una participación en el torneo local con más pena que gloria, pero con algunos condimentos que lo hacían interesante, el Racing de Beccacece, ya sin chances, jugaba su partido final.

Enfrentaba a un Newell’s que tenía que ganar para pelear la final

Sebastián Beccacece dirigía a Racing por última vez.

A Lisandro López le quedaba un solo partido para romper la racha de sequía goleadora.

Todo esto se sumaba a nuestras habituales ganas de verlo y nos encontramos con que el equipo volvió a utilizar una la línea de cuatro con Ivan Pillud de lateral y Fabricio D. como volante.

En un partido parejo donde el rival no arriesgaba, más bien especulaba, Racing trataba de hacerse de la pelota y moverla de derecha a izquierda pero últimamente parece que está destinado a comenzar perdiendo y así sucedió, cuando Palacios a los 30 minutos bate a un Arias no tan seguro como lo venía haciendo.

Esta situación  también parece ser la instancia que necesita para reaccionar, porque ahí parecieron despertar sus volantes internos encontrando una mejor circulación de pelota buscando llegarle a  Newell’s por los costados a través de Fabricio Domínguez y de Mena, que 8 minutos más tarde tuvo su premio, cuando una gran pelota larga puesta por Martinez para Fabricio D., le permite llegar al fondo y poner un pase excelente, típico de la liga inglesa (entre los defensores y el arquero) para que Fértoli, el ex, la empuje al gol.

Era el momento de Racing que  fue encerrando a un Newell’s, desorientado y unos pocos minutos después, llega el segundo, cuando Melgarejo desde la derecha asiste a Lisandro López sobre la izquierda, quien de primera la vuelve a poner al medio del área superando nuevamente a defensores y arquero para que Fértoli, otra vez en situación de nueve,  vuelva a concretar.

Esta vez funcionaban los movimientos de que alguien ocupara la posición de Licha cuando este salía de la misma y Fértoli en ese primer tiempo lo hizo a la perfección.

En el segundo tiempo, Solari reemplazó a Fabricio Domínguez y si bien los rosarinos salieron más adelante a jugarse el todo por el todo, Racing se fue refugiando atrás, si bien seguía teniendo oportunidades como la de Melgarejo en un centro de atrás del incansable Mena, la de Lisandro cuando roba una pelota y su disparo es desviado por Macagno o la de Solari que cruza todo el arco y nadie la empuja.

Pero Racing siempre “ofrece” oportunidades que  agrandan a los rivales, como esa jugada inentendible desde todo punto de vista, que hacen en el área grande Domínguez y Miranda ante la presión de dos jugadores rivales, que el “Lolo” finaliza perdiendo, obligando a Neri a sacarla al corner en una jugada donde tranquilamente podría haber cobrado penal para Newell’s.

Los rosarinos insistían y sin ser claros, tuvieron otra de Sforza que pegó en el palo de Ibañez (que había reemplazado a Arias lesionado) y cuando Carlos Alcaraz (que había entrado por Rojas) busca asistir a Lisandro López en posición adelantada, pero Gabrielli en su afán de despejar lo habilita y entonces llega el golazo para la dicha de "Licha", quien hacía más de un año que no podía concretar.

Merecido por cierto para quien fue el mejor del encuentro, líder incansable, luchador inteligente, y capitán de tormenta.  

Final para Beccacece, que me dejó una buena imagen como persona, por su transparencia y esa forma de ser que se pudo ver en su relación con un plantel que por distintos motivos no pudo darle una mejor respuesta a su propuesta.

A su favor tuvo algunos aciertos como clasificar al equipo a Libertadores de este año, ganar el clásico con nueve hombres, ubicar a Fabricio Domínguez en la posición de marcador de punta, respaldar a Carlos Alcaraz y darle posibilidades a muchos juveniles en el torneo local, aunque esto último obligado por la participación de los titulares en la Libertadores, pero con su sistemas de juego nunca pudo darle al equipo un funcionamiento colectivo armónico y sólido, recibiendo muchos goles y generando cada vez menos situaciones de gol.

Pensando en el futuro, los cambios generan nuevas ilusiones y  la institución, que tiene la chance de continuar jugado copas internacionales, debe crecer desde la elección del Secretario Técnico y desde allí al Director Técnico, alguien que no solo tenga ascendencia sobre el plantel sino que se sienta ganador desde sus convicciones, porque Racing es un club grande y como tal debe dar señales de aspirar a lograr todo lo que juega. 

Hasta pronto.

lunes, 4 de enero de 2021

Arias y Lisandro, dos extremos de un equipo disfuncional.

 Es evidente que ya nada motiva a un plantel golpeado por diferentes situaciones y que por momentos muestran un desgano que irrita ya que da la sensación de que juegan casi por compromiso.

Saber que Beccacece no es quien decidirá sobre su futuro no ayuda  y por más que respeten su voluntad de estar con ellos estos partidos, salvo algunos, la mayoría ha perdido toda motivación.

El desánimo se ve en sus caras y eso es determinante para un equipo que aunque ahora se le había presentado la oportunidad para pelear la Sudamericana del 2022, sabía de antemano que no tenía reservas anímicas para lograrlo, las había perdido antes de jugar en la Bombonera.

Es un fin de un ciclo que deja muchas dudas, porque el equipo que fue de mayor a menor y que había comenzado con algunos logros importantes, ( la clasificación a la Libertadores, el triunfo frente a Independiente, etc)  termina declinando en su juego, incluso con resultados positivos como frente a Flamenco y primer encuentro frente a Boca, lo que lo llevó a perder confianza y a sentirse cada vez más inseguro de sí mismo, porque por más que habían conseguido buenos resultados, en el fondo sabían que eso era efímero, no tenía sustento alguno que lo respaldara.

Y la respuesta de alguna manera la expresan las actuaciones de Arias y Lisandro, extremos de un equipo disfuncional, quienes “sufren” las consecuencias de un Racing al que le llegan mucho, pero llega poco y mientras convierte en figura a su arquero, transforma a su delantero en un ausente goleador, llevándolo más a luchar que a convertir.

Ambos son víctimas de un mismo problema y es que el equipo no viene funcionando bien con el agravante de que parece haber bajado los brazos, algo que pudimos observar en el encuentro de ayer en Santiago del Estero, donde la falta de compromiso se veía en cada situación de juego, donde los jugadores parecían estar con la cabeza en otro lado y solo Arias sobresalía por su concentración y seguridad.

Una defensa fácilmente superada y un medio campo anodino, volvió a constituir a Gabriel Arias en una figura descollante, para que Racing con apenas un par de pinceladas individuales, lograra rescatar un empate.

Racing se muestra como un equipo endeble, al que todos se le animan, al que le convierten rápidamente, algo a lo que no estábamos acostumbrados, incluso de local, donde supo hacerse fuerte desde hace muchos años y ese sentimiento de inseguridad se traslada a nosotros los hinchas cada vez que no disponemos a ver un partido de nuestra querida Academia.  

Ojala podamos volver a ver un Racing que nos vuelva a dar esa hermosa sensación de que siempre va a ganar.

Hasta pronto.