sábado, 24 de agosto de 2013

Áreas movedizas.


Hoy, triste y tratando de digerir este mal momento escribiendo, busco expresar en estas líneas alguna de las cosas que veo, le están sucediendo a Racing.
Además de no encontrar el rumbo futbolístico, lo peor que le puede pasar a un equipo es fallar en las dos áreas en forma reiterada, porque aceptando que se pueden tener deficiencias en el ataque o en la defensa, es muy poco frecuente no tener eficacia en alguno de los dos sectores y en varios encuentros consecutivos.
Lamentablemente, cuando no se encuentran respuestas en ninguna de las dos zonas más calientes de la cancha, el equipo comienza a resquebrajarse peligrosamente, tanto en su estado de ánimo como en su seguridad en el juego.
Por más que se diga y se repita que los partidos se ganan en el medio campo, en realidad se definen dentro de las dieciocho yardas, porque ganar la zona central puede establecer quien dominará el encuentro, pero eso no decide quien se impondrá en las áreas y como será el resultado del partido.
Saber atacar es una gran virtud, pero hacerlo bien defensivamente también.
Este conjunto,  que tuvo sus momentos felices con la aparición de los chicos creo que desatendió la línea de fondo confiando en los jugadores que cuenta, sin aceptar que si se iba a arriesgar más en este torneo, este equipo necesitaba de una gran defensa que pueda salir a achicar y que a la hora de defender pueda respaldar con firmeza a los compañeros que en la transición de pasar al ataque provocan el lógico desarme de la estructura.
Hoy se está pagando ese error, aún aceptando que no era fácil discernir sobre quien debería haber llegado como refuerzo.
Hay y hubo equipos y selecciones que tuvieron grandes delanteros, pero en la mayoría de los casos siempre fueron respaldados por una gran defensa.
Para muestra señalo a la selección argentina, que,  contando con su poderío ofensivo quedó afuera del Mundial de Sudáfrica por no defender bien y a raíz de ello hoy Sabella busca ese famoso equilibrio defensivo.
Metiéndonos en la historia de Racing podemos recordar al gran equipo de José ( Pizzutti ) en el ’66, que atrás contaba con grandes jugadores que imponían respeto, como Martín, Perfumo, Basile y el Panadero Díaz., sin olvidar a Rulli y Mori en el medio.
Y un poco más cerca, encontrarnos con el último campeón donde Merlo armó una estructura defensiva que tuvo una destacada actuación y le dio al equipo la solidez necesaria para saber que si hacía un gol, era muy difícil que le ganaran.
Pero el Racing de hoy se ha encontrado con áreas movedizas, donde ningún jugador hace pié y todos tambalean sin poder afirmarse, lo que los hace sentir inseguros a la hora de tomar decisiones.
Quizás hoy Saja sea el único que pueda dar cierta solvencia, pero con eso solo no alcanza y con el peligro de que su estado de ánimo se vea limado por la desorientación que viven sus compañeros de la línea de fondo.
La poca confianza ha desaparecido y las miradas cómplices que muestra la TV marcan una desorientación que preocupa en la que sin ninguna duda está envuelto el técnico, quizás por no estar convencido sobre lo que prometió para este semestre y que obligado por las circunstancias lleva adelante un estilo con el que él no comulga.

Hasta pronto.


