martes, 14 de agosto de 2018

El Racing de las luces y las sombras.


El Racing de las luces.
Se vio en el primer tiempo, donde el equipo exhibió una mejoría notable respecto del partido ante River, asemejándose bastante al de los primeros tiempos de Coudet, con una línea de fondo que achicó y ganó todos los duelos, con la seguridad de Sigali y Orban, y con marcadores de punta que se desdoblaban, donde sobresalió la jerarquía y calidad del chileno Mena.
Dominguez de gran tarea volvía a ser el centro del juego donde la claridad y el pase preciso fueron su distinción, esta vez mejor acompañado por Zaracho, Cardozo y Solari mejorados en su juego y contribuyendo además en la recuperación de la pelota, lo que hacía que Atlético Tucumán prácticamente no haya incomodado al arquero Arias.
Adelante Lisandro López  con más movilidad, se acopló mejor al circuito de juego, llegando también al área rival y coronando su trabajo con un gol extraordinario mientras Bou que mostró un nivel superior al del partido anterior, aunque sin llegar al que nos tenía acostumbrado, con sus movimientos generaba situaciones, como el que realizó en la jugada del segundo gol, para que Solari rompiendo líneas, se posicione frente a Lucchetti y esta vez sin cegarse, la toca a la derecha para que la “Pantera” la empuje al gol.
En síntesis, una primera etapa donde pudimos observar un equipo con todas las luces, porque apareció el juego asociado, la presión alta, los movimientos y la intensidad, lo que le dieron a Racing un dominio casi total del partido y la posibilidad de haberse ido al vestuario con un resultado mucho más amplio.

El Racing de las sombras.
Apareció en la segunda etapa, porque si bien hubo una intención de sostener lo que tan bien se había hecho en esa primera mitad, Atlético salió a meter más corazón que juego y dejó de lado toda circulación de pelota, con la única idea de que la misma llegue al área racinguista por arriba para que el grandote Díaz peleara todo lo que podía, sumado a los movimientos de la “pulga” Rodriguez y Cía, buscando apretar a Racing contra su arco.
Y las luces dejaron paso a las sombras, que se llevaron la claridad y a enredar a Racing en el juego que le presentaba Atlético, comenzando a realizar lo que menos sabe que es revolear la pelota con la esperanza de que Bou y “Licha” pudieran encontrar en un contragolpe una nueva posibilidad de gol.
Los delanteros ya estaban como entregados por el desorden y por la falta de resto físico.
Bou arrancó dos veces desde la mitad de cancha y se frenó porque todavía no tiene la potencia que nos deslumbró en el 2014/2015 cuando se llevaba a la rastra a los defensores rivales.
Cada vez llegaban más pelotas aéreas y con Arias que comenzó a flaquear en sus decisiones y con volantes que veían pasar el balón se comenzaron a perder todas las segundas pelotas, lo que fue llevando inseguridad  al andamiaje defensivo.
Pero Coudet, que según él, sabía lo que se venía, no anticipó los cambios, demorándolos increíblemente.
Además de tarde me parecieron equivocados, tanto que se pudo haber perdido el partido.
Creo yo, modestamente, que para contrarrestar lo que proponían los tucumanos, se podía haber  reforzado el medio campo o bien reemplazar los delanteros, cualquiera de las dos variantes a más tardar a los 10 minutos de comenzado el segundo tiempo, donde ya se podía ver como venía la mano.
Para defender mejor: “Pol” Fernández y Marcelo Díaz por Cardozo y Solari más Cristaldo o Cuadra por Bou.
Para jugársela de contragolpe por los espacios que según el Chacho Racing tenía, Cuadra y Cristaldo por Bou y Cardozo y “Pol” Fernández  o Marcelo Díaz por “Licha” López.
Pero bueno, esto no deja de ser solo la opinión de un hincha como lo son muchos de Uds.

Por último y solo con la información que uno puede leer o escuchar, me gustaría decirle a Coudet que hay que tener cuidado con las palabras, porque frente a River cuando declara porque lo sacó dice “que porque estaba elongando y si no fuera por eso nunca sacaría a un jugador tan determinante”
Entonces pienso, si Centurión era tan determinante, no puede estar en el banco y después declarar que "para este partido el equipo era sin él", porque si le quiso dar un castigo por mal comportamiento, no lo hubiera llevado ni siquiera de suplente porque ayer el jugador quedó más expuesto que nunca y eso no lo benefició ni a Centurión ni al “Chacho”.
A mi gusto y creo que para muchos racinguistas entendemos que Centurión no puede quedar afuera del equipo, aunque sabemos que camina muchas veces por la cornisa, por eso sin pedirle que lo habilite para hacer lo que quiera, puede hacerle cumplir la sanción disciplinaria de otra manera, sin exponerlo a la vista de todos, porque solo vamos a tener un un jugador desganado y sin la mínima concentración, por lo que como hincha deseo que una buena charla pueda restablecer la buena relación del técnico con el jugador, ya que a los dos, los necesitamos ciento por ciento enchufados y pensando solo en el triunfo.
Por último espero que las luces de esos primeros 45 minutos puedan continuar encendidas tiempo completo, para que el equipo vuelva a ser aquel que nos llevó a ilusionarnos y que nos llenaba los ojos de fútbol.


Hasta pronto.