Muy poco margen para creer…


Seguramente los jugadores habrán sentido el frío de la noche con más intensidad al ver el estadio vacío, pero al finalizar el partido les habrá parecido que estaban congelados.
Lo aguardaba Arsenal, un rival especial para equipos desesperados y sin rumbo cierto
porque sabe que hacer tácticamente y aún sin tener grandes nombres, siempre mantiene el orden y no duda de su planteo.
Pero en ese primer tiempo y contra lo que por lo menos yo esperaba, los de Sarandí buscaron el partido y tuvieron sus oportunidades aunque se encontraron con la presencia de un gran arquero.
Mientras tanto Racing buscaba arriesgar un poco más que de costumbre pero a cuenta gotas arrimaba peligro.
Un desborde Centurión que finaliza con un tiro de De Paul que pega en un rival y va al corner, un cabezazo de Ortiz desde un tiro de esquina que Cahais no puede desviar y una jugada de varios toques que De Paul quiere colocar sobre Campestrini y se va afuera.
En el segundo tiempo Arsenal sabe que Racing irá a buscar el partido porque debe jugar a la obligada aventura de encontrar el triunfo y entonces espera más atrás y como siempre al acecho.
En Racing De Paul se hace dueño de la pelota y es el que más busca el arco. Los laterales se sueltan aùn más y la Academia se acerca al arco contrario, pero no hay daño.
Es un espejismo, todo es light.
Con un Viola que hizo poco y nada, un Vietto en bajísimo nivel y un Centurión que en la segunda parte no influyó para nada, Racing solo intentó, alimentado por Villar y Pelletieri que empujaban sin claridad, buscando con toques desacertados y centros a nadie.
De Paul fue lo más rescatable por su personalidad e inciativa.
Posiblemente hubo un penal a Viola que podía haber variado el desarrollo, pero nada hubiera cambiado porque este equipo está muy golpeado de “arriba” y como consecuencia de abajo.
Es decir cuando la cabeza no funciona, los pies tampoco.
Después del primer gol de Arsenal en una situación de interpretación ( yo creo que el jugador que está en posición adelantada corre para intervenir aunque no la toque y eso distrae) destruyó el poco estado de ánimo que le quedaba.
Ya no había fuerzas para lograr lo que no se pudo antes.
Ni aún con un hombre de más Racing inquietó a Campestrini.
En este equipo no hay peso en el área, porque todos salen pero nadie juega allí dentro.
En mis twitters ( @lito_lococo ) insistí permanentemente con que Racing debía jugarse por Silva y por Ervitti porque son jugadores con personalidad, que nunca se entregan y con ellos podíamos pelear arriba.
Fundamentalmente con el “9” porque era una alternativa válida para partidos como este donde se necesita a alguien que se haga sentir entre los centrales rivales.
Silva y Vietto podían darle al ataque variantes e incluso tendríamos a alguien a quien sí le hubiéramos podido tirar un centro.
No discuto a Viola y a todo lo que el chico hizo y puso para venir a Racing, pero no hay peso en el área.
Pero bueno era solo una referencia, ahora este es el plantel y hay que apoyarlos.
Aunque hay muy poco margen para creer…quizás nada, porque para Racing desgraciadamente  todo es más difícil dado que lo que se vive en el día a día, los comentarios periodísticos sobre las internas en el club y sobre Zubeldía seguramente hacen mella en la psicología de los jugadores.
Hoy es imposible evitar escuchar o leer lo que se opina en las redes sociales y en los demás medios por que no se puede vivir aislado en un compartimiento estanco, por lo que es difícil borrar esas huellas que dejan los comentarios.
Todo influye sensiblemente aumentando el desconcierto de un plantel confundido, que sumado a este comienzo de desaciertos los lleva a vivir momentos urticantes muy complejos, sin olvidar que muchos de ellos son chicos con muy pocos partidos en primera y quizás sean los que más los sientan.
El final esta cerca pero sinceramente no tengo claro cual es la solución.
Porque si el campeonato está perdido y no llegamos a revertir el partido con Lanús, ya no habría que pelear nada, pero como sabremos si quien eventualmente reemplace a Zubeldía traerá la calma y encontrará el rumbo.
También es una apuesta y como todas las apuestas, una de las alternativas es que salga mal.
Zubeldía parece una persona de bien y considero que el mismo se dará cuenta de la situación llegado el momento, pero pienso que debería haber una reunión entre plantel y cuerpo técnico donde el respeto, la transparencia y la frontalidad pongan en claro si la confianza está intacta o si esto ya no da para más.


Hasta pronto